Olvídate de Santorini: hay un pueblo en Portugal que se parece a la isla griega, pero con menos turistas

Casas pintadas de azul y blanco, calles estrechas y un ambiente especial. Las similitudes con la isla griega son muchas, pero quienes conocen este precioso y tranquilo destino portugués pueden asegurarlo.

Burgau
Ese pequeño pueblo portugués ha sido comparado desde hace años con la famosa isla griega.

En los últimos días, las redes sociales han recibido varios vídeos que han dejado a los usuarios muy sorprendidos. ¿El motivo? El «Santorini portugués».

¿Estás confundido? Te lo explicamos. Escondido entre los rincones portugueses, hay un pueblo que ha maravillado a quienes lo descubren. Sus similitudes con la famosa isla griega de Santorini le han valido un nuevo apodo... pero no te dejes engañar. Este destino no podría estar más lejos de la isla griega, empezando por su nombre (pero a eso llegaremos en un momento).

Hablamos de Burgau, una aldea del municipio de Vila de Bispo, en el sur de Portugal.

La comparación no es nueva, pero a lo largo de los años la isla griega ha sido mencionada a menudo por los turistas que visitan la zona, dada la similitud de algunos acantilados y casas pintadas de blanco y azul, que contrastan con las buganvillas rosas que adornan las fachadas.

Contemplando todo el paisaje, cuesta creer que no se trate de un cuadro. Pero todo es real, y por eso este entorno ha fascinado a los curiosos que se acercan hasta aquí. Lo mejor es que, a pesar de todo el revuelo en las redes sociales, este pueblo tiene muchos menos turistas que la isla griega.

El azul tiñe las calles y paisajes de Burgau

Situado en el límite del Parque Natural del Sudoeste Alentejano y la Costa Vicentina, a sólo 20 minutos de Lagos, el antiguo pueblo de pescadores respira la misma atmósfera y tonos azules que Santorini, es cierto. Pero detrás se esconde otra historia.

Burgau
Impresionante paisaje de la zona. Foto: VortexMag.

El origen de una antigua almadraba de atún que data del siglo XVI es la principal razón del color de las casas. Incluso hoy en día, el pueblo conserva gran parte de su encanto original, con sus calles estrechas y sus casas tradicionales. Es precisamente este ambiente auténtico uno de los principales atractivos para los veraneantes que buscan una experiencia más genuina y tranquila en el Algarve.

A pesar de que hoy viven más del turismo que de la pesca, las barcas de los pescadores siguen presentes junto al mar. Por las mañanas se puede incluso observar a los pescadores en sus quehaceres diarios.

Además de las fotogénicas casas, la playa de Burgau es otro de los grandes atractivos de la población. Es una pequeña bahía de arena dorada, protegida por acantilados, lo que la convierte en un lugar igualmente pintoresco y acogedor.

Para llegar a esta zona, la más singular de la villa, «hay que bajar las cuestas, como la Rua da Praia, pasar el Largo dos Pescadores y continuar por la Rua da Lota hasta la rampa de acceso a la playa de Burgau, punto de apoyo de las embarcaciones de pesca tradicional», explica la revista 'Visão'.

Con el agua a una temperatura media de unos 22 °C en verano, es limpia y, en general, tranquila. Al fin y al cabo, es una de las playas con Bandera Azul, lo que la convierte en un lugar ideal para nadar y refrescarse. Sin embargo, si prefiere tumbarse y tomar el sol, tampoco te decepcionará.

«La playa de Burgau limita con el municipio vecino de Lagos y conserva una extensión considerable de arena, con un dorado que contrasta con el color esmeralda de las aguas», se lee en la revista “Versa”. Los acantilados que la rodean la protegen del viento.

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Y para los más aventureros también hay varias sugerencias. Se trata de un lugar estratégico para los amantes del senderismo. Desde aquí se pueden explorar los diversos senderos de la Costa Vicentina, como el sendero de los pescadores, uno de los más conocidos, que atraviesa el pueblo.

También es posible alquilar kayaks e hidropedales. Y no te sorprendas si encuentra bañistas cubiertos de arcilla, ya que muchos creen que tiene propiedades curativas.

¿De donde procede el nombre de Burgau?

El nombre de Burgau procede de un «molusco gasterópodo marino, un caracol de mar también conocido como “caramujo” o “burrié”, abundante en las rocas de la playa».

Así lo confirman las autoridades locales. Este detalle, unido a la influencia pesquera del pueblo, le confiere un encanto único.