Afganistán: ¿por qué fue tan devastador un terremoto de magnitud 5,9?
Más de 1200 personas han fallecido en Afganistán por un terremoto de magnitud 5,9, algo que en otros países habría sido un evento menor. ¿Por qué en este país las consecuencias fueron catastróficas? Te lo contamos aquí.
El pasado 21 de junio, un sismo de magnitud 5,9 sacudía el este de Afganistán, según lo señalado por United States Geological Survey (USGS), dejando un terrible balance de más de 1200 personas fallecidas y miles de heridos. De acuerdo a lo reportado por Scientific America, el sismo ocurrió en plena noche, lo que lo convirtió en el más mortífero del país en dos décadas que además sufre una pobreza creciente, estando prácticamente aislado del mundo.
El epicentro se localizó en la provincia de Paktika, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Khost. Fueron necesarios pocos segundos de movimiento para que cientos de casas y edificios colapsaran. Aldeas enteras se vinieron abajo. Una réplica posterior, el viernes 24, aumentó el número de víctimas. Sin embargo, el terremoto inicial tuvo una magnitud relativamente moderada de 5,9, y este tipo de sucesos son relativamente comunes en lugares geológicamente activos.
Entonces, ¿por qué hubo tanta devastación en este evento? Obviamente todas las miradas apuntan a la calidad y tipo de las construcciones. El terremoto estuvo generado por el choque entre la placa tectónica india con la placa euroasiática, un impacto que también creó en su momento al Himalaya, proceso que sigue en la actualidad. A medida que se desplaza hacia el norte, la placa india se desliza a lo largo de una sección de la placa euroasiática situada al este, y el movimiento de estos enormes volúmenes de roca unos contra otros a veces rompe una o más de los cientos de grietas que se agrupan cerca de los bordes de las placas.
La dinámica de este tipo de sismos
En algunas ocasiones, las masas de roca situadas a ambos lados de estas fallas se sacuden unas contra otras en lugar de deslizarse lentamente, dando lugar a lo que se denomina terremotos de deslizamiento. Estos movimientos bruscos se propagan desde la falla en forma de ondas sísmicas que hacen temblar el suelo. Y cuanto más cerca está de la falla, más violentamente tiembla. Sismos como los ocurridos en Afganistán ocurren unas 100 veces al año en zonas activas.
La sismóloga Lucy Jones, investigadora del Instituto Tecnológico de California, en declaraciones a Scientific American, explicó que estos terremotos son habituales en esa parte de Asia. Entender los procesos detrás de tanta destrucción ayudarán a mitigar tragedias como estas en un futuro. Jones señala que el problema radica más en el tipo de construcción que en la propia geología. Las casas tienden a estar en la colina debido a las inundaciones. Si esas casas sólo tienen una construcción de mampostería no reforzada colina arriba, entonces tienes menos estabilidad, y será aún más fácil que colapsen.
En esa región no hay edificios a prueba de terremotos. En otros lugares del mundo existen normas de construcción asociados a un mapa de riesgos. La doctora Jones explica que para cada lugar del mapa, se puede decir que: "aquí está la suma de todos los posibles terremotos que podrían afectar a la zona". Para el tipo de terremoto que se produce una vez cada 2500 años, se supone que hay que diseñar los edificios para que no maten a la gente. Se permite un colapso parcial, pero no debería haber un colapso total. Así que incluso cuando se diseñan edificios, se acepta un cierto nivel de colapso.
La necesidad de readaptar construcciones
Básicamente, lo que ocurre en Afganistán, especialmente en las zonas rurales, es que no hay edificios diseñados para una contingencia que es altamente probable en esas regiones. O sea, que con nuevos sismos moderados en el futuro, este tipo de escenarios podrán repetirse. La mayoría de las construcciones son piedras de río unidas con algún tipo de mortero, material que se comporta muy mal en los terremotos. Si tomas un edificio de ladrillos y lo sacudes, el mortero se disuelve. Entonces, si los ladrillos o las piedras sostienen el techo, el techo se viene abajo. Eso mata a mucha gente. Los ingenieros llaman a este tipo de construcciones “edificios de mampostería no reforzada” (URM por la sigla en inglés).
Por ejemplo, en el estado de California, en Estados Unidos, la construcción del tipo URM no se permite desde 1935, pero de todas formas hay muchos edificaciones que se saltan la normativa. Por ejemplo, en un sismo de 1971 murieron bastantes personas en las URM, y se empezó a hablar de su adaptación. La ciudad de Los Ángeles aprobó una ley que exigía que todos los URM fueran readaptados o derribados en un plazo de 10 años. Así que, cuando se produjo el terremoto de Northridge en 1994, ya no quedaban URMs sin reacondicionar en la ciudad. La readaptación funcionó lo suficientemente bien como para evitar que muchas de ellas sufrieran daños, así que este tipo de readaptaciones funciona.
El punto que estos procesos son muy difíciles de aplicar en un país tan inestable como Afganistán. Irán es otro país que históricamente ha tenido muchos terremotos de este tipo con edificios así que se desmoronan fácilmente. Se producen sacudidas muy fuertes y se derrumban todos los edificios. La única manera de no morir en esa situación es poder hacer algo con los edificios. En lugares como Afganistán que un sismo ocurra en medio de la noche con la gente en sus casas es el peor escenario, porque la mayoría morirá o terminará muy herida debajo de los escombros que inexorablemente caerán sobre ellos.