Incendios 'zombis' y covid-19 tras el rebrote de las llamas en Rusia
Los incendios ya han calcinado casi 3 millones de hectáreas en Rusia, coincidiendo con la pandemia del nuevo coronavirus. ¿Cuáles han sido las causas de este desastre ambiental? Aquí te lo contamos.
La pandemia del nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, sigue acaparando la actualidad en prácticamente todo el mundo. Frente a la mejoría que se está viendo en Europa, ahora mismo la situación más preocupante se ha trasladado a Latinoamérica, África y Rusia. En este último país, la covid-19 está asumiendo todo el protagonismo mientras sucede una auténtica catástrofe medioambiental.
Según los últimos datos disponibles, en Siberia y en el extremo oriental del país ya han ardido en lo que llevamos de año más de 7.000.000 millones de acres, que vienen a ser cerca de 3 millones de hectáreas. Para extrapolarlo a España, es similar a la superficie que ocupa la comunidad de Galicia.
No hay que olvidar que el pasado invierno fue excepcionalmente cálido en Rusia, donde fueron noticia la ausencia de la nieve y las temperaturas suaves en Moscú, una ciudad acostumbrada a lidiar con inviernos muy duros. Según la NOAA, desde el mes de enero las temperaturas han estado de 4 a 9ºC por encima de los valores normales para la época en las regiones más afectadas por los incendios forestales. Según el ministro de Emergencias, Evgeny Zinichev, el origen de las llamas está ligado en general a imprudencias, sin embargo, otra parte surte de los llamados 'incendios zombies'.
Coronavirus e 'incendios zombis' como detonantes
En Rusia está prohibido quemar pastizal desde el año 2015, aunque muchos agricultores siguen obviando la ley. Además, la situación provocada por el nuevo coronavirus ha empeorado más la situación, ya que con la llegada de las temperaturas suaves los habitantes de la zona han trasladado sus actividades a zonas naturales, pasando parte de su tiempo al aire libre y olvidando las medidas de prevención.
Por otro lado, los científicos aseguran que existen "pruebas contundentes" de que los incendios forestales en el Ártico del pasado verano podrían haber sobrevivido en algunas áreas, ardiendo en segundo plano durante el invierno y rebrotando ahora, ante la mayor sequedad del ambiente y las altas temperaturas. Esa combustión silenciosa de la turba y el actual renacer parecen estar tras del calificativo de "zombi".
Situación actualmente más complicada que el año pasado
A día de hoy la superficie afectada por el fuego es mucho mayor a la del mismo período del año pasado. Aunque las últimas informaciones que llegan desde la agencia forestal rusa señalan que los incendios están estabilizados (que no controlados), no son muy optimistas porque mucha gente se sigue saltando el confinamiento y las normas, por lo que es de esperar que aparezcan nuevos focos.
Los próximos meses se antojan muy complicados. Los gobernantes de la región del Transbaikal, una de las más afectadas, señalan que no podrán hacer frente a los incendios por las consecuencias del coronavirus y el desplome del precio del petróleo. Todo apunta a que será uno de los grandes desastres ambientales del año.
El verano podría ser muy cálido
El panorama de cara al verano no es alentador, ya que las previsiones estacionales señalan que podría ser el más cálido desde que hay registros en Rusia, que además es una de las regiones más afectadas por el cambio climático, ya que se calienta 2,5 veces más rápido que el resto del planea. Si se cumplen estos escenarios, desgraciadamente lo que vemos en estos últimos años en Siberia y en otras zonas se volverá cada vez más habitual.