¿Paisajes helados en junio? Sí, en nuestro país
Los bosques de montaña se han cubierto de hielo en una fecha muy poco habitual. Fenómenos, mucho más típicos del invierno, están sorprendiéndonos en este inicio del verano meteorológico.
Lo cierto es que ayer y hoy hemos recibido una avalancha de información sobre la Borrasca Miguel, un sistema meteorológico bastante virulento que ha afectado al norte de la Península Ibérica y oeste de Francia en estas últimas horas. Pero lo que la hace especial de verdad es el hecho de que nos haya afectado en pleno junio y no en una época más fría. Los fenómenos que la acompañan, como la descarga fría post-frontal, tienen unos efectos que no estamos acostumbrados a ver en el inicio del verano meteorológico.
Esta situación se ha acentuado en zonas de montaña y ha sido particularmente impresionante en las praderas, lagunas y bosques del Sistema Ibérico, donde las temperaturas han caído por debajo de los 0ºC incluso a menos de 2000 metros, la nieve ha aparecido y, además, ha hecho acto de presencia otro fenómeno mucho más llamativo: la cencellada.
En contra de lo que pueda parecer, el agua puede llegar a mantenerse líquida a temperaturas bajo cero dando lugar a lo que se conoce como “agua sobreenfriada”. Sin impurezas o superficies a las que las moléculas de agua puedan “fijarse” y empezar a formar un cristal de hielo, las gotas que flotaban en las nubes que esta mañana cruzaban las cumbres de Urbión se mantenían líquidas a varios grados bajo cero.
Cuando estas gotas alcanzan un objeto como puede ser la hierba, un árbol o una roca e impactan contra él, la cristalización se produce de forma súbita y la gota queda instantáneamente congelada. Con el paso del tiempo, si este fenómeno persiste, una llamativa capa de hielo cubrirá todo el paisaje, como sucedía esta mañana en los parajes que rodean Duruelo de la Sierra y en buena parte del Sistema Ibérico Norte entre otras zonas de montaña.