¿Por qué no sonaron las sirenas de advertencia en el mortífero incendio de Hawái?
Pese a tener 80 sirenas distribuidas alrededor de la isla hawaiana de Maui, ninguna de ellas fue activada para alertar a la población del terrible incendio. ¿Qué es lo que falló?
En 2018, Jim Carrey se encontraba de vacaciones con su hija en Hawái, cuando una llamada de su asistente le alertó de un mensaje del Sistema de Alerta de Emergencias que decía lo siguiente: “Misiles balísticos a punto de entrar en Hawái. Busque refugio inmediatamente. Esto no es un simulacro”.
Luego del estupor inicial, y sin posibilidades de ponerse a salvo, el actor comenzó a reflexionar sobre lo bueno y lo malo de la vida, sin preocuparse por el momento en que el misil impactara. La mayoría de los hawaianos experimentó pánico mientras buscaban refugio ante lo que podría ser el final de sus días.
En medio de mensajes replicados por radio y televisión, y después de 38 eternos minutos, se envió una segunda alerta en la que se aclaraba que el aviso original se había enviado por error: un empleado había pulsado el botón equivocado. Si bien fue una falsa alarma, sirvió para entender que el sistema de alerta de Hawái era efectivo para el fin que se había diseñado: alertar.
Tres años después, en medio de uno de los incendios más feroces y mortíferos de la historia norteamericana, ninguna alarma o mensaje claro fue emitido. Y los responsables de advertir a la población de los peligros, entienden que ha sido mejor que las alarmas no hayan sonado.
La importancia de los Sistemas de Alerta Temprana Multirriesgos
La alerta temprana es un elemento importante en la reducción del riesgo de desastres, al contribuir en la mitigación de las pérdidas de vidas y bienes. Pero para ésta sea eficaz, las buenas prácticas indican que un Sistema de Alerta Temprana (SAT) debe contar con la participación activa de las personas y comunidades involucradas, facilitar la educación y la toma de conciencia de la población respecto a los riesgos, difundir con eficacia mensajes y avisos claros, y contribuir a que haya un estado continuo de preparación y a que se adopten medidas tempranas.
Y especialmente, un SAT debe ser Multirriesgos, es decir, debe servir para las múltiples amenazas que pueden materializarse solas (incendios forestales, tormentas, tsunamis, ciclones tropicales, etc.), simultáneamente o en cascada. Implementar un SAT sólo para una amenaza o peligro específico (por ejemplo, sólo para inundaciones), es contrario a las recomendaciones de los organismos especializados de las Naciones Unidas.
El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, adoptado por los países miembros de las Naciones Unidas, es un instrumento de acciones tendientes a reducir el riesgo de que ocurran desastres y sus consecuencias negativas.
Por ello reconoce los beneficios de los sistemas de alerta temprana multirriesgos y los consagra en una de sus siete metas mundiales: “Incrementar considerablemente la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana sobre amenazas múltiples y de la información y las evaluaciones sobre el riesgo de desastres transmitidas a las personas, y el acceso a ellos, para 2030”.
El infierno, sin preaviso
Hawái tiene el mayor sistema de sirenas exteriores de advertencia de seguridad pública del mundo: más de 400 sirenas que se activan en situaciones de peligro como guerras, volcanes, huracanes e incendios forestales. Pero el silencio mortal de las sirenas en esta ocasión, hace que los sobrevivientes se pregunten por qué nadie activó las potentes sirenas, que pueden oírse a más de 800 metros de distancia, ya que emiten ruidos a mayores decibeles que un concierto de rock.
La Agencia de Gestión de Emergencias de Hawái confirmó que se activaron otros sistemas de alerta, como las que se enviaron a teléfonos móviles y a través de emisoras de radio y televisión, pero como ese día no hubo electricidad, muchos residentes aseguran que nunca recibieron ningún aviso. Las sirenas podrían haber alertado a la población para que buscara información específica de por qué se activaron, o que prestaran atención sobre la situación o los indicios, como la presencia de humo.
En las horas previas a que el incendio forestal arrasara la ciudad de Lahaina, las autoridades responsables de las emergencias del condado de Maui no activaron las sirenas, y confiaron en publicar en las redes sociales una serie de confusos mensajes que llegaron a un público mucho más reducido.
El resto de la población, sin comunicaciones ni electricidad, trató de informarse por los medios, pero estos no tenían suficiente información. Al momento en el que las llamas comenzaron a devorar la ciudad, la huida fue desordenada y la gran cantidad de vehículos provocó un embotellamiento en el centro de Lahaina, atrapando a mucha gente en el avance rápido del fuego.
La alerta temprana salva vidas
Los vientos de más de 80 km/h alimentaron el incendio que, ya sin control, avanzó sobre Lahaina a toda velocidad, sin tiempo suficiente para que los funcionarios decidieran enviar las órdenes de evacuación.
Un residente de la ciudad indicó que dos de sus amigos se salvaron del incendio sólo porque oyeron sonar los detectores de humo de sus casas. Otro residente indicó “En mi teléfono móvil, teníamos avisos de fuertes vientos y posibles incendios… pero ninguna advertencia real, como las alertas naranjas o esas tormentas que normalmente recibiríamos y que vibrarían y harían ruidos fuertes desde nuestros teléfonos. No recibimos nada de eso. No había sirenas".
Son muchos los residentes de Maui que cuestionan la eficacia del sistema de alerta temprana empleado en el desastre más mortífero de la historia del estado, y del país, desde 1918.
Por otro lado, los responsables de la gestión de emergencias defienden su postura de no activar las sirenas en medio del mortífero incendio de Hawái. Justifican su accionar indicando que las sirenas allí se utilizan para alertar a la gente de los tsunamis. Su uso durante el incendio podría haber llevado a la gente a evacuar hacia el peligro, ir hacia la zona de los incendios en lugar de avanzar en dirección al mar. Y esta decisión fue apoyada por el gobernador de Hawái, Josh Green, quien también defendió la decisión de no hacer sonar las sirenas.
Lo que demuestra esta serie de eventos que resultaron en la muerte de al menos 114 personas, es que el Sistema de Alerta Temprana falló. Se puede contar con los más modernos equipos de respuesta, con los mejores dispositivos de detección y monitoreo, pero si la gente no sabe cómo actuar o si hay fallas en la comunicación, tanto en el medio como en el mensaje como en este caso, el Sistema de Alerta Temprana es inútil. Y las explicaciones no le devuelven la vida a los muertos.