¿Qué es el SPF? Este es el significado del factor de protección solar de las cremas
Ya es un básico (o debería serlo) entre nuestros productos de rutina. Elegimos nuestros protectores solares por el SPF, pero... ¿sabemos qué es y cómo se calcula? Aquí te lo explicamos.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud estremecen: cada año se producen entre 2 y 3 millones de casos de cáncer de piel en el mundo. Una de las maneras de prevenirlo es utilizar correctamente el protector solar. El primer paso para usar (y elegirlo) bien es saber de qué estamos hablando. En nuestras elecciones seguro que destaca ese número clave (30, 50, 50+) al lado de SPF.
¿Cuál es el origen del SPF?
Las siglas de SPF significan Factor de Protección Solar. Todo comenzó en 1938 cuando un estudiante de química, Franz Greiter, sufrió una insolación cuando subía a la montaña Piz Buin en Suiza. Por eso, los primeros protectores solares que sacaron al mercado en 1946 se llamaron Piz Buin Glacier Cream.
Gracias a sus conocimientos en química y a los que tenía su mujer, Marga, en cosmética, desarrollaron una marca especializada en protección solar. En 1962, se introdujo este factor de protección solar y se consolidó como el estándar de eficacia de la crema solar. El cálculo se basa en el tiempo que nuestra piel puede permanecer expuesta a los rayos UV-B sin presentar eritema. Ojo. Sólo los UV-B.
¿Qué significan las siglas PA+ en un protector solar?
La radiación UV-A (responsable de envejecimiento prematuro) se mide con la escala PA+++, al ser menos conocido, podemos llegar a pensar que estamos completamente protegidos frente al sol cuando no es así. Confirmemos leyendo en el envase que nuestro protector solar también protege frente a los rayos UV-A.
En 1978 la FDA reveló el primer método estandarizado para determinar el SPF. En 1984 fue Alemania quien opinó otro, con ciertas diferencias y, por fin, en 2002 se llegó a un acuerdo internacional.
¿Cómo se sabe qué SPF tiene un protector solar?
El SPF es la relación entre el tiempo que tarda nuestra piel en mostrar signos de enrojecimiento sin protector frente a lo que tarda con protector. Para determinarlo se requiere una prueba en vivo. Se seleccionan entre 10 y 20 voluntarios de varios fototipos que no se expondrán al sol en los últimos dos meses.
Se aplica luz UV con una lámpara en la zona de la espalda, entre la escápula y la cintura. Primero se determina el tiempo que tarda cada uno en mostrar enrojecimiento (DEM, dosis eritemática mínima). En otra zona se aplica en protector en una cantidad de 2 mg/cm² de piel y se emiten rayos ultravioletas con diferentes intensidades. A las 24 horas un experto interpreta el resultado.
Estos números señalan el nivel de fotoprotección que posee un protector solar. Indican el tiempo que una persona puede permanecer expuesto al sol sin quemaduras.
Se eligen voluntarios de varios fototipos porque la DEM varía entre personas. Cuanto más bajo sea el fototipo, más rápido alcanzará la Dosis Eritemática mínima.
A veces también se realizan pruebas un vitro gracias a los espectrofotómetros, sobre todo en los filtros físicos. Se coloca una muestra de la crema en el tubo y se hace pasar una luz UV. En el otro lado, se coloca un detector que mide la luz que ha absorbido la sustancia.
¿Y en la práctica?
Lo primero que debemos tener en cuenta es cuál es nuestro fototipo de piel. Lo habitual es que el tiempo de la DEM varíe entre 5 y 30 minutos por término medio, pero también deberíamos valorar el tiempo que estaremos expuestos, dónde y si vamos a realizar alguna actividad, por ejemplo, estar en el agua.
Otro factor importante es que, al hacer los estudios de cálculo de SPF, se realizan con 2 mg/cm2 de piel, pero nuestra aplicación habitual no suele superar los 0,5 mg/cm². Por este motivo la recomendación es utilizar factores elevadores y reaplicar la crema cada dos horas.
Deberemos considerar también el formato del protector, no es lo mismo crema, gel o spray. En el caso de bruma o aerosol, deberíamos utilizarlo, como mucho, para la reposición y no para la primera aplicación. No escatimemos en salud, nos merecemos disfrutar del sol sin riesgos.