¿Por qué la gota fría ahora se llama DANA?
El término vuelve a estar en boca de todos, pero poca gente sabe a qué hace referencia exactamente. La AEMET introdujo el concepto DANA como sinónimo de gota fría hace unos años, ¿por qué es más recomendable su uso?
Una gota fría o DANA es un embolsamiento de aire frío en niveles medios y altos de la troposfera, totalmente aislado de la circulación general. Esta bolsa de aire frío va además acompañada de una depresión en altura, en el núcleo de la gota fría, hay un surco en la troposfera y los vientos giran ciclónicamente.
El origen de la palabra gota fría surge en Alemania, en el año 1886. Algunos meteorólogos alemanes acuñaron el concepto "kaltlufttropfen" al analizar cartas meteorológicas. Traducido de forma literal significa 'gota de aire frío'.
¿Cual es la diferencia entre DANA y gota fría?
La AEMET introdujo la palabra DANA hace unos años en honor al meteorólogo ilustre Paco García Dana, aunque las siglas hacen referencia a Depresión Aislada en Niveles Altos. El término se introdujo para darle un aire más técnico y evitar confusiones ya que en los años 80 y 90 tomó gran popularidad y todos los episodios de lluvias intensas pasaron a llamarse gota fría por los medios de comunicación. Tanto DANA como gota fría significan lo mismo y se usan como sinónimos, aunque es más recomendable usar el primero por ser más completo.
En definitiva, una DANA o gota fría es simplemente un embolsamiento de aire frío que se ha aislado de la circulación general. En muchas danas se produce una inestabilización de la atmósfera debido al contraste térmico entre niveles bajos y medios de la troposfera. La zona delantera (flanco oriental) es donde suelen darse los ascensos de aire más vigorosos, pero bajo el núcleo frío son también frecuentes los "sarpullidos" de chubascos, con alternancia entre cielo azul y aguaceros.
¿Todas las danas producen lluvias torrenciales?
Las danas se forman a lo largo de todo el año, pero como tienen mayor repercusión en otoño, existe la creencia generalizada de que son más frecuentes en esta estación. Según algunos estudios, la mayor prevalencia de danas en el suroeste de Europa se produce en primavera y verano, no en otoño.
Muchas danas en invierno y primavera pasan totalmente desapercibidas, debido a que sus efectos en superficie son muy limitados y benignos: nubosidad y algunas precipitaciones débiles o moderadas. En cambio, las que se forman a finales de verano y en otoño crean una gran expectación y son portada en los periódicos, debido a que en esta época del año pueden desembocar en episodios de lluvias torrenciales y tormentas muy organizadas.
Para que las lluvias torrenciales se acaben produciendo, debe haber una gran disponibilidad de humedad y calor en capas bajas, combinado con una posición favorable de la DANA. También es muy importante la presencia de flujos marítimos y la disposición del relieve. Esto ocurre, por ejemplo, en los meses en los que el Mediterráneo está caliente, por encima de los 20-21 ºC.
Es importante remarcar, que muchos episodios de lluvias torrenciales no son producidos por danas, sino por vaguadas. Las vaguadas son regiones alargadas de baja presión, en forma de "lenguas de aire frío" en niveles medios/altos de la troposfera. En la zona delantera de la vaguada, se producen ascensos de aire de la misma forma que con las bajas en altura, que en otoño suelen dar lugar a fuertes tormentas.