El moho, el alérgeno por excelencia del invierno: ¿sabes por qué?
Cuando hablamos de alergia es inevitable pensar en la primavera, ¡pues no es correcto! Muchas personas afectadas la padecen ahora y por culpa del moho. ¿Cómo podemos combatirlo en casa? Aquí te lo contamos.
A diferencia de lo que podemos pensar en un primer momento, la alergia también aparece en invierno, no es necesario que sea solo en primavera. Aunque muchas veces estamos pendientes de la cantidad de polen en el ambiente, en estas fechas hay que prestar atención a la cantidad de moho...
¿Cómo combate nuestro cuerpo la alergia?
La alergia, en general, se trata de una reacción de nuestro cuerpo cuando entra en contacto con una sustancia que identifica como dañina. Nuestro sistema inmunológico intenta destruir esos agentes externos que lo pueden hacer enfermar. Dependiendo del origen, puede ser fácil de evitar. En cambio, cuando se produce por factores que quedan fuera de nuestro alcance, como el moho en muchas ocasiones, la prevención se vuelve un duro desafío.
Una vez que respiramos esporas de moho diminutas, nuestro sistema inmune las detecta y las comienza a atacar como lo haría con un virus. Nuestro cerebro ordena a los músculos que se contraigan, a los ojos y al paladar que se cierren y, sin que nos demos cuenta, ya tenemos una caja de pañuelos cerca y no paramos de estornudar.
¿En qué circunstancias aparece el moho?
Debido al frío, lo más común es que tengamos ganas de pasar el tiempo metidos en nuestras casas. También, fruto de las bajas temperaturas y de las precipitaciones, lo habitual es que ventilemos los hogares mucho menos que en verano y que tendamos la ropa dentro. Pues bien, para el moho ese ambiente cerrado y húmedo es perfecto.
Algo que no podemos olvidar es que durante el invierno el uso de la calefacción se vuelve más frecuente y, paralelamente, la utilización de humidificadores para combatir la sequedad del ambiente. El uso de este tipo de aparatos puede propiciar las alergias producidas por hongos; o mejor dicho, por el moho. Cuando hay humedad por condensación o por filtración es muy probable que aparezca el moho.
Los tipos de moho más agresivos
Existen diferentes mohos comunes en interiores. Solo ciertos tipos de moho son los que causan las alergias , siendo principalmente el Alternaria, el Aspergillus, el Cladosporium y el Penicillium. Todos ellos son ubicuos y se pueden encontrar en casi todas las regiones del planeta. Las viviendas y edificios más afectados son los cercanos al mar, donde la humedad ya está presente de manera natural.
En este caso, el género Alternaria es el más importante desde el punto de vista alergológico. La liberación de sus esporas alcanza su pico a finales de verano y otoño, aunque su temperatura óptima de crecimiento se sitúa alrededor de los 20 y 25 ºC. Tanto este tipo como los otros son los responsables de los casos de rinitis, rinoconjuntivitis y asma de carácter crónico.