¿Por qué ahora todas las masas de aire que llegan a España desde África son extraordinarias? ¿Sólo sensacionalismo?
Ya metidos en la canícula, volvemos a tener una ola de calor similar a la de la semana pasada, con una dorsal de aire africano y de nuevo calor extremo. ¿Qué está pasando?
Estamos ya metidos en la canícula y es normal que tengamos días muy calurosos, tórridos, y que pueda producirse una ola de calor. Un año más, el guión parece cumplirse, pero están cambiando las reglas del juego meteorológico. El calor extremo asoma a las primeras de cambio, asociado a las dorsales de aire cálido que tradicionalmente extienden su radio de acción desde el norte de África hasta la península Ibérica, Baleares, otras zonas del sur de Europa y también Canarias.
Es un viejo conocido el esquema de las masas de aire que afectan al territorio peninsular, cada una de las cuáles con sus características propias. La que se genera en el gigantesco desierto del Sahara es la masa de aire tropical continental, conocida también por su abreviatura cT (o de forma equivalente Tc). Un aire seco y cálido, particularmente cálido desde finales de la primavera y durante el verano, debido a la elevada insolación.
Seguramente que te tocó memorizar este esquema clásico en sus tiempos de estudiante; quizás lo tuviste que estudiar con algo más de detalle si cursaste asignaturas de Meteorología y/o Climatología en la universidad, pero lo que seguro que no te contaron es cómo están cambiando esas masas de aire cT en el marco del calentamiento global.
En los primeros días de esta semana estamos viviendo una situación meteorológica muy parecida a la que ocurrió durante la primera mitad de la pasada, en que tuvimos la primera ola de calor del año. Durante tres días seguidos –de lunes a miércoles– se rozaron los 45 ºC en distintas estaciones meteorológicas, principalmente del sureste peninsular y Canarias.
Ayer lunes se repitió la historia en algunas localidades del interior de Andalucía y hoy martes, previsiblemente, ese calor extremo se trasladará también al área mediterránea, tanto al extremo oriental de la Península como a Baleares. No es descartable que hoy o mañana lleguen a superarse los 45 ºC de máxima en alguna estación meteorológica y se bata algún récord.
Las dorsales se están encontrando con una condiciones nuevas
La subida que está experimentando la temperatura planetaria se manifiesta en la mayoría de regiones terrestres. En verano, de forma natural, el aire cálido que se genera sobre el horno sahariano se expande hacia la periferia del gran desierto. Las dorsales cálidas entran en escena. Pero ahora en su desplazamiento hacia el norte se encuentran con unas condiciones de contorno diferentes a las que había hace años.
La baja atmósfera está más caliente, lo mismo que la superficie marina (del Mediterráneo en el caso que nos ocupa), lo que da como resultado unas dorsales más persistentes, que abarcan extensiones mayores de la superficie terrestre, y con un aire que se recalienta más, formando bóvedas o domos de calor extremo.
Un patrón que se repite en otras regiones del mundo
Desde hace algunos años estamos viendo cómo ese mismo patrón se repite en distintas zonas del mundo, dando lugar a unas olas de calor extraordinarias de las que no existían precedentes. En muchas de ellas las anomalías cálidas (los picos de calor) se van de escala. Los propios modelos meteorológicos pronostican cada vez con mayor frecuencia campos de anomalías previstos que superan su climatología. El índice EFI (de rareza) se dispara con frecuencia a valores muy altos.
Estamos asistiendo en directo y no precisamente a cámara lenta, a un nuevo escalón en el calentamiento global. La subida de la temperatura no es lineal y progresiva como cabría esperar, sino que todo apunta a que se está produciendo un cambio de comportamiento, con implicaciones en la dinámica atmosférica.
Las personas que son ajenas al mundo de la Meteorología (tanto a nivel profesional como aficionado) seguramente piensan que lo de estar hablando continuamente en los medios de las olas de calor y los fenómenos meteorológicos extremos que ocurren por todos los rincones del mundo es una exageración, y que además se aprovecha deliberadamente para estar hablando a todas horas del cambio climático. Lo cierto es que hay datos objetivos, irrefutables, que certifican la excepcionalidad del comportamiento atmosférico observado. Las dorsales de aire cálido que nos afectan tan de lleno, están siendo uno de los principales indicadores del cambio que está aconteciendo.