¿Qué sucede en las Rías Baixas? Tras la muerte de miles de navajas, ahora llega la de los mejillones
Hace unas semanas vecinos de Pontevedra denunciaron la aparición de centenares de navajas muertas. El caso parece repetirse pero ahora con mejillones, ¿por qué ocurre esto? ¿Qué los está matando?
Hace unas semanas los vecinos y turistas de la playa A Lanzada, en Pontevedra, vieron interrumpido su descanso vacacional ya que les sorprendió la llegada de miles de navajas muertas. Este episodio mortal de marisco no es el primero ni será el último que nos afecte en España, ya pasó al principio de verano con la aparición de conchas muertas de caleducha.
Ahora es el turno de los mejillones
Los mejilloneros de Galicia están pasando uno de sus peores veranos. El 45 % de la cosecha de mejillones está perdida. Desde hace unas semanas las bateas ya no sacan la cantidad de ejemplares vivos que sacaban, las cuerdas que llegan a bordo de los barcos suelen estar vacías o con centenares de esta especie muerta. Más bien parece un cementerio.
Numerosos productores de mejillón en la Ría Arousa están denunciando este caso desde hace unas semanas pero, ¿por qué ocurre esto? Este no es el primer caso del verano, más bien sería el cuarto. También ocurrió algo similar con especies como las navajas, las conchas de caleducha y las almejas que aparecieron muertas en las Rías Baixas hace algunas semanas.
El hábitat en peligro
Los mejillones viven fijos en las rocas de la zona del litoral. Las altas temperaturas están teniendo un reflejo en el mar, elevando la temperatura del agua y matando a determinados bivalvos que necesitan aguas más frías para vivir y desarrollarse. La mortandad de ejemplares grandes está siendo muy efectiva, sin embargo, también hay crías que se están muriendo.
Todo esto está afectando a los mejillones, que en realidad son moluscos bastante resistentes y que toleran temperaturas de hasta 30 ºC. La única circunstancia buena, si se puede considerar así, es que esta especie puede regenerarse en un periodo de tan solo dos años. En cambio, algunas estrellas de mar y almejas viven durante décadas, y se reproducen más lentamente, por lo que su recuperación probablemente lleve más tiempo. Ahí habrá otro problema.
¿La culpa? Las olas de calor
Las condiciones meteorológicas adversas son las culpables. Estas han traído elevadas temperaturas y olas de calor cada vez más extremas y de mayor duración, afectando directamente al agua, incluso a la costa del Atlántico. La temperatura del agua en superficie es superior a la habitual, situándose en torno a los 24 y 26 ºC.
Hablamos de valores muy altos que están afectando directamente a la vida marina. Desde hace unos años, el ritmo al que se calienta el agua del mar se está acelerando y una de las primeras consecuencias es la elevada mortandad de las especies marinas. Después, sin ir más lejos, lo vemos en los precios en pescaderías y fruterías, quienes también sufren de cerca este problema.