Otra DANA. Por qué las próximas lluvias pueden ser desastrosas
No pienses en tormentas eternas con lluvias torrenciales que provocan el desbordamiento de ríos y barrancos. En primavera los riesgos son otros, sobre todo cuando los acumulados, con el paso de los días, se desbocan.
Juntar en la misma frase “lluvias” y “desastre” provoca un notable desasosiego, porque la mente nos lleva a esos aguaceros torrenciales cuyas avenidas arrasan todo a su paso. Esa idea preconcebida, en estas fechas, nos suele llevar al error. La primavera no se caracteriza por las precipitaciones fuertes y las inundaciones súbitas, más bien por las lluvias persistentes, aunque usualmente ya acompañadas de tormenta. Justo eso es lo que sucedió en marzo y también define bastante bien el comportamiento meteorológico de este mes de abril, sobre todo en la vertiente mediterránea de la Península. Allí los acumulados ahogan cualquier registro histórico por extremo que haya sido.
Pese a la sequedad de enero y febrero, en la Comunidad Valenciana hay numerosos observatorios que este año acumulan más de 1000 litros por metro cuadrado. Entre todos ellos sobresale el de la Vall d’Ebo, en la comarca alicantina de la Marina Alta, donde el total anual provisional es de 1309 l/m2 según la red de observatorios disponible en la AVAMET. Esto, que a ojos de un andaluz o pacense ahora sería casi la panacea, compromete la campaña de numerosos agricultores y ganaderos de la zona, quienes ven cómo las tierras nunca llegan a secarse y los hongos marchitan el trabajo de los últimos meses. Esto se suma a todos los problemas estructurales y los creados por la subida de precios.
En la Comunidad Valenciana los daños por las lluvias y las heladas a principio de este mes ya se cuantificaban en 25 millones de euros. Desde entonces, las precipitaciones han aparecido frecuentemente. También en la Región de Murcia. En esta comunidad, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) advierte de pérdidas en las cosechas de hasta el 50% por las lluvias. En las últimas semanas han caído más de 200 l/m2, “ni siquiera los más mayores recuerdan algo así” llegó a comentar hace unos días el portavoz de la COAG Paco Gil. La organización advierte que el terreno alberga un exceso de humedad hasta dos metros por debajo de los cultivos, algo que está perjudicando a todas las variedades, pero especialmente a las hortalizas como la coliflor, el melón y la patata.
La nueva DANA amenaza con lluvias notables en zonas saturadas
De cara a los próximos días, el modelo europeo vuelve a prever una DANA sobre la península que, previsiblemente, dejará precipitaciones de nuevo notables en las regiones mediterráneas. Los últimos mapas anticipan acumulados cercanos a los 100 l/m2 en puntos de la Comunidad Valenciana, aunque todo dependerá de la ubicación final de una borrasca que ha de formarse a sotavento del sistema Ibérico. Las lluvias podrían ser incluso más cuantiosas.
También se pronostican registros similares en el litoral cantábrico, Aragón y Cataluña, pero allí se presumen beneficiosos. En terreno catalán los embalses están al 56,5% de su capacidad total, eso son cerca de veinte puntos porcentuales por debajo de la media en la última década.
Mientras muchas zonas de la Península permanecen en situación de sequía, la Asociación Valenciana de Agricultores asume que la persistencia de las precipitaciones acabará agravando aún más los daños en cítricos, hortalizas, frutas de hueso y almendras en próximas fechas debido al exceso de humedad. El desastre se cierne sobre la agricultura de amplias zonas del sureste peninsular. Uno peor.