¿Qué es la epilepsia? Síntomas, causas y tratamiento de esta enfermedad
En el mundo, 50 millones de personas conviven con este trastorno neuronal que produce un incremento anormal de la actividad eléctrica en el cerebro y puede provocar crisis convulsivas. Te contamos qué puedes hacer en estos casos para ayudar.
Aunque hay quienes la confunden con una patología psiquiátrica, la epilepsia es un trastorno neurológico crónico no transmisible que afecta al cerebro. Se caracteriza por la presencia de episodios recurrentes e impredecibles de actividad eléctrica anormal en este órgano.
Estos pueden dar lugar a convulsiones (aunque son el signo más conocido, no todas las personas con epilepsia las experimentan), alteraciones en la conciencia, movimientos incontrolados y otras manifestaciones neurológicas, como pérdida de la función intestinal o vesical durante las crisis.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que unos 50 millones de personas padecen esta enfermedad, lo que la convierte en uno de los trastornos neurológicos más comunes y también antiguos. Existen registros escritos de esta patología que se remontan al 4000 a.C.
La epilepsia no está relacionada con la capacidad intelectual
Aunque, durante siglos, quienes la padecen han sufrido discriminación y estigma social por mero desconocimiento, también hay ejemplos de personajes ilustres para los que su enfermedad no fue un obstáculo a la hora de llevar a cabo grandes empresas.
Es el caso de los conquistadores Alejandro Magno, Julio César y Napoleón Bonaparte; de la heroína Juana de Arco; de la religiosa Teresa de Jesús; de los científicos Isaac Newton, Alfred Nobel y Albert Enstein; de los escritores Lord Byron y Feodor Dovtoiesky; del pintor Vincent Van Gogh; o del revolucionario ruso y primer dirigente de la URSS, Vladimir Ilich Lenin.
Y es que la epilepsia no está relacionada con la capacidad intelectual. Algunos famosos que hoy conviven con esta enfermedad son el actor de origen nigeriano Hugo Weaving, aclamado por sus papeles del agente Smith en 'Matrix' y Elrond en 'El Señor de los Anillos', o el pianista, compositor y cantante británico, Elton John.
¿Qué causa la epilepsia y por qué existen más casos en los países en vías de desarrollo?
Las causas de la epilepsia aún se desconocen en aproximadamente el 50% de los casos de todo el mundo, y se dividen en las siguientes categorías: estructurales, genéticas, infecciosas, metabólicas, inmunológicas y desconocidas. Entre las más importantes encontramos:
- Daño cerebral por causas prenatales o perinatales, es decir, las que suceden en el momento del parto, como hipoxia (descenso del oxígeno en los tejidos) o traumatismos.
- Malformaciones congénitas o trastornos genéticos que llevan asociados malformaciones cerebrales.
- Accidentes cerebrovasculares que limitan la llegada de oxígeno al cerebro.
- Infecciones cerebrales como meningitis, encefalitis, por VIH o neurocisticercosis.
- Tumores cerebrales.
Cerca del 80% de las personas con epilepsia viven en países con baja renta per cápita.
El motivo está relacionado con el mayor riesgo de padecer enfermedades endémicas como el paludismo o la neurocisticercosis (una infección parasitaria ocasionada por quistes larvales), los traumatismos relacionados con el parto o una peor infraestructura sanitaria.
Lo que sucede en el cerebro de una persona con epilepsia, síntomas y signos
Las neuronas, las unidades funcionales básicas del sistema nervioso, generan señales o impulsos electroquímicos que actúan sobre otras neuronas, glándulas y músculos para producir movimientos, pensamientos y sentimientos en los seres humanos.
Durante una crisis, las neuronas de una persona con epilepsia emiten hasta 500 señales por segundo, más del doble de lo habitual. Este aumento excesivo de actividad eléctrica neuronal causa movimientos, sensaciones, emociones y comportamientos involuntarios.
Cuando la crisis es focal (se origina solo en una parte del cerebro), la persona se mantiene consciente, pero experimenta sensaciones motoras, sensoriales o psíquicas. Por ejemplo, recuerdos o déjà vus intensos, que suelen anticipar una crisis mayor.
También surgen náuseas y sentimientos súbitos e inexplicables de alegría, ira o tristeza. Y sentidos como el gusto y el olfato pueden verse alterados. En este tipo de crisis, también es común que aparezcan movimientos involuntarios y repetitivos que se conocen como automatismos.
Las crisis generalizadas, cursan con pérdida del conocimiento y espasmos musculares masivos. Algunas personas se recuperan inmediatamente después de una crisis generalizada. Otras pueden necesitar minutos u horas y, mientras, sentirse cansadas, somnolientas, confundidas o débiles.
Un futuro esperanzador a través de la medicina
Aunque la epilepsia no tiene cura, muchas personas afectadas pueden tratar sus síntomas con medicamentos antiepilépticos, como el cenomabato, cirugía, estimulación del nervio vago u otros tratamientos. Con una atención adecuada, la mayoría puede llevar una vida normal.
La localización y tamaño del foco determinará si se puede realizar cirugía de epilepsia curativa (control del 70/80% de las crisis), o paliativa. En este último caso, el foco no se elimina por completo, pero se consigue disminuir la frecuencia y gravedad de las crisis.
¿Cómo actuar ante una crisis epiléptica?
Ante una persona que sufre una crisis epiléptica de tipo convulsivo, conviene mantener la calma. La mayoría de las veces, las convulsiones terminan en unos pocos minutos. Así podremos ayudarla:
Su seguridad, lo primero
Voltea a la persona suavemente hacia un lado (posición de seguridad). Afloja corbatas, pañuelos o cualquier objeto del cuello. Esto mejorará su respiración. Retira cualquier objeto a su alrededor con el que se pueda herir o golpear.
Pon bajo su cabeza alguna prenda suave, como una chaqueta doblada. Y si usa gafas, retíralas. Cronómetro la convulsión. Si dura más de 5 minutos, avisa al 112.
No la abandones
Permanece con la persona hasta que la convulsión haya pasado y esté completamente consciente. Ayúdala a sentarse en un lugar seguro y explícale lo ocurrido en términos sencillos. Conforta a la persona y háblale de manera calmada. Y ofrécete a llamar un taxi o a algún familiar para asegurarte de que la persona llega a casa segura.