¿Por qué en Estados Unidos construyen casas de madera en zonas con tornados devastadores?
Pese a resistir vientos menos intensos y ser menos seguras que las construcciones de ladrillo, acero u hormigón, las casas de prefabricadas hechas de materiales ligeros son muy abundantes en el corredor de los tornados.
Un episodio de tormentas severas ha afectado a buena parte del interior de los Estados Unidos durante el pasado fin de semana y nuevamente han sido noticia los innumerables destrozos que han provocado los tornados a su paso. Uno de ellos, de intensidad estimada EF-3, provocó la explosión de los transformadores una subestación en las inmediaciones de Nashville y dejó un reguero de casas de madera destrozadas. La pregunta surge sola: ¿No hubiera sido mejor construir con ladrillos, acero u hormigón?
¿Por qué madera o materiales ligeros?
Sin embargo, las respuestas a la pregunta de por qué construyen con materiales ligeros son variadas y dependen de muchos factores, en algunos casos económicos o logísticos y en otros simplemente culturales. Probablemente una de las razones más importantes sea precisamente la económica
En las grandes llanuras de Norteamérica la madera y sus derivados son muy rentables, tanto en su producción como en su transporte, además la reparación de estas estructuras es extremadamente rápida y barata en comparación con el resto, por lo que el impacto que produce un tornado de estas características es mucho menor.
Los materiales como la piedra, el ladrillo o el hormigón, en cambio, son mucho más costosos de producir y transportar las largas distancias que cubren esas grandes llanuras en comparación con lo que sucede aquí en el sur de Europa, por lo que no nos debería sorprender que las construcciones hechas de estos materiales sean escasas en en las zonas interiores de México, Estados Unidos y Canadá, siendo abundantes sólo en zonas densamente pobladas.
La frágil seguridad de las casas de madera, ¿un problema insalvable?
Sin embargo, por mucho que solucionen el problema económico y el de velocidad de construcción y reparación, en situaciones extremas la fragilidad de estas construcciones se hace evidente y puede representar un problema de seguridad. Cuando se enfrentan a un tornado no tienen ninguna posibilidad y es necesario tener alternativas.
Este problema lo solventan con sótanos y refugios subterráneos lo suficientemente espaciosos como para permitir la entrada de los residentes y los bienes materiales más valiosos y/o necesarios para poder subsistir unos días hasta que la casa sea reemplazada. Pero, ¿podrían ahorrarse todo esto con construcciones más sólidas?
Un tornado no es un huracán ni un temporal cualquiera
Ahí es cuando debemos reparar en qué es exactamente un tornado y derribar algunos mitos sobre la seguridad de las construcciones frente a ellos. Debemos desechar la idea de compararlos con otro tipo de temporales e incluso con los huracanes.
Un tornado es una estructura muy pequeña, impredecible y con unos vientos generalmente muy superiores a los producidos por cualquier otro fenómeno meteorológico, incluido un huracán. Estos vientos normalmente se subestiman, lo que ha llevado a elaborar nuevas formas de clasificarlos en función de los daños.
Desde verano de 2023 se está implementando la Escala Internacional de Fujita, una versión mucho más completa que sus predecesoras, la escala original de Fujita y la Escala Mejorada (F y EF). Esta escala posee también 6 niveles principales (del IF-0 al IF-5) pero también consta de subdivisiones intermedias para los niveles inferiores a IF-3 (IF-0, IF-0,5, IF-1, IF-1,5, etc.).
Un tornado como el registrado en Nashville puede generar vientos superiores a 250 km/h de acuerdo con los marcadores de daños de esta escala y los más fuertes pueden llegar a rondar los 500 km/h. Con estas velocidades de viento no hay ninguna construcción ordinaria que resista en pie.
El límite de las construcciones robustas
Normalmente hasta la intensidad IF-1 todas las construcciones habituales, ligeras o no, son lo suficientemente resistentes como para garantizar la seguridad de sus ocupantes. Entre el IF-1,5 y el IF-2,5, las estructuras ligeras son destruidas siendo necesario un refugio subterráneo, mientras que los edificios robustos resisten sin daños estructurales graves, resultando seguros en su interior.
Sin embargo, a partir del nivel IF-3, con vientos ya próximos a 300 km/h o por encima, las casas resistentes también empiezan a fallar y se convierten en un peligro, siendo imprescindible un sótano para sobrevivir.
Esto lo pudimos comprobar por desgracia el verano de 2021 en Europa, cuando un tornado IF-4 afectó a zonas pobladas de la Republica Checa destruyendo edificios de hormigón y ladrillo de 3 plantas y causando varias víctimas mortales y cientos de heridos. Por otro lado, hace exactamente dos años, en Kentucky, otro tornado con vientos de más de 300 km/h borró del mapa Mayfield, destruyendo todo tipo de construcciones independientemente de la calidad de sus estructuras.
Aunque no se trató de un tornado, este año el excepcional huracán Otis, con vientos de récord en México comparables a los de un tornado IF-3, dejó seriamente dañados los rascacielos modernos de Acapulco, en algunos casos con graves daños estructurales y el "esqueleto" de los edificios totalmente expuesto, convirtiéndose en trampas para sus inquilinos.
Podemos concluir, por tanto, corroborando que frente a vientos fuertes siempre será mucho más seguro un edificio hecho de materiales robustos que una casa prefabricada en madera. Tanto viviendas como muy especialmente los edificios públicos deben ofrecer un mínimo de seguridad ante temporales, ciclones tropicales y pequeños tornados. Sin embargo, para los tornados más violentos ninguna construcción es segura, por lo que la combinación de edificio ligero y refugio subterráneo es una solución fiable y relativamente económica.