¡No es un árbol! Es un rayo ascendente captado por un cazatormentas
Un cazatormentas ha conseguido en Texas capturar un rayo ascendente. Se ha convertido en viral porque es espectacular, pero muchos no sabrán que es un ejemplar realmente codiciado, son difíciles de ver.
Hace unas horas el cazatormentas estadounidense Kyle Russell ha logrado captar un rayo muy peculiar. En vez de buscar el suelo, ramificándose hacia abajo como ocurre habitualmente, la descarga eléctrica ha salido de algún punto sobresaliente de la ciudad de Lubbock, en Texas, hasta impactar con la nube. Este fenómeno es conocido como rayo ascendente. Russell ha bromeado con que el rayo solo quería pasar desapercibido imitando a los árboles, pero ha conseguido justo lo contrario. La fotografía se ha extendido rápidamente por las redes sociales debido al impacto visual pero, sobre todo, a la oportunidad.
Menos de un 1% de los rayos que diariamente se producen en la Tierra son ascendentes, por eso son ejemplares tan codiciados. En general, se producen en el interior de las nubes o descienden de estas hasta impactar con algún elemento prominente.
Los cumulonimbos se cargan de electricidad a través de las colisiones que se producen entre las partículas de hielo y agua subfundida que contienen, que son movidas con virulencia por las corrientes ascendentes y descendentes. En ese vaivén las partículas más pesadas, cargadas negativamente, caen hasta la base de la nube y las ligeras, con carga positiva, quedan en la parte alta. Esta diferencia de potencial desata la ‘chispa’.
Las cargas de la nube además tienen que lidiar con las positivas que suelen abundar en el suelo. Así, los rayos no solo compensan las diferencias de potencial entre las distintas alturas del cumulonimbo, sino que también con la superficie terrestre. En aras de esto último, normalmente aparece un trazador desde la base de la nube que desciende buscando algún elemento sobresaliente -un árbol o un edificio, por ejemplo-, de donde salta una segunda guía cuando la descarga está a apenas unos 300 metros de altura. En cuanto contactan, se produce un trasvase de miles o millones de voltios.
Ahora ya hemos visto que no siempre es así. En ocasiones puntuales los rayos llevan dirección inversa saliendo desde rascacielos, turbinas eólicas u otro elemento que sobresalga en el paisaje. Se ha descubierto que muchas veces los rayos ascendentes son respuesta a un relámpago precedente -este convencional- que tiene lugar a menos de 20 kilómetros de distancia. Aparece en respuesta al súbito cambio de campo eléctrico.
Recientes investigaciones han revelado que los relámpagos ascendentes suponen un riesgo mayor que los comunes para los edificios, torres o turbinas eólicas, ya que la energía que desprenden es superior. Por eso invitan a seguir indagando, en tanto que cada vez hay más estructuras altas en nuestro skyline.