La ley de cambio climático cambiará nuestra vida, ¿quieres saber cómo?
Con la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética, España da un gran paso para cumplir con sus compromisos internacionales en la lucha contra el nuestro mayor enemigo: el cambio climático. Nuestro modo de vida cambiará.
Tras años de petición y trámites, España está a punto de tener una Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Fue aprobada el pasado jueves y entrará en vigor en las próximas semanas, cuando quede consensuada en el Senado. Aborda temas como la mitigación y la adaptación a la crisis climática que necesariamente supondrán ciertos cambios en nuestro día a día.
¿Son suficientes los objetivos?
Aunque según los partidos del Gobierno la normativa se adecúa a los objetivos planteados a nivel europeo, otras muchas personas critican esto mismo: el plan de la Unión Europea (UE) también se queda corto. Descarbonización, descentralización y digitalización son las tres palabras con las que el texto definitivo de esta Ley resume las propuestas dirigidas para modificar el sistema energético.
Esta futura ley climática establece en España que las emisiones de gases de efecto invernadero deberán reducirse en un 20% en 2030 respecto al año 1990. En la UE el objetivo se ha marcado en un 55%. Nuestro país también deberá aumentar la penetración de energías renovables hasta un 35%. Con todo esto, tendremos que alcanzar la neutralidad climática para 2050, es decir, que deberá emitir lo justo para poder absorberlo mediante sumideros o bosques naturales.
Según Naciones Unidas, es necesaria una reducción anual de las emisiones en un 7,6% hasta 2030 para que la temperatura global no acabe superando en 1,5 ºC los registros preindustriales. Cumplir esos plazos implicaría un objetivo de al menos el 55% y no del 20% como recoge la ley en ese plazo. Este proyecto es una carta de buenas intenciones pero también una carrera a contrarreloj ante el camino marcado por la Unión Europea.
Dentro de poco, los primeros cambios
Entre las primeras acciones estarán la 'condena a muerte' de los coches de combustión. De todos los sectores implicados, el del transporte es el más afectado. A partir de 2040 en España no podrán venderse turismos que emitan dióxido de carbono y a partir del 2050 no podrán circular. Según la última actualización del inventario oficial de gases de efecto invernadero, en 2010, el transporte fue el responsable del 29, 1% de todas las emisiones del país.
A partir del 2023, todos los edificios no residenciales y con plazas de aparcamiento deberán contar con puntos de recarga, así también lo harán las gasolineras con un determinado volumen de negocio. Todos los municipios con más de 50.000 habitantes deberán adoptar planes de movilidad sostenible y zonas de bajas emisiones. Muchos expertos piensan que la Unión Europea ha puesto objetivos que solo se pueden conseguir con la venta masiva de vehículos electrificados desde ya.
Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, especificó en una de las ruedas de prensa que los objetivos se revisarán en 2023. Esto quiere decir que podrían ser mucho más ambiciosos dentro de dos años. En 2030 el Gobierno de España calcula que se podrá alcanzar el 39,5% de eficiencia de energía eléctrica, es decir que prácticamente para 2050 todas las centrales térmicas estarán cerradas y las nucleares habrán alcanzado su fin.