Rituales y santos para invocar la lluvia, ¡así se hace por el mundo!
Para muchos, invocar la lluvia y orar para que precipite puede sonar algo loco pero, a día de hoy, es una práctica que se sigue utilizando a lo largo del mundo. La danza de la lluvia y las rogativas cobran más sentido que nunca.
Las sequías y los períodos prolongados de lluvia nos han llevado a buscar soluciones en el campo de la fe y de los rituales. Muchas veces los resultados no son los esperados, puesto que la fe y la meteorología no son sinónimos pero, ¿cuáles son los más famosos? En España, por ejemplo, hemos vuelto a pedir a los santos con las rogativas.
La danza de la lluvia en diferentes lugares
Muchos habrán oído hablar de la danza de la lluvia. Parece la práctica más común y utilizada a lo largo del planeta. Su objetivo es invocar a la lluvia y asegurar el éxito de la cosecha, da igual el lugar. Numerosas culturas la han ido realizando a lo largo de los siglos en lugares como Egipto, Etiopía, los Balcanes y las tribus indígenas más remotas del continente americano.
Celebraban este tipo de danzas para promover la lluvia y limpiar así la tierra de espíritus malignos. El método suele ser muy parecido en todo el planeta. La leyenda de la cultura Cherokee, en el sureste de Estados Unidos, sostiene que la lluvia provocada a través de los rituales contiene los espíritus de los antiguos jefes tribales. Ya en la tierra, esas almas se enfrentan a los espíritus malignos en un plano medio que está entre la realidad y el mundo espiritual.
En Europa encontramos la Paparuda o Perperuna, depende si se dice en rumano o en eslavo. Este ritual mágico está presente en casi toda la península de los Balcanes. Cuando el Sol quema los campos y se pierde la cosecha, grupos de chicas, convirtiéndose en la personificación de la pureza de la Tierra, caminan y bailan para llamar a la Diosa de la lluvia.
En España... ¡las rogativas vuelven por la sequía!
Las crónicas de rogativas son una petición religiosa ante condiciones climáticas adversas y sus efectos socioeconómicos negativos. Se trata de oraciones públicas hechas a Dios y a los santos para conseguir remedio ante una grave necesidad. Las primeras que se conocen datan el siglo IV y, desde ahí, hasta nuestros días.
Nivel | Grado de sequía | Tipo de rogativa (pro pluvia) |
---|---|---|
1 | Leve | Oración simple |
2 | Medio | Exposición del intercesor |
3 | Grave | Misas y procesiones con el intercesor en la Iglesia |
4 | Muy grave | Procesión con el intercesor fuera de la Iglesia |
5 | Crítico | Peregrinación a otro santuario |
Diferentes tipos de niveles en las rogativas Pro pluvia. Fuente: J,M Cuadrat. Universidad de Zaragoza. |
Se distinguen entre las ad pretendam pluvia (pro pluvia) y las pro serenitate, en función de lo que si se pide al santo es la lluvia o la disipación de la misma. Según el grado de sequía, las rogativas pro pluvia se dividían en 5 niveles. El más leve se trataba de una oración simple y el nivel más crítico de una peregrinación a otro santuario.
No queda otra, hay que pedirle a los santos
Las rogativas vuelven ante una situación preocupante que augura restricciones de agua. Antiguamente en el Mediterráneo tenían más frecuencia entre primavera y otoño, que es cuando suele llover. En cambio ahora, pueden aparecer en cualquier momento. Estas últimas semanas ya las hemos visto en diferentes lugares de la Península como Sevilla, Badajoz o Madrid.