Pedrisco, tormentas, inundaciones súbitas y olas de calor: lo que nos trae julio cada año
Julio es el mes más cálido del año, por lo que las altas temperaturas son las grandes protagonistas de las efemérides. Pero también se producen otros fenómenos que pueden llegar a ser catastróficos. Aquí te contamos más.
Julio es el mes más cálido y seco del año en gran parte de España. Precisamente, el día 15 comienza la canícula, que es el período en el que estadísticamente se registran las temperaturas más altas en nuestro país. En esas semanas el tiempo estable y caluroso suele ser el protagonista del panorama meteorológico, pero también pueden producirse fenómenos extremos.
En julio podemos encontrar diversas efemérides sorprendentes y curiosas que no asociaríamos en un primer momento al ecuador del verano. Evidentemente, sobresalen los episodios de ola de calor y los récord de temperaturas extremas, que además se están volviendo más recurrentes en los últimos años; pero también aparecen otras efemérides que recuerdan la violencia de las tormentas y de las granizadas de esta época del año. Y todo esto también lo refleja el refranero.
Temperaturas extremas y olas de calor más recurrentes
Sin duda, entre las efemérides de julio, el mes más cálido del año, prevalecen aquellas que hacen referencia a los episodios de temperaturas muy altas u olas de calor, cuya frecuencia está aumentando en los últimos años. Y no sólo es cosa de la Península: durante la ola de calor de principios de julio de 1994, se alcanzaron máximas de 45,5 ºC en La Oliva (Fuerteventura), 44,2 ºC en Muro (Mallorca), 42,6 ºC en Lluc (Mallorca) o 40 ºC en Santa Eulalia (Ibiza).
Precisamente, en el sureste ibérico resultaron muy impresionantes los valores que se midieron en los observatorios oficiales de Murcia, que oscilaron en el entorno de la capital murciana entre los 45,7-47,2 ºC. El 4 de julio de 1994 fue uno de los días más cálidos del siglo XX en España. Al día siguiente, el aeropuerto de Málaga alcanzaba los 44 ºC.
Entre el 7 y el 9 de julio de 1982 se superaban los 40 ºC en amplias zonas del noreste y Baleares. Pero no sólo el calor es intenso de día en julio, también en ocasiones de noche. Durante la gran ola de calor que transcurrió entre el 27 de junio y el 22 de julio de 2015 las mínimas fueron muy elevadas en todo el país, destacando los 26,5 ºC de Carcastillo del 2 de julio, o los 21,7 del día 20 en Ourense. A finales de mes, concretamente el 28 de julio, en Alcantarilla (Región de Murcia) no bajaban de los 26,7 ºC.
También podemos encontrar algunas efemérides que hacen referencia a temperaturas anormalmente bajas en julio, aunque estas situaciones se están volviendo mucho menos frecuentes en los últimos tiempos. En la alta montaña se pueden producir algunas heladas en julio, pero más abajo ya es raro. Por ejemplo, el 11 de julio de 1993 se reportaron heladas débiles en Castilla y León, llegando a alcanzar -2,0 ºC en el norte de Palencia y León. Burgos - Villafría registró una mínima de 0,1 ºC, y Ávila se quedó en 1 ºC.
Julio de 2022, un mes histórico
Julio de 2022 merece una mención aparte por muchos motivos. Aparte de ser el más cálido desde que hay registros, pulverizó récords a lo largo de toda la geografía española. Además, la extraordinaria ola de calor que comenzó el día 9 fue la más extensa de la serie histórica, con 44 provincias afectadas. También resultó ser la más intensa y la segunda más larga, con dieciocho días de duración.
En Ourense, Valladolid, Pamplona, Zamora o Salamanca alcanzaron temperaturas en torno a 41-43 ºC. En el puerto de Navacerrada, a más de 1900 metros, superaron los 33 ºC el 14 de julio. Los valores nocturnos también fueron excepcionales, con datos que quedaron para el recuerdo, resultando muy llamativos las noches tórridas registradas en ciudades como Pontevedra o Segovia. En Rota (Cádiz) no descendieron de los 28,2 ºC durante el 13 de julio.
Tormentas catastróficas en julio
Las precipitaciones suelen ser escasas e irregulares en gran parte del territorio, excepto en el extremo norte. En el Pirineo y en el Sistema Ibérico, las tormentas suelen dejan acumulados significativos. Sin embargo, de vez en cuando los aguaceros tormentosos descargan en puntos del interior, en ocasiones con consecuencias catastróficas. Destaca el terrible suceso del 1 julio 1979 en Valdepeñas (Ciudad Real), donde perdieron la vida más de 20 personas debido a una gran inundación súbita tras una tormenta muy violenta.
Son varios los episodios de chubascos intensos, pero destacaremos los 108 l/m2 en 24 horas en Girona del 26 de julio de 2011 o los 155 de Pollença (Mallorca) que se acumularon el 1 de julio de 1979. No faltan referencias a salvajes granizadas, típicas de estas fechas, como las de 31 de julio de 2015 en Navarra y Yecla (Región de Murcia), que provocaron daños muy graves en vehículos y en el campo.
Reventones, vientos súbitos, galernas y rissagas
Pero julio no se reduce exclusivamente al calor estival y a chaparrones torrenciales: también podemos encontrar otros fenómenos adversos. Los reventones asociados a las tormentas dejaron rachas de viento de 160 km/h en Zaragoza el 11 de julio de 1954.
Más trágico resultó el suceso del 6 de julio de 1993, cuando vientos huracanados súbitos en Cataluña provocaron que 13 personas murieran ahogadas (con varios desaparecidos) en las playas. El 23 de julio de 2017 las rachas alcanzaron los 113 km/h en el aeropuerto de Reus (Tarragona) tras el paso de una potente línea de turbonada.
El mar puede ser bastante traicionero en julio debido a las galernas en el Cantábrico. En plena temporada de pesca del bonito, una galerna acabó con la vida de 83 marineros entre los días 12 y 15 de julio de 1961, considerándose la mayor tragedia pesquera del siglo XX en España. También es época de rissagas en Baleares, destacando la del 3 de julio de 1985 en Ciutadella, con una oscilación máxima de 3,10 metros, que produjo graves daños en embarcaciones y vehículos.