¿Qué alimentos cambian el olor corporal? La farmacéutica Gemma del Caño te explica cuáles son y cómo lo hacen
No es un mito, hay alimentos que cambian tu olor corporal debido a diversos factores. No puedes cambiar tu metabolismo pero sí lo que comes. Aquí te damos pautas.
En nuestro olor hay factores que no podemos evitar. Frente a ellos tenemos poco margen de actuación, más allá de una constante higiene, productos que nos ayudar a evitar el olor corporal fuerte o incluso tratamientos médicos. Pero sabemos que la alimentación también influye y sobre ella, sí podemos actuar.
Para entender cómo la dieta afecta en nuestro olor corporal, nos centraremos en tres aspectos fundamentales.
Nuestro metabolismo
Cada alimento que consumimos se descompone en nutrientes más pequeños (glúcidos, lípidos o proteínas) a través de procesos digestivos. Una vez obtenemos estas pequeñas "piezas", se utilizan para conseguir energía o mantener las funciones corporales. Durante estos procesos, se liberan compuestos químicos que pueden afectar la composición de nuestro sudor y otras secreciones corporales.
El azufre, culpable del mal olor
Esto ocurre con la presencia de compuestos sulfurados. Estos compuestos se encuentran en alimentos especialmente aquellos ricos en proteínas, como carne, huevos y productos lácteos. Cuando el cuerpo descompone las proteínas en aminoácidos, si estos aminoácidos tienen azufre en sus estructura, puede producir subproductos sulfurados que tienen un olor característico. Por lo tanto, una dieta rica en proteínas animales (que tienen mayor número de aminoácidos con este elemento) puede contribuir a un olor corporal más fuerte.
No sólo ocurre con alimentos animales, algunos vegetales como el ajo y las cebollas contienen compuestos con azufre volátiles que pueden ser absorbidos por el cuerpo y luego liberados a través del sudor y la respiración, dando lugar a un olor distintivo.
Del mismo modo, las especias y hierbas aromáticas pueden influir en el aroma corporal, aunque en menor medida. Por ejemplo, los espárragos tienen una molécula que al descomponerse provoca mal olor a la orina, semen o saliva y, por supuesto, sudor.
La microbiota
La dieta también puede influir en el equilibrio bacteriano de nuestro cuerpo, lo que a su vez afecta nuestro olor corporal. El intestino humano alberga miles de millones de bacterias que desempeñan un papel crucial en la digestión y el metabolismo de los alimentos.
Algunas de estas bacterias pueden producir compuestos volátiles que se excretan a través de la piel, contribuyendo al olor corporal. Un motivo más para cuidar a nuestras amigas las bacterias de nuestro intestino.
La hidratación
No sólo lo que comemos influye, también lo que bebemos. Y esto es pura química (como todo). La ingesta insuficiente de agua puede provocar una concentración más alta de compuestos odoríferos en el sudor, lo que puede resultar en un olor más pronunciado. Por otro lado, una adecuada hidratación puede diluir estos compuestos y reducir el olor corporal.
Es importante tener en cuenta que el olor corporal no es necesariamente un indicador de mala salud. Todos tenemos un aroma natural que es único para nosotros. Por supuesto, no depende en exclusiva de lo que comemos, sino que esto puede variar según factores genéticos, hormonales y ambientales, además de la dieta.