Qué es un animal híbrido, un cruce poco común en la naturaleza
Estas fascinantes criaturas, que combinan rasgos únicos de sus progenitores, siempre han despertado asombro y curiosidad. Desafiando los límites de la naturaleza, ofrecen una interesante perspectiva sobre la evolución, la genética y la biodiversidad en el mundo actual.
La hibridación es el proceso por el cual dos especies diferentes se cruzan y generan descendencia. Se trata de un fenómeno fascinante de la naturaleza que desafía las fronteras biológicas y plantea preguntas sobre los límites de las especies y la evolución.
A veces, es la mano del hombre la que está detrás de estos procesos de hibridación, con los que ha conseguido transformar ecosistemas, aumentar la productividad agrícola y abrir las puertas a la innovación científica.
Una actividad que también plantea retos éticos y ecológicos, como el riesgo de pérdida de diversidad genética o el grave impacto que puede suponer para las especies nativas.
Algunos ejemplos de animales híbridos
De los cruces entre especies resultan animales cuya apariencia mezcla características de los dos progenitores. Estos son algunos de los más llamativos:
- Cebrallo: Es el cruce de una cebra macho y una yegua. A diferencia del caballo, este es más pequeño y con una crin escasa y rígida. Sobre el pelaje se pueden ver las típicas rayas de las cebras.
- Cebrasno: Es el resultado del cruce entre una cebra y un burro. Estos animales poseen un cuerpo robusto y patas rayadas, reflejo de la mezcla de sus progenitores.
- Coyolobo: En Norteamérica, los coyotes y los lobos pueden cruzarse en estado salvaje, dando lugar a este híbrido, que combina las habilidades adaptativas del coyote con la fuerza del lobo, lo que lo convierte en un eficiente depredador.
- Narluga: Es el híbrido bastante inusual que surge entre un narval y una beluga. La narluga sólo se puede ver en aguas árticas y su cruce está motivado por el calentamiento global.
- Balfín: Este animal híbrido marino, es el resultado del apareamiento de una falsa orca con el delfín nariz de botella.
- Burdégano: Cruce entre un caballo y una burra. También se le conoce como macho romo o burreño.
- Pumapardo: Es el cruce entre una leoparda y un puma macho.
- Cama: Es el producto del apareamiento de un dromedario y una llama hembra.
Cruces artificiales controlados por el ser humano
Aunque algunos animales híbridos han surgido de manera natural, muchos son el resultado de acciones controladas por el ser humano para mejorar las características del animal o conseguir adaptarlo a nuevas necesidades.
Los cruces entre yeguas y burros para producir mulas son un ejemplo clásico relacionado con la agricultura. Este híbrido ha sido tradicionalmente valorado por su fuerza y resistencia, cualidades que combinan lo mejor de ambas especies parentales.
Lo mismo sucedió con el beefalo o vacasonte, un cruce entre bisonte americano macho y vaca doméstica de cualquier raza. Entre sus ventajas ganaderas destacan que su carne tiene un bajo nivel de grasa y colesterol de su carne y que estos animales se adaptan mejor a climas extremos.
Al contrario que la mayoría de híbridos, cuyas incompatibilidades genéticas hacen que sean estériles, el beefalo sí produce descendencia fértil.
En la industria del entretenimiento también se han creado híbridos como el ligre (cruce entre león y tigresa) o el tigón (cruce entre tigre y leona). Aunque no tienen un propósito funcional, estos animales se crean para exhibición en zoológicos o centros recreativos.
Algunos criadores también cruzan perros domésticos con lobos para crear híbridos como el wolfdog y el perro lobo checoslovaco (pastor alemán y lobo europeo), muy valorados por su aspecto salvaje y temperamento único.
Experimentación científica
En ocasiones, la hibridación también se ha puesto al servicio de la experimentación científica con fines de investigación y desarrollo.
En los laboratorios se han creado, por ejemplo, híbridos de cabra y oveja (cabrejas) que buscan estudiar enfermedades o procesos genéticos.
Y en biotecnología, también se investigan híbridos para crear organismos con aplicaciones médicas, como órganos para trasplantes. Es el caso del experimento realizado en 2018 por un equipo de científicos estadounidenses, por el que crearon embriones de oveja que son un 0,01 por ciento humanos según el recuento celular.
Necesidades de conservación
En otros casos, el ser humano promueve la hibridación para salvar especies en peligro de extinción o para adaptarlas a un entorno cambiante.
Es el caso de los osos pizzly (cruce entre osos polares y pardos) que algunos científicos estudian para garantizar la supervivencia de los genes del oso polar ante la amenaza que supone el cambio climático.
También se cruzan especies de peces como truchas y salmones para aumentar su resistencia a enfermedades o su adaptabilidad a nuevos hábitats.
Hibridación accidental por introducción de nuevas especies
La actividad humana también ha sido la responsable de procesos de hibridación accidentales, relacionados con la introducción de especies no nativas en hábitats nuevos.
Uno de los casos más paradigmáticos tuvo lugar en ríos de América del Norte, al introducir carpas asiáticas que se cruzaron las locales, lo que terminó afectando gravemente al ecosistema.
Híbridos en la historia humana: cuando se cruzaron el Homo sapiens y el Homo neanderthalensis
La hibridación no se limita al reino animal moderno: también abarca la propia historia evolutiva del ser humano. Estudios genéticos han demostrado que el Homo sapiens y el Homo neanderthalensis se cruzaron hace decenas de miles de años.
Los resultados de esta hibridación han quedado de manifiesto en el ADN de muchas poblaciones humanas actuales, especialmente las de origen europeo y asiático, que portamos entre un 1% y un 4% de ADN neandertal.
El intercambio genético entre estas dos especies no solo hizo posible ampliar la diversidad genética, sino que fue fundamental a la hora de aportar ventajas adaptativas, como mayor resistencia a ciertas enfermedades y tolerancia a climas fríos.
Aunque también sería el responsable de enfermedades como la diabetes tipo 2, la enfermedad de Crohn, el lupus o la cirrosis biliar, que podrían estar causadas por mutaciones del genoma neandertal que aún conservamos.