Entonces, ¿debemos sacar ya los edredones y la ropa de invierno?
Completemos el refrán: ...pero si sale el sol, cuida de la insolación. Esto es lo que tiene el primer mes del otoño, que a primeros aún hace calor pero, después, los cambios pueden ser radicales, como el que veremos en los próximos días.
Hasta hace unas jornadas el comentario general era que el verano aún no se había retirado de nuestro país, con temperaturas propias de los meses estivales y valores máximos que en el archipiélago canario llegaron a superar los 36 ºC. De hecho, se batió el récord de máxima histórica en el observatorio de Izaña, en la isla de Tenerife a 2.373 metros de altitud, donde se alcanzaron los 24,6 ºC.
Las noches en muchos puntos de la Península también presentaron temperaturas por encima de los valores normales de esta época del año. Por ejemplo, se registraron en el aeropuerto de Barcelona 21 ºC, la mínima más alta del actual período de referencia de 1981 a 2010.
En octubre si el enfermo no se agarra, cae como la hoja de parra
Durante las primeras semanas del otoño se deberían ir alternando períodos con cielos despejados y sol abrasador, típicos del verano, con otros nubosos, ventosos y fríos, que nos indican que vamos camino del invierno. Esta alternancia nos obliga a ponernos y quitarnos capas de ropa o incluso a echar mano del aire acondicionado.
Tal período de transición parecía que este año no iba a llegar nunca, cualquiera diría que “nos tomaríamos las uvas en manga corta”. La fluctuación atmosférica nos debe ayudar a aclimatarnos al cambio de estación y a la evolución hacia los días de menos luz.
Lo malo de estas variaciones de temperatura y el consiguiente 'me pongo y me quito la rebeca' es el aumento exponencial de ciertas enfermedades, ya que nuestro sistema inmunológico está con las defensas bajas. Así los virus aprovechan para atacar y causarnos resfriados, bronquitis, molestias de garganta y otras afecciones comunes en esta época del año.
Por la Virgen del Pilar, el tiempo empieza a cambiar
Estos últimos días ya hemos tenido un aviso de cambio, con varios frentes cruzando la Península, mucha nubosidad, fuertes vientos, precipitaciones de cierta importancia en el oeste de Galicia y descenso de las temperaturas.
Por tanto, para no caer en manos de los virus, es muy importante que no nos expongamos a los cambios bruscos de temperatura y que empecemos a ir sacando la ropa invernal de nuestro armario, porque por las madrugadas las mínimas descienden, la humedad aumenta y la sensación de frío es mayor.
¿Entonces pongo ya el edredón o qué?
Pues todo apunta a que será lo mejor, porque en los próximos días los modelos meteorológicos indican la posibilidad de la llegada de una vaguada de aire frío en altura que va a provocar un descenso de las temperaturas en la mayoría de las regiones, además de cielo nuboso y precipitaciones importantes, sobre todo en la vertiente atlántica. Además, al principio de la semana que viene una DANA podría llevar las lluvias intensas al este peninsular y Baleares.
De todas maneras, para los nostálgicos del tiempo estable todavía les queda una posibilidad antes de la llegada de los fríos invernales, es hacia el 11 de noviembre, aunque suele ser de corta duración. “Veranillo de San Martín, dura tres días y ¡fin!”