Rusia quema gas mientras el Ártico no para de calentarse
Una imagen satelital capta a una planta rusa quemando grandes cantidades de gas natural desde junio, al mismo tiempo que los expertos descubren que el Ártico se está calentando más rápido que cualquier otra región de la Tierra.
Los científicos se han quedado estupefactos cuando han descubierto, mediante una imagen satelital, una proporción desmesurada de radiación infrarroja en la planta de gas natural licuado de Portovaya, al noroeste de San Petersburgo.
Primero creyeron que se debía a un error por la cantidad de llamaradas que salían de la fábrica. Luego, descubrieron que se estaba trabajando al máximo rendimiento y durante tiempo prolongado.
La posible razón de la quema de gas
Los expertos creen que, debido al embargo comercial de Rusia, la planta no puede fabricar válvulas de alta calidad necesarias para el procesamiento de petróleo y gas. Si es así, podrían tener algunas válvulas rotas y, al no poder reemplazarlas, la fábrica está emanando más calor del habitual para este tipo de procedimientos.
Todo ello repercute en la cantidad gases que se inyectan a la atmósfera. Según los expertos, se están quemando alrededor de 4,34 millones de metros cúbicos de gas todos los días mientras se liberan más de 9.000 toneladas de dióxido de carbono cada día.
Esta quema preocupa a los científicos, quienes advierten que estos grandes volúmenes de dióxido de carbono y hollín podrían acelerar el derretimiento del hielo en el Ártico.
¿Qué está ocurriendo en el Ártico?
Un nuevo estudio realizado en Yamal, al noroeste de Siberia, ha demostrado mediante registros de anillos de árboles que el Ártico es la región del planeta que se calienta a mayor velocidad.
Mientras el planeta Tierra es aproximadamente 1,2 °C más cálido que durante la era preindustrial (1850–1900), las regiones cercanas a la superficie de las latitudes altas del hemisferio norte se han calentado a un ritmo que duplica el de las latitudes más bajas.
El estudio muestra que la temperatura media de la región del Ártico entre el periodo 2011-2020 fue 0,71 °C más alta que la media de la década anterior.
Además, las olas de calor en Siberia han alcanzado un nivel inquietante en los últimos años, especialmente en 2020, cuando las temperaturas se dispararon hasta alcanzar un nuevo récord, se registró la temperatura más alta del Círculo Polar Ártico con 38 °C.
¿Cómo influye el aumento de la quema de gas de Rusia en el Ártico?
La nueva quema de gas natural en Rusia está propiciando numerosas partículas de hollín a nuestra atmósfera. Estas partículas, también denominadas carbón negro, se producen a través de la quema incompleta de combustibles como el gas natural.
Los expertos están muy preocupados por la quema de este tipo de combustibles en estas zonas en concreto porque la configuración de vientos en Rusia, transporta el carbono negro emitido hasta latitudes del Ártico, donde se deposita y acumula, acelerando significativamente la fusión de hielo.
¿Consecuencias a nivel global?
Las consecuencias adversas de este rápido calentamiento en el Ártico ya están en marcha: aumento de la pérdida de hielo en Groenlandia, descongelación del permafrost e incendios forestales sin precedentes en Siberia.
También tendrá un impacto en el sistema climático global y provocará, además, un aumento del nivel del mar y la liberación de gases de efecto invernadero a la atmósfera de los cuerpos de permafrost.
Según el Banco Mundial, Rusia es el país número uno en volumen de quema. Se debería plantear utilizar otros medios de producción de energía, principalmente de energías renovables, para no perjudicar a un planeta entero.