¿Qué son estas misteriosas luces que iluminan el cielo nocturno marciano?
Gracias a la sonda TGO fue posible observar por primera vez luces misteriosas e inusuales en la cara nocturna de nuestro vecino Marte. Descubramos qué son y cómo se formaron.
Marte se encuentra, sin duda, entre los planetas del nuestro sistema solar más estudiados por los astrónomos. Las misiones que se ocupan de su estudio son numerosas y con una frecuencia increíble descubrimos nuevos detalles de este planeta tan similar pero también tan diferente a nuestra Tierra.
De hecho, gracias al espectrómetro NOMAD utilizado en el dominio UV-visible (Nomad-Uvis), a bordo de la sonda Trace Gas Orbiter (TGO) de la Agencia Espacial Europea (ESA), se observaron por primera vez extraños destellos en el cielo nocturno de Marte.
NOMAD y la sonda TGO
En primer lugar, expliquemos qué es Nomad-Uvis y para qué sirve: es un espectrómetro desarrollado por el Instituto Real de Aeronomía Espacial de Uccle, Bélgica.
Inicialmente este instrumento fue diseñado para mapear la capa de ozono que rodea el planeta rojo en la banda espectral ultravioleta, y por esta misma razón este instrumento suele orientarse hacia el centro del planeta: para observar la luz solar reflejada tanto desde Marte como desde su atmósfera.
En realidad, el rango de longitudes de onda observables con este espectrógrafo es más amplio: va desde el infrarrojo hasta el ultravioleta y el visible. Por tanto, este instrumento hace accesibles datos no sólo sobre el ozono sino también sobre el ácido sulfúrico y los aerosoles presentes en la atmósfera marciana.
Dado que en 2020 se detectó la presencia de una emisión verde entre 40 y 150 km de altitud en el lado iluminado del planeta, debido a la radiación solar ultravioleta, se propuso desviar ligeramente la mirada del satélite TGO y orientarlo hacia el limbo de el planeta para observar la atmósfera del planeta desde los bordes.
Estas emisiones ya se habían observado anteriormente
En aquella ocasión (en 2020) la luz observada se debió a la disociación de la molécula de CO2, principal constituyente de la atmósfera marciana, por lo que quisimos ver si este evento tuvo alguna consecuencia o no.
La intuición fue acertada, de hecho TGO mientras observaba la atmósfera nocturna detectó una nueva emisión, esta vez entre 40 y 70 km de altitud, debida a la recombinación de los átomos de oxígeno previamente disociados en el lado iluminado del planeta y luego transportados por vientos hacia el lado nocturno.
Al respecto, recientemente se publicó un estudio en Nature Astronomy, y una de las principales investigadoras de este trabajo, Lauriane Soret, afirmó que "los átomos se recombinan en contacto con el CO2 para reformar la molécula de O2 a un estado excitado, que se relaja y emite luz en el rango visible".
Pero el estudio no sólo condujo a este descubrimiento, de hecho Soret continúa: “Nos dimos cuenta de que los Uvis también observan otra emisión ultravioleta debida a la molécula de óxido nítrico (NO) en las mismas regiones. La comparación entre las dos emisiones nos permitirá afinar el diagnóstico e identificar los procesos implicados"
Por tanto, dados los excelentes resultados, se continuarán los estudios al respecto con la esperanza de poder comprender mejor la dinámica de la atmósfera superior marciana y sus variaciones durante el año marciano. En definitiva, sólo queda esperar a la publicación de próximos estudios al respecto.