¿Qué supone limitar el consumo de agua a 200 litros por habitante y día?
¿Hacemos lo suficiente para ahorrar agua en nuestros hogares? Las limitaciones impuestas en algunos territorios españoles a su consumo son una oportunidad para reflexionar sobre lo que debemos cambiar. No es tan difícil, y también beneficia a nuestro bolsillo.
Después de que la Generalitat de Cataluña declarase la emergencia por sequía en las provincias de Barcelona y Girona, y limitase la cantidad a 200 litros por habitante y día para más de seis millones de personas, la Junta de Andalucía ha implantado la misma medida en zonas de Almería y Granada.
En la provincia de Málaga y en algunos municipios de Cádiz el tope al consumo es aún mayor: 160 litros por persona y día.
A pesar de lo que pueda parecer, y a juzgar por los datos estadísticos, la limitación no tendrá un impacto significativo en el día a día de la mayoría de los hogares afectados.
Pero estas las restricciones sí son una oportunidad para modificar nuestros hábitos de consumo, desarrollar una verdadera cultura del ahorro doméstico del agua y declarar la guerra al despilfarro.
Cantabria, Comunidad Valenciana y Murcia, en la cola del ahorro en el consumo de agua doméstica
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que 100 litros diarios son suficientes para que los ciudadanos de los países desarrollados puedan cubrir sus necesidades vitales.
En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), sólo los habitantes del País Vasco cumplen esa premisa. La media nacional se sitúa en 133 litros al día. Por debajo de ella sólo están Baleares (117), Canarias (125), Cataluña (124) o Extremadura (120), además del País Vasco.
Las comunidades autónomas donde más agua se gasta en los hogares son Cantabria (165), la Comunidad Valenciana (157) y la Región de Murcia (150).
Datos que sorprenden en el caso de los territorios levantinos, especialmente beligerantes con la demanda de soluciones al déficit hídrico y que se abastecen, en parte, con agua trasvasada de la cuenca del Tajo.
Cómo ahorrar agua en casa
Hay fórmulas para ahorrar agua en los hogares y contribuir tanto al buen uso de un bien escaso, como a la reducción de la factura del agua. Estas son algunas que se pueden combinar:
Reparar fugas
Las fugas de agua pueden desperdiciar grandes cantidades de agua. Así que debe repararse rápidamente cualquier avería en grifos, tuberías o inodoros para evitar el desperdicio.
Instalar dispositivos de ahorro de agua
Colocar aireadores en grifos y cabezales de ducha puede reducir entre un 30 y un 60% la cantidad de agua expulsada sin sacrificar la presión.
Optimizar el uso del inodoro
Colocar una botella llena en el tanque del inodoro disminuye la cantidad de agua utilizada en cada descarga. Además, debe tenerse en cuenta que vaciar una cisterna completa conlleva un gasto de 10 litros, que se reduce a la mitad si nos acostumbramos a utilizar el pulsador de la media descarga.
Duchas más cortas
Reducir el tiempo de las duchas puede ahorrar una cantidad significativa de agua. Las que se consideran sostenibles no duran más de 5 minutos, por supuesto, cerrando el grifo durante el enjabonado. Aún así, consuma 100 litros de agua. Llenar la bañera supone utilizar 250 litros.
Lavar platos y ropa de manera eficiente
Para optimizar el consumo de agua, se debe llenar el lavavajillas y la lavadora por completo antes de usarlos. Lo mejor es elegir programas de lavado cortos y eco.
El consumo de agua de un lavavajillas A+ implica un consumo de unos 9 litros. Lavar los platos a mano, puede llegar a los 60 litros.
Reutilizar agua
Poner un cubo en la bañera para recoger el agua mientras se caliente evita su desperdicio, ya que podremos utilizarla para regar o fregar los suelos.
Riego eficiente
Regar el jardín a primeras horas de la mañana o por la noche evitando la evaporación excesiva del agua. Siempre es preferible utilizar sistemas de riego por goteo y utilizar la técnica del acolchado o mulching para conservar la humedad del suelo.
Concienciación familiar
Es importante concienciar a toda la familia sobre la importancia de conservar agua y motivarla para adoptar hábitos que contribuyan al ahorro. Incluso en los gestos más básicos. Lavarse las manos o los dientes cerrando el grifo supone el consumo de 2 litros. No hacerlo, aumenta el gasto de agua a los 18 litros.