Otro frente que no deja lluvia en gran parte de la Comunidad Valenciana y Murcia, ¿por qué se deshacen al llegar?
El episodio de lluvias generalizadas que hemos vivido en las últimas horas en España ha vuelto a esquivar un pequeño sector del este y sureste peninsular. No es casual y está ligado a ciertos aspectos de nuestra orografía.
El frente frío que se ha ido desplazando de oeste a este desde últimas horas del miércoles, está terminando de cruzar la península. Su lento desplazamiento y su gran contenido de humedad ha permitido que las lluvias hayan sido muy abundantes en zonas extensas de la península. Tal es así que algunos ríos de las cuencas del Duero y el Ebro han alcanzado niveles de aviso y sus caudales superan en más de 10 veces el que tenían a principios de semana.
Estas lluvias han permitido que se acumulen más de 50 l/m² en zonas extensas del Sistema Central, Sistema Ibérico, prelitoral atlántico de Galicia y Portugal y Pirineos, llegando incluso a superarse los 200 l/m² en apenas 24 horas en zonas punteras de Gredos y el Pirineo central. Estas lluvias en menor medida se han extendido por el resto del interior y parte de la mitad este, pero prácticamente no han llegado al Mediterráneo.
Apenas se han registrado algunas lloviznas o lluvias débiles dispersas en zonas montañosas del interior de la Comunidad Valenciana y Murcia, quedando una gran cantidad de estaciones sin registros de precipitación. Además no es la primera vez que pasa, ni tampoco será la última. La clave está en la componente que lleva la masa de aire y el relieve peninsular.
La orografía peninsular como causa principal
El conocido efecto Föehn es el principal responsable de que esto suceda. Cuando una masa de aire procedente del oeste se ve obligada a atravesar los múltiples sistemas montañosos y mesetas elevadas del interior peninsular, pierde progresivamente su humedad y se desnaturaliza. Las características de ese aire de origen marítimo se pierden y adquieren un carácter mucho más continental, disminuyendo drásticamente el contenido de agua precipitable y calentándose.
El resultado es una zona de "sombra" en la que las precipitaciones son escasas o nulas y que se extiende hacia el Mediterráneo, donde nuevamente la masa de aire adquiere humedad y se recupera, permitiendo que las precipitaciones sí lleguen a otros países bañados por este mar.
Situaciones como esta se pueden repetir durante esta primera quincena de diciembre al predominar el flujo de oeste, por lo que habrá que esperar a otra configuración sinóptica radicalmente distinta para que las precipitaciones alcancen de forma generosa la vertiente mediterránea.
La importancia del origen de la masa de aire
Pero esto no siempre es así. Si la advección procede del este, las zonas de precipitación intensa son justo las contrarias. En este caso una masa de aire procedente del Mediterráneo descargaría gran parte de su contenido de humedad en zonas del litoral y prelitoral, llegando muy seca a la vertiente Atlántica, donde las precipitaciones suelen ser nulas con este tipo de situaciones.
En el Cantábrico esto mismo sucede con las advecciones de sur y suroeste, que tanta lluvia dejan en puntos de Andalucía y Extremadura, llegando secas y recalentadas al norte peninsular.
En general, para que llueva de forma generalizada y con intensidad en el Mediterráneo es fundamental que la masa de aire proceda del este y además se combine con otros factores tales como un gran recorrido marítimo de la masa de aire, la presencia de una borrasca próxima o una elevada temperatura de la superficie del mar. De hecho, cuando coinciden todos estos factores, el episodio de lluvias puede tornarse adverso y provocar graves inundaciones e incidencias en zonas pobladas.