¿Notas que tienes 'flygskam'? Diagnóstico de Greta Thunberg
¿No quieres viajar ante el riesgo de contaminar el planeta, que anda inmerso en una crisis climática? ¿Rechazas subir a un avión para no agudizar el calentamiento global? Lee esta noticia para obtener tu diagnóstico.
Greta Thunberg está despertando una sensibilidad ecológica sin parangón. Con sus viajes en velero y coche eléctrico, la activista sueca está removiendo conciencias, abanderando una revolución en los transportes que empieza a ‘picar’ en ciertas empresas, especialmente en las aerolíneas y agencias de viajes. De un tiempo a esta parte, muchos viajeros están prescindiendo del avión ante la avalancha de noticias que hablan de sus grandes emisiones de carbono. Este nuevo fenómeno ha sido bautizado como flygskam o vergüenza a volar.
El antídoto: la compensación de carbono
Las aerolíneas están tratando de convencer a sus clientes con la opción de compensar el carbono de sus vuelos. Esto implica calcular las emisiones de un viaje o actividad y luego comprar ‘créditos’ de proyectos que evitan o eliminan la cantidad equivalente de gases de efecto invernadero. ¿Cómo? Plantando árboles, que absorben el dióxido de carbono de la atmósfera, o invirtiendo en proyectos de energía renovable para ahorrar emisiones en el futuro. Según algunos estudios de mercado, las personas que invierten para cancelar sus huellas de carbono se ha cuadruplicado en los últimos años.
EasyJet ya promete a sus clientes volar con carbono neutral, y al menos otras diez aerolíneas, como Air New Zealand o Air Canada, ofrecen la compensación de carbono a sus pasajeros. Esta última estrategia también será asumida por British Airways en el año 2020 dentro de sus vuelos nacionales, garantizando a sus pasajeros la reforestación de la cuenca del Amazonas o instalar estufas de bajas emisiones en Sudán. En España, la compañía Iberia ofrece en su web una calculadora para estimar el CO2 que supondrá nuestro viaje. Después, siempre de forma voluntaria, el cliente puede limpiar su conciencia con una donación a la reforestación en nuestro país.
¿Son tan importantes las emisiones? Y el antídoto, ¿funciona?
La industria de la aviación está implicada en la crisis climática. Cada año libera cientos de millones de toneladas de carbono a la atmósfera. Debido a la creciente demanda de los viajes aéreos en los países desarrollados, se estima que las emisiones globales de carbono de los vuelos comerciales aumentan un 70% más rápido de lo previsto. Los grupos ecologistas lo tienen claro: la mejor manera de reducir las emisiones pasa por tomar menos vuelos. La ‘compensación’ podría dar manga ancha a las compañías para cada vez contaminar más.