¿Qué es y cómo funciona la agricultura regenerativa? Un ingeniero agrónomo te lo explica

El concepto de agricultura regenerativa viene desarrollándose desde hace varios años como alternativa a los modelos agrícolas más convencionales, convirtiéndose en una de las grandes apuestas de la Unión Europea por sus beneficios ambientales.

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Animales y agricultura, una alianza estratégica dentro de la agricultura regenerativa.

En las últimas dos décadas, la agricultura se enfrenta a grandes desafíos, debido fundamentalmente al agotamiento de los suelos, la pérdida de biodiversidad y los impactos del cambio climático. Frente a esta realidad argumentada, la Unión Europea ha decidido impulsar una nueva forma de cultivo, en principio más sostenible, conocida como agricultura regenerativa.

Esta estrategia de producción se presenta como una solución innovadora para restaurar la salud del suelo, mejorar la calidad de los alimentos y reducir la huella ecológica del sector agrícola.

Aunque este concepto ha irrumpido con fuerza en el sector, muchos se preguntan si realmente este tipo de agricultura es tan sostenible como se dice, e incluso si es verdaderamente capaz de producir alimentos para una sociedad en constante crecimiento poblacional.

¿Qué es la agricultura regenerativa?

La agricultura regenerativa se trata de un enfoque que va más allá de las prácticas tradicionales de sostenibilidad, buscando no solo mantener los recursos existentes, sino regenerarlos y mejorarlos con el tiempo.

A diferencia de los modelos agrícolas convencionales, que a menudo dependen de insumos químicos como pesticidas y fertilizantes, este sistema se centra en prácticas naturales que restauran la fertilidad del suelo y fomentan un ecosistema saludable.

Entre las principales técnicas de la agricultura regenerativa, se incluyen la rotación de cultivos, el uso de cultivos de cobertura, la agroforestería, el pastoreo gestionado y la reducción del laboreo.

Son prácticas que promueven la biodiversidad, aumentan la capacidad del suelo para retener agua y carbono, mejorando la estructura del terreno, permitiendo de esta forma una mayor resistencia a la erosión y a los fenómenos meteorológicos extremos.

La importancia del suelo

El suelo es un recurso vital para la producción de alimentos, y su degradación es uno de los principales problemas ambientales del mundo.

Se estima que en la UE cerca del 60% de los suelos agrícolas están en riesgo de sufrir erosión, pérdida de nutrientes y compactación.

Esta situación no solo pone en peligro la capacidad de los agricultores para producir alimentos de calidad y en cantidad, sino que también contribuye a la liberación de dióxido de carbono a la atmósfera, agravando el cambio climático.

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La erosión y pérdida de suelo fértil es uno de los mayores problemas de la agricultura a nivel mundial.

La agricultura regenerativa ofrece una solución a largo plazo, ya que se centra en reconstruir la salud del suelo. Los estudios científicos confirman que al aumentar la materia orgánica y la biodiversidad en el suelo, se mejora su capacidad para secuestrar carbono, lo que lo convierte en un aliado clave en la lucha contra el cambio climático.

Además, los suelos regenerados son más fértiles y productivos, lo que reduce la necesidad de insumos externos como fertilizantes químicos.

La apuesta de la Unión Europea

Consciente de los desafíos globales y de la importancia de adoptar enfoques sostenibles en el sector agrícola, la UE ha comenzado a fomentar activamente la agricultura regenerativa.

Este nuevo enfoque está alineado con las políticas del famoso “Pacto verde europeo”, que tiene como objetivo transformar la economía de la región hacia la sostenibilidad, con metas como la neutralidad de carbono para 2050 y la protección de la biodiversidad.

Una de las iniciativas clave en este contexto es la estrategia "De la granja a la mesa", lanzada por la Comisión Europea y que busca reducir el impacto ambiental de la agricultura, promover prácticas más saludables y sostenibles, y mejorar la resiliencia del sistema alimentario europeo.

La agricultura regenerativa es una parte fundamental de esta estrategia, ya que ofrece una solución tangible para restaurar los suelos y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector.

Además, la UE está apoyando económicamente a los agricultores que decidan adoptar estas prácticas a través de programas de financiación como la Política agraria común (PAC), que se está revisando para incluir más incentivos para la adopción de prácticas regenerativas. Estos incentivos buscan no solo reducir el impacto ambiental de la agricultura, sino también asegurar la sostenibilidad económica de los agricultores, ofreciéndoles alternativas viables y rentables.

¿Cuáles son los posibles beneficios para los agricultores y el medio ambiente?

Los beneficios de la agricultura regenerativa son numerosos, y abarcan tanto al ámbito ambiental como al económico. Por un lado, al restaurar la salud del suelo, los agricultores pueden reducir su dependencia de productos químicos y mejorar la fertilidad de sus tierras, lo que se traduce en cultivos más sanos y productivos a largo plazo.

Por otro lado, el enfoque regenerativo también tiene un impacto positivo en la biodiversidad, tanto en el suelo como en el entorno agrícola en general. Al reducir el uso de pesticidas y promover un manejo más integrado de los recursos, se crean hábitats más saludables para especies beneficiosas, como polinizadores y depredadores naturales de plagas.