Unos científicos japoneses graban por primera vez desde la Tierra una enorme y poco frecuente 'aurora de lluvia polar'
En la noche de Navidad de 2022 lograron filmar una enorme aurora de lluvia polar que cubrió al polo norte. Ahora publican un estudio con el análisis de ese fenómeno, y las explicaciones de cómo se produjo.
El sorprendente hecho tuvo lugar en la noche de Navidad de 2022, cuando, una enorme aurora iluminó el cielo a lo largo de miles de kilómetros alrededor del Polo Norte, tal como lo relata Nature. Pero no fue una aurora más, porque ese espectáculo de luces ofreció a los científicos una visión única de la esquiva y poco frecuente "aurora de lluvia polar". Este raro fenómeno brillante se forma cuando electrones energéticos procedentes del Sol caen en cascada sobre las regiones polares de la Tierra.
En términos generales, las auroras se forman cuando las partículas cargadas que fluyen desde el Sol chocan e interactúan con el campo magnético de la Tierra. Su energía suele transformarse en espectáculos luminosos de cortinas verdes danzantes, altísimos pilares rojos u otros espectáculos como los que deslumbraron a los observadores del cielo de todo el mundo en mayo pasado. Cuando más intensas son las llamaradas solares, más lejos de los polos se pueden observa a las auroras.
Pero las auroras de lluvia polar son un tipo especial muy poco frecuente de ver. Se forma cuando los electrones que viajan directamente desde la corona del Sol, o de su atmósfera más exterior, chocan contra la atmósfera terrestre. Estas auroras son extrañas porque rara vez son suficientes los electrones que chocan contra la atmósfera para generar un resplandor. Y otros tipos de partículas cargadas suelen interferir con estos electrones, impidiendo que se formen auroras de lluvia polar.
Una aurora única
Pero el evento de diciembre de 2022 fue único. Durante 28 horas, la avalancha de otras partículas solares que conforman el viento solar, se redujo a un goteo mínimo. Los electrones de la lluvia polar cayeron sin obstáculos sobre la Tierra, creando un resplandor verdoso que se extendió más de 3000 kilómetros a través del Polo Norte.
Según Keisuke Hosokawa, físico espacial de la Universidad de Electrocomunicaciones de Tokio citado por Nature y que ha dirigido el equipo que publica este descubrimiento en Science Advances, “cualquiera que mirara hacia arriba esa noche en el Ártico podría haberlo visto. A diferencia de las cortinas y los pilares de luz de las auroras normales, este resplandor auroral se extendía por el cielo”.
Llevó tiempo analizar la información colectada hace dos años, y finalmente el pasado 21 de junio se publicó el resultado de la investigación. Los científicos ya han detectado ocasionalmente auroras de lluvia polar pero ha sido desde satélites que observan los polos desde arriba. Desde 2011, Hosokawa ha tenido una cámara robótica apuntando al cielo de las islas noruegas de Svalbard, en el océano Ártico, con la esperanza de captar la primera aurora polar desde tierra. Finalmente su anhelo se logró.
La espera dio sus frutos
El investigador no supo sobre el evento hasta enero de 2023, cuando examinó los datos de unas tres semanas antes. La aurora de ese periodo saltó a la vista por ser "muy diferente" de otros tipos de aurora, afirmó luego. Luego de observar la grabación de su cámara, Hosokawa comprobó entonces las imágenes de las regiones polares tomadas por los satélites meteorológicos militares estadounidenses. En ellas, vio que el resplandor auroral ocupaba casi todo el casquete polar norte.
En las últimas décadas, los satélites han detectado auroras polares de pequeña escala, pero la observación más reciente de una aurora de gran tamaño se produjo en mayo de 1999, le contó a Nature, cuando el viento solar también disminuyó temporalmente. Según Yongliang Zhang, coautor del estudio y físico espacial del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Laurel (Maryland), el estudio de las auroras de lluvia polar podría ayudar a los científicos a comprender cómo interactúa el viento solar con el campo magnético terrestre.
Como este tipo de auroras son tan esquivas, ahora queda mucho análisis por delante para obtener más información. Las imágenes de alta sensibilidad obtenidas desde tierra han visualizado estructuras espaciales complejas de la aurora de lluvia polar que posiblemente manifiesten el patrón interno del viento solar o incluso las organizaciones en la cromosfera del Sol. La información que entregan los satélites es muy útil, pero tener una filmación de todo el evento de alta calidad permite obtener mejores conclusiones.
Referencia de la noticia:
Keisuke Hosokawa et al. ,Exceptionally gigantic aurora in the polar cap on a day when the solar wind almost disappeared.Sci. Adv.10,eadn5276(2024).DOI:10.1126/sciadv.adn5276