¿Qué es la fruta de hueso y qué variedades se pueden encontrar en España?

La agricultura española destaca por su fruta de hueso, que llegados los meses estivales lucen todo su esplendor. Desde ricas cerezas a comienzos de primavera hasta ciruelas o melocotones, una diversidad frutal llena de sabor y aroma.

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La fruta de hueso, un referente en la huerta española

Las frutas de hueso son muy demandadas y conocidas en el territorio nacional. Incluyen una variedad de frutas caracterizadas por tener una semilla grande y dura en su interior.

Este tipo de fruta es altamente valorado y apreciado en España, no solo por su delicioso sabor y su enorme versatilidad también en la cocina, sino por su importancia económica y cultural. En los meses de mayo y junio muchas frutas de hueso alcanzan su punto óptimo de maduración, lo cual significa que los mercados comienzan a llenarse de intensos y sabrosos aromas y sabores frescos.

¿Qué variedades de fruta de hueso podemos encontrar en el mercado?

No son pocas las diferentes opciones que podemos encontrar en las fruterías de nuestros barrios llegados los meses de mayo y junio, pues son los meses idóneos donde el fruto alcanza su máxima expresión de sabor y dulzura.

Melocotón

El melocotón es una de las frutas de hueso más emblemáticas de España. Este fruto se distingue por tener una pulpa muy jugosa y dulce, y además por su característica piel aterciopelada. En mayo, las variedades tempranas de melocotón comienzan a llegar al mercado.

Las regiones de Aragón, Cataluña, Murcia y Andalucía son conocidas por la producción de melocotones de muy alta calidad. Además, podemos encontrar dos variedades muy diferenciadas de melocotón, por un lado el melocotón amarillo, de piel dorada carne firme y dulce, esta variedad es ideal para consumir fresca o para usar en postres y mermeladas; y por otro lado, el melocotón de viña, que es algo menos conocido, pero muy apreciado por su sabor intenso.

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El melocotón, una de las frutas de hueso más preciadas

Nectarina

Muy similar al melocotón pero con una piel lisa, la nectarina también es protagonista en los meses de mayo y junio. Su sabor puede ser ligeramente más ácido que el del melocotón, lo que la convierte en una opción refrescante para los días más calurosos.

Al igual que en el melocotón, diferenciamos entre dos variedades fundamentales, la nectarina amarilla, que presenta un sabor dulce y una textura crujiente, o la variedad de nectarina blanca, cuya pulpa es más suave y dulce, ideal para consumir directamente en fresco o en postres ligeros.

Cereza

La cereza es otra fruta de hueso que brilla en mayo y junio. Extremadura, especialmente el Valle del Jerte, es famosa por sus cerezos, que producen algunas de las cerezas más deliciosas del país.

Algunas de las variedades más conocidas y buscadas son la cereza burlat, que es una de las primeras en madurar, conocida por su tamaño grande y su sabor dulce, o la famosa cereza picota, que es característica por no tener rabillo, es crujiente y extremadamente dulce, ideal para consumir fresca.

Ciruela

La ciruela ofrece una gama de sabores, desde muy dulces hasta ligeramente ácidos, dependiendo de la variedad. En mayo y junio las ciruelas comienzan a madurar, ofreciendo una opción saludable y deliciosa para el consumo diario.

Las variedades más destacadas e importantes son la famosa reineta, que tiene una pulpa verde y dulce, y además es perfecta para consumir fresca o para hacer compotas, o la variedad golden japan que es dulce y jugosa, ideal para comer directamente o en ensaladas.

Albaricoque

El albaricoque es una fruta de hueso que, aunque más pequeña que el melocotón o la nectarina, es muy apreciada por su sabor dulce y su textura suave. Las regiones de Murcia y Valencia son grandes productoras de esta fruta.

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Albaricoque, una fruta dulce exquisita.

Paraguayo

El paraguayo, también conocido como melocotón chato, es otra deliciosa fruta de hueso que se encuentra en su mejor momento entre mayo y junio. Su forma aplastada y su sabor dulce y jugoso lo hacen muy popular.

Podemos concluir por tanto que las frutas de hueso son una parte esencial de la dieta y gastronomía mediterránea y tienen un papel muy importante en la economía agrícola española. En mayo, junio, julio y demás meses estivales, la abundancia y variedad de estas frutas ofrecen múltiples opciones para disfrutar de sabores frescos y al mismo tiempo llenos de nutrientes y salud.