¿Por qué hay que conocer con detalle la masa de hielo terrestre?
Gracias a las mejoras en las imágenes de satélite y en los equipos de detección remota se ha logrado medir la masa de hielo terrestre con gran detalle. ¿Qué nos aporta esta medición?
Las fluctuaciones en las masas de hielo más grandes de la Tierra, Antártida y Groenlandia, tienen importantes consecuencias para el aumento futuro del nivel del mar, como ya vimos en el anterior artículo sobre Groenlandia sin hielo. La interacción de las condiciones atmosféricas, con la nieve nueva y los procesos de fusión, es muy difícil de medir, por el gran tamaño de superficie que implica y la dificultad de acceder a estas zonas.
En la Antártida nieva más mientras Groenlandia se deshiela
Los casquetes glaciares ganan masa gracias a la precipitación de nieve nueva y la pierden debido a la descarga de hielo sólido, icebergs y la escorrentía del agua de fusión.
La capa de hielo de la Antártida, la más grande del mundo con una superficie de de unos 14 millones de km2 y con un promedio de 1,9 km de espesor, solo se derrite en su corto verano, mientras que permanece helada la mayor parte del año. Por tanto, una pequeña disminución o un aumento en la caída de nieve nueva anual podría provocar una diferencia considerable en la masa de la superficie de este campo helado.
Por el momento, el calentamiento global está produciendo un aumento de las nevadas en la región antártica, mientras que en el otro casquete glaciar, en Groenlandia, se está produciendo un abundante deshielo en el verano.
Mejora en los modelos climáticos
Hasta ahora a los modelos climáticos les costaba mucho poder representar con claridad las nevadas en estas áreas tan remotas. Durante los últimos años, gracias a las estaciones meteorológicas automáticas, los sensores aerotransportados y las últimas generaciones de satélites artificiales, la mejora en los modelos es considerable.
Los sistemas anteriores se basaban en los estudios con las muestras de hielo, que indudablemente proporcionan un archivo histórico imprescindible para poder retroceder en el tiempo y observar los cambios en la capa de hielo durante largos períodos de tiempo, pero se quedaban muy cortos en la capacidad de medir la densidad y la cantidad de nieve reciente, que es la variable crucial para saber los cambios en la masa de hielo.
Pero todo esto está cambiando rápidamente y la observación de la capa de hielo ha alcanzado una madurez muy importante, aunque aún podría beneficiarse de recursos adicionales ya que la comunidad de investigadores que estudian estos problemas sigue siendo pequeña.
El interruptor del deshielo
Todos los estudios que se están realizando en la actualidad van en la misma dirección, la velocidad del deshielo es superior al aumento de la temperatura atmosférica. Cuanto más calor hace, más sensible es el casquete glaciar a dicho calentamiento, sobre todo porque el deshielo de su superficie cambia su color.
El albedo de una superficie blanca es superior a cualquier otro, pero cuando va cambiando de color la capacidad de absorción de calor aumenta, y así el hielo y la nieve se derriten más... y más. Una vez el 'interruptor se activa' y el mecanismo ya está en marcha, no hay forma de pararlo.
Simplemente unos datos para comprender mejor la importancia del trabajo de estos científicos. El deshielo total de Groenlandia provocaría un ascenso aproximado del nivel del mar de unos 7 metros, a lo que habría que añadir lo que ascendería por el aporte del hielo ártico, y fácilmente se podrían superar los 50 metros. Que cada uno saque sus propias conclusiones.