¿Por qué en España tenemos un huso horario que no nos corresponde? El capricho de Franco en 1940
Ni razones económicas ni geográficas. Que la España peninsular tenga un horario distinto al que marca el Meridiano de Greenwich fue una decisión política relacionada con el devenir de la II Guerra Mundial. Aquí te contamos la historia.
Quizás alguna vez te hayas preguntado el motivo por el que, cada año, los españoles tenemos que atrasar una hora el reloj durante la madrugada del último domingo de octubre (y adelantarlo la madrugada del último domingo de marzo). Toda una tradición.
Afortunadamente, los dispositivos electrónicos inteligentes, como los móviles o los ordenadores, nos facilitan la tarea y se adaptan automáticamente al horario de invierno o de verano, según corresponda.
Otro cantar es recordar cada temporada cómo se cambiaba la hora en el reloj del coche o en el del microondas, o esos desajustes recurrentes que se producen en cuestiones tan básicas de nuestro día a día como el sueño o las comidas, y que duran algunas jornadas. ¿Te suena, verdad?
Este cambio de horario, que tiene su razón de ser en aprovechar al máximo la luz solar y adaptarse a las nuevas estaciones, ocurre en muchos países. La peculiaridad del caso español es que nos guiamos por un horario que no es el que nos corresponde geográficamente.
¿Utilizamos el huso horario que nos corresponde?
Teniendo en cuenta la posición de la península respecto al Meridiano de Greenwich (una línea vertical imaginaria que divide el globo terráqueo en dos mitades idénticas ya partir del cual se miden las longitudes), el horario de nuestro país no se corresponde con el de su situación geográfica. Al encontrarse al oeste del Meridiano Cero, la España peninsular debería tener el mismo que las islas Canarias, Portugal y Reino Unido.
Entonces, ¿Por qué esta parte de la península ibérica funciona con el huso horario de la Europa Central, esto es, con el mismo que utilizan en Alemania, Polonia o la República Checa?
La hora de Franco
En 1940, Francisco Franco, que gobernó en España durante la dictadura militar que se extendió entre los años 1939 y 1975, implementó el cambio de horario en España. El contexto histórico era el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque España, bajo el mandato de Franco, mantuvo oficialmente una posición de neutralidad y no participó en la contienda, lo cierto es que el dictador simpatizaba con las potencias del Eje, en particular con la Alemania nazi de Adolf Hitler.
El cambio de huso horario a otro en completa consonancia Alemania (UTC+1) se interpretó como un gesto simbólico de apoyo hacia ese país y su entonces líder. Y así se publicó en el Boletín Oficial del Estado que, el 7 de marzo de 1940, recogió una orden sobre el adelanto de la hora legal en 60 minutos que se hizo efectiva el día 16 del mismo mes. ¿El ambiguo argumento? “La conveniencia de que el horario nacional marche de acuerdo con los de otros países europeos”, rezaba el texto.
Ese es el origen de costumbres españolas que siguen sorprendiendo a los turistas que visitan nuestro país, como la hora tardía de comer (a las 14:00 en vez de a las 13:00 horas) o que la franja estrella de la televisión (el conocido como prime time) comienza a las 22:00 h en vez de a las 21:00 horas.
¿A favor o en contra?
El cambio de horario al que España se somete dos veces al año permite un amanecer más temprano (de lo contario, en el norte del país no aparecería el sol casi hasta las diez de la mañana), pero también ocasiona que deje de haber luz natural sobre las seis de la tarde.
Por eso, existe otra corriente partidaria de mantener el horario de verano permanentemente, bajo la premisa de que esto beneficiaría a la industria turística y al consumo al aprovechar mejor las tardes. El debate está servido todos los años.
¿Volveremos al huso horario lógico?
En varias ocasiones, el Gobierno de turno ha estudiado cambiar el horario del hogar al de la Europa occidental. Sucedió en 2013, con Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo, o en 2018, con Pedro Sánchez en ese mismo cargo. Tras vivos debates en el Congreso de los Diputados, la decisión siempre ha quedado aparcada.
La última comisión de expertos no fue capaz de ponerse de acuerdo: ni sobre qué horario sería el aceptable (aunque de manera mayoritaria prefieren el de invierno), ni sobre si es buena idea tener uno solo.
Así que, a pesar de que el próximo mes de noviembre se cumplirán 48 años de la muerte de Franco y, por tanto, del fin de la dictadura, España no ha acompasado aún su horario de acuerdo al de Greenwich. Hasta en esto se cumple la profecía, un tanto pesimista, del poeta Machado sobre las dos Españas.