¿Por qué el precio del aceite de oliva está empezando a bajar estas semanas? Un ingeniero agrónomo te lo explica

El precio en origen del aceite de oliva virgen extra podría bajar próximamente. Analizamos las probables causas y el posible impacto en el mercado y en los propios consumidores.

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El precio del aceite de oliva podría sufrir un descenso generalizado en los próximos meses

El aceite de oliva virgen extra es uno de los productos más emblemáticos de nuestra dieta mediterránea. Sin embargo, ha venido registrando desde un tiempo atrás un notable aumento de precios, que afecta tanto a los consumidores como a los productores.

En los últimos balances realizados, las recientes estimaciones apuntan a un giro en la tendencia que se venía produciendo, con un posible descenso en su precio. Una caída que, a priori, podría poner un valor cercano a los 5 - 5,20 €/kg de aceite.

Pero, ¿cuáles son las causas que provocan estas variaciones de precios, y concretamente en origen en el sector oleícola? A continuación, vamos a analizar algunos aspectos clave para comprender estas fluctuaciones.

Un contexto marcado por la incertidumbre

El alza en los precios del aceite de oliva durante el último año ha estado impulsada por una combinación de factores, como la sequía prolongada en las principales zonas productoras, especialmente en España, la mayor productora mundial.

Según datos del Consejo Oleícola Internacional, la producción global de aceite de oliva cayó significativamente en la última campaña, generando tensiones entre la oferta y la demanda.

Adicionalmente, el encarecimiento de los insumos agrícolas, como fertilizantes y energía, elevó los costes de producción, contribuyendo por tanto al aumento del precio final del producto.

Esto llevó a que en 2023 el aceite de oliva virgen extra alcanzara precios récord, afectando tanto al consumo interno como a los mercados internacionales.

¿Qué impulsa las estimaciones a la baja?

Aunque la situación aún es muy compleja, hay señales de que los precios podrían descender en los próximos meses: de hecho, ya hay estimaciones orientativas en los precios. Entre los factores principales que sustentan esta estimación destacan los siguientes.

Condiciones meteorológicas más favorables

Las recientes lluvias en algunas regiones productoras de España han generado expectativas de una recuperación parcial de los olivos, lo que podría incrementar la producción en la próxima cosecha. Aunque los efectos no serán inmediatos, se espera que esta mejora alivie la presión sobre los precios.

Ajustes en la demanda

Los altos precios actuales han provocado una disminución en el consumo de aceite de oliva en algunos mercados, incentivando a los productores y distribuidores a buscar un equilibrio para evitar una caída prolongada en las ventas.

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Las tendencias del mercado podrían haber variado durante las duras subidas sufridas por el aceite de oliva en los últimos meses

Competencia de otros aceites vegetales

La subida de precios que ha experimentado el aceite de oliva durante los últimos meses ha impulsado a los consumidores a optar por alternativas más económicas, como el aceite de girasol o de soja. Este cambio de preferencia podría obligar al sector a moderar los precios para mantener su competitividad.

“Estabilización” de los costes de producción

Aunque todavía elevados, los precios de los insumos agrícolas y la energía han comenzado a estabilizarse, lo que podría reflejarse en una disminución de los costos para los productores.

¿Qué se espera durante los próximos meses ?

De acuerdo con analistas del sector, es probable que el precio del aceite de oliva virgen extra experimente un descenso de precios en los meses venideros, siempre y cuando las condiciones climáticas sigan siendo favorables y la producción aumente como se espera.

Sin embargo, esta bajada no será inmediata ni tan pronunciada como muchos consumidores desearían, ya que el mercado sigue sufriendo incertidumbres. Además, de producirse este descenso de precios, los últimos en notarlo serían los consumidores, ya que el foco de la bajada se pondría en origen.

Por ejemplo, la recuperación total de los olivares afectados por la sequía podría tardar varias temporadas, y cualquier cambio abrupto en las condiciones meteorológicas podría revertir las tendencias actuales.

Al mismo tiempo, las tensiones geopolíticas y la volatilidad económica global podrían influir en los precios de los insumos, afectando de manera indirecta al precio final del aceite de oliva.

Impacto en el mercado y los consumidores

Este descenso de precios podría reactivar el consumo en mercados clave como España e Italia, así como en otros países donde el aceite de oliva compite con otros aceites vegetales.

Por otro lado, para los productores, especialmente los pequeños agricultores, la bajada de precios representa un desafío, ya que, tras una campaña complicada, muchos han sufrido márgenes de ganancia mínimos o incluso pérdidas, por lo que un descenso en los precios podría agravar su situación económica.

En definitiva, y aunque las estimaciones apuntan a una posible bajada en el precio, el panorama sigue marcado por numerosos factores de incertidumbre. La combinación de mejoras en la producción, la estabilización de costes y los ajustes en la demanda podría aliviar la presión sobre los consumidores, pero el impacto en los productores requerirá medidas adicionales para proteger a los pequeños agricultores y garantizar la estabilidad del mercado.

En cualquier caso, como siempre lo ha sido, el aceite de oliva es un producto fundamental en la gastronomía y cultura mediterránea, y su mercado continuará siendo objeto de atención tanto para consumidores como para comercializadores.