¿Por qué el terrible 'viento de Santa Ana' hace imposible la extinción de los incendios en Los Ángeles (California)?
El condado de Los Ángeles se enfrenta actualmente a incendios devastadores que están destruyendo barrios enteros, además de causar víctimas mortales, obligando a las autoridades locales a evacuar a más de 100.000 personas.
El condado de Los Ángeles se enfrenta actualmente a una serie de incendios devastadores que están destruyendo barrios enteros, además de causar víctimas, obligando a las autoridades locales a evacuar a más de 100.000 personas.
Más de 1.400 bomberos fueron desplegados para intentar sofocar las llamas. Los incendios afectaron al distrito de Palm Palisades y a Eaton Canyon, cerca de la ciudad de Altadena, al distrito de Sylmar y a la zona de Tamarack.
Esta situación, ya dramática de por sí, se ve agravada por los vientos cálidos y secos de "Santa Ana", que soplan desde el interior y de las cordilleras californianas hasta la franja costera, recalentándose y resecándose durante este proceso. Además, suele acelerarse en algunos valles o barrancos de la zona.
¿Cómo se produce el viento de Santa Ana?
Los vientos de Santa Ana son bien conocidos en todo el sur de California, especialmente durante las estaciones de otoño e invierno.
Pero también pueden producirse importantes episodios en primavera y en plena temporada estival, dando lugar a insoportables olas de calor que hacen que los termómetros se disparen por encima del umbral de 42-44 ºC a lo largo de la franja costera, mientras que en las zonas del cercano interior californiano las temperaturas pueden superar la barrera de los 45 ºC.
A lo largo del borde más meridional de este anticiclón, a menudo situado entre el desierto de Mojave o la Gran Cuenca, se desencadena un flujo procedente del noreste que empuja masas de aire, normalmente de origen continental, que se van calentando conforme se acercan a las costas californianas.
Aquí, estas corrientes o flujos procedente del noreste se canalizan dentro de los cañones principales que se precipitan hacia la costa del Pacífico.
Una vez encauzados en el interior de estos cañones más bien estrechos y alargados orientados hacia el océano Pacífico, los vientos de Santa Ana, al principio débiles o a lo sumo moderados, comienzan a reforzarse significativamente, debido al encauzamiento orográfico.
Finalmente, acaban saliendo a gran velocidad, bajo impetuosas rachas que se abren en abanico en dirección a la franja costera, donde el viento, dependiendo de la conformación orográfica local, adquiere una componente típica NE o E-NE.
¿Cuándo puede convertirse el Santa Ana en un viento violento?
Si el anticiclón subtropical, situado entre el desierto de Mojave y la zona desértica de Great Basin, en Nevada, presenta un importante gradiente bárico horizontal a lo largo de su borde meridional, el "Santa Ana" puede soplar sobre el litoral del sur de California con ráfagas muy violentas, que pueden alcanzar fácilmente picos de más de 100-120 km/h a lo largo de la salida de los cañones principales.
Las rachas de viento más fuertes registradas sobre la zona de Los Ángeles están asociadas a intensos episodios de "Santa Ana". En las laderas de sotavento de las cordilleras del sur de California, los vientos descendentes pueden alcanzar velocidades realmente notables, superando picos de más de 170-190 km/h.
A esto hay que añadir el ya de por sí intenso viento de gradiente, al que acompañan la canalización orográfica y la marcada componente descendente del viento, que desde los relieves del interior se desplaza en dirección a la costa, ganando considerable velocidad durante el descenso, con rachas arremolinadas y turbulentas.
No es casualidad que los vendavales más violentos que azotan el sur de California, y en particular la zona de Los Ángeles, Hollywood y el tramo de costa hasta San Diego, estén casi siempre asociados a intensos episodios de "Santa Ana".
En los casos más extremos, los temporales tipo "Santa Ana" más violentos se desarrollan en condiciones de fuertes gradientes barométricos en el sur de California, entre una robusta cresta anticiclónica que se extiende desde Oregón hasta el norte de California, mientras que una depresión suele aislarse sobre Arizona, cerca de la meseta del Colorado.
A lo largo del límite entre estos centros de acción (anticiclones y borrascas) la compresión del "gradiente bárico horizontal" es tal que da lugar a una intenso viento del nortes, que se canaliza hacia los cañones del sur de California, para reforzarse en la zona de Los Ángeles, donde pueden registrarse rachas huracanadas.
Los vientos de Santa Ana en invierno
No obstante, hay que tener en cuenta que las masas de aire procedentes de la zona de la Gran Cuenca y del desierto de Mojave, especialmente en invierno y primavera, suelen ser mucho más frías que las de la zona costera del sur de California.
Pero, sobre todo, es mucho más denso y pesado. El intenso "gradiente de densidad" entre las masas de aire más frío presentes sobre la Gran Cuenca de Nevada y las masas de aire más cálido en las capas bajas a lo largo de la zona costera, tiende a acelerar aún más estas circulaciones descendentes, que se vuelven muy turbulentas, dando lugar a ráfagas muy fuertes, capaces de alcanzar picos de más de 70-80 km/h.
En tales condiciones, que suelen darse en otoño, las localidades costeras de California experimentan temperaturas mucho más altas que las registradas en los desiertos del interior de California, Arizona y Nevada.
Estos días, las altas temperaturas, exacerbadas además por la «compresión adiabática» de las masas de aire que se desplazan en dirección a la costa del Pacífico (subsidencia atmosférica potenciada por la orografía), han secado aún más la vegetación ya muy tocada por las escasísimas precipitaciones de los últimos meses, convirtiéndola en combustible de primera para la propagación de estos incendios que están calcinando las laderas del sur de California.