¿Por qué a la catedral de Málaga se la conoce como La Manquita?

Aunque su nombre real es la Catedral de la Encarnación de Málaga, todos la conocen por su apodo. Descubre la curiosa historia, el origen del sobrenombre y el impacto cultural y turístico de "La Manquita".

Catedral de Málaga
Vista de la Catedral de Málaga, que fue diseñada en estilo renacentista, con elementos góticos y barrocos que se añadieron a lo largo de los siglos.

Se considera una de las joyas renacentistas más valiosas de Andalucía y es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Málaga. Lo curioso es que tiene un sobrenombre que hace referencia a una peculiaridad en su estructura que ha capturado la atención de locales y visitantes durante siglos.

La "Manquita", testimonio vivo de la historia y la identidad de la ciudad

Pero para conocer un poco mejor la historia de la Catedral de Málaga, nada como viajar en el tiempo, concretamente al momento en que se construyó. Fue en el año 1528, tras la Reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos en 1487.

Este templo se edificó en el lugar de la antigua mezquita mayor de la ciudad, como símbolo del triunfo cristiano.

Originalmente la catedral se planificó con dos torres, una en cada extremo de la fachada principal, pero solo se llegó a completar una de las torres, la torre norte. Con 84 metros de altura, actualmente es visible desde varios puntos de la ciudad y se considera una de las más altas de Andalucía.

El problema es que la torre sur nunca se terminó, dejando así esa peculiar apariencia asimétrica que caracteriza a la catedral, y que dio lugar a su apodo. El sobrenombre "La Manquita" proviene de la palabra "manco", es decir, "sin una mano" o "incompleta", en clara referencia a la segunda torre que nunca llegó a construirse.

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Existen diversas teorías y leyendas sobre por qué la torre nunca se completó, y una de ellas es que los fondos destinados a su construcción se destinaron a financiar la guerra de independencia de los Estados Unidos en el siglo XVIII. Otra versión sugiere que ese dinero se destinó a proyectos de infraestructura local, como la construcción de caminos y puentes.

Independientemente de la razón exacta, la falta de la segunda torre se ha convertido en una característica distintiva de la catedral y el apodo se utiliza con cariño por todos los malagueños.

Un importante atractivo turístico con más de un millón de visitantes al año

Y es que no se trata sólo de un monumento histórico y religioso, sino también un importante atractivo turístico, ya que cada año miles de turistas la visitan. Y precisamente esa falta de la torre sur, lejos de ser vista como una deficiencia, se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad.

Un interior con valiosísimas obras de arte sacro

Si por fuera llama la atención, su interior alberga una impresionante colección de arte sacro que incluye pinturas, esculturas y retablos que datan de varios siglos. Un interior claramente majestuoso, con una nave central elevada y capillas laterales decoradas con detalles exquisitos.

Además, este templo malagueño sigue siendo un lugar de culto activo, pues se celebran misas y ceremonias religiosas regularmente que le confieren un carácter viviente y dinámico, manteniendo su relevancia tanto en la vida espiritual como cultural de la ciudad.