¿Por qué es importante el frío para los cultivos en el campo y el jardín? Esta es la respuesta de la ciencia

El frío es muy necesario para nuestras especies vegetales. Te explicamos por qué y cuáles son los riesgos de una reducción del número de días fríos.

Campo frío
Los cultivos también necesitan frío para reducir la presión de ciertos insectos.

Los otoños y los inviernos son cada vez más suaves debido al cambio climático. Y eso no deja de tener consecuencias para tu jardín o incluso para tus cultivos. Descubre por qué y cuáles son los riesgos de esta sucesión de estaciones más frías... más suaves.

Una necesidad para las plantas

En primer lugar, el frío es normal en nuestras latitudes en los meses invernales. En particular, permite a las plantas cumplir su ciclo completo. De hecho, la ausencia de un número importante de días fríos al año puede limitar la productividad de una planta o incluso su floración.

Cuando hace frío, las hortalizas se desarrollan más despacio, es decir, más poco a poco, suele ser más jugosa y tiene más sabor. Esto se debe a que generan más azúcares en su savia (como un anticongelante) para aguantar las bajas temperaturas

Indirectamente, la presencia de frío influirá en el número de especies nocivas o invasoras. Si el tiempo es demasiado suave, por ejemplo, los insectos pueden encontrarse en mayor número. El problema es que algunos de estos insectos serán demasiado numerosos. Esto puede provocar, por ejemplo, una mayor necesidad de productos fitosanitarios.

Sin frío, la producción disminuye: estos son los beneficios de las bajas temperaturas

El frío es fundamental para los árboles frutales, ya que les ayuda a producir el año siguiente. La falta de frío puede provocar un descenso de la producción agrícola. Y hay una buena razón para ello: demasiados bichitos pueden causar toda una serie de problemas, desde daños a los cultivos hasta el avispón asiático.

El invierno climatológico comenzará con temperaturas anormalmente altas en casi toda España: de momento no hay rastro de frío persistente.

Esto último es un peligro para nuestras abejas, que ya están en peligro de por sí, sobre todo debido al uso de ciertas moléculas químicas (al menos ésta es una de las causas). Y si hay menos abejas, habrá menos polinización de ciertos cultivos (principalmente huertos y colza)... y por tanto menos cosechas.

La presencia de frío también reduce la presión de los insectos sobre los futuros cultivos. De hecho, limita su población, al menos si el frío es lo suficientemente fuerte y duradero: evita que la proliferación de plagas adaptadas a temperaturas más cálidas

Si quieres proteger tu huerto del frío intenso y la nieve, siempre puedes hacer un invernadero o cubrir el huerto con un plástico.

Otro de los beneficios que aportan las heladas o el frío intenso es que hacen de fungicida y acaban con tantos hongos. El suelo también recibe algunos beneficios con la presencia del hielo. Allí donde hay una alta cantidad de arcillas, si se ha realizado un arado previo la llegada del hielo actúa fragmentando y meteorizándolos los terrones, facilitando el posterior desarrollo de la vida vegetal.

El descenso del número de días de heladas plantea una serie de preguntas. ¿Cómo mantener una buena productividad? ¿Dominarán las «plagas» o se establecerá gradualmente un cierto equilibrio natural con las nuevas condiciones climáticas?