¿Nos explicamos bien los meteorólogos en Semana Santa?
En la semana más crucial del año para todo meteorólogo, la comunicación es clave a la hora de transmitir el pronóstico. ¿Se hace bien?
Si hay una época de estrés para un meteorólogo, esta es la previa a Semana Santa. A veces incluso con bastantes semanas de antelación, el oyente, el lector, el espectador, la familia o un amigo piden al meteorólogo una previsión del tiempo para poder planificar sus esperadas vacaciones.
Tanto el meteorólogo como el comunicador que se dedica a transmitir el pronóstico deben cumplir con las expectativas. Al fin y al cabo, su audiencia es la que costea su trabajo, sea de forma directa o indirecta, dependiendo del medio en el que trabaje.
Se trata, por tanto, de todo un desafío por la gran dificultad que entraña este tipo de previsión. Por un lado, por la antelación con la que se solicita. Por otro, por la complejidad del tiempo en esta época del año, con el paso de forma regular de frentes y borrascas por nuestra geografía.
De esta manera, el meteorólogo tiene que lidiar entre una previsión del tiempo realmente difícil, y quizá, la más complicada de todo el año, y la enorme demanda de la gente que no solo pide, sino exige, una previsión acertada. No es un trabajo fácil, y fruto de esta dificultad, se ha puesto siempre en duda de forma injusta el pronóstico del tiempo en Semana Santa por parte de los meteorólogos.
El lenguaje
El divulgador meteorológico que actualmente trabaja en medios de comunicación no usa el mismo vocabulario que años atrás. El lenguaje que hoy se utiliza es mucho más sencillo, llano y cercano al espectador. El comunicador usa prácticamente la misma fraseología que la calle.
Esto ha hecho que el entendimiento del pronóstico haya mejorado con creces. El espectador se identifica con el comunicador y le es más fácil de entender. Este acercamiento permite, en ocasiones, manifestar de forma más sencilla una duda en el pronóstico y que el espectador pueda entenderlo, algo muy habitual en este periodo vacacional.
La puesta en escena
La escenografía que se usa a día de hoy en las televisiones, pero también en otros medios como periódicos o páginas web, ayuda a su comprensión. Los avances en sistemas gráficos son evidentes y le echan una mano al presentador.
Las cadenas de televisión confían ya muchos minutos a los programas de información meteorológica y antes de Semana Santa es habitual ver previsiones del tiempo más extensas y ampliadas.
A veces, debido a la complejidad de la previsión a tan largo plazo, el mismo presentador ha llegado a plantear al espectador más de un posible escenario para todos los días. Hay que tener en cuenta que la Semana Santa dura nueve días, y si además se quiere saber el pronóstico con tanta antelación, puede que distintos modelos meteorológicos planteen una situación completamente distinta. Esto antiguamente no se hacía.
Conocimientos del espectador
El espectador de los espacios del tiempo de hoy en día tiene la suerte de poder disfrutar de auténticas clases de meteorología. Gracias a la labor divulgativa que se lleva ejerciendo en los medios desde hace tiempo, en el que el meteorólogo no solo se limita a comunicar el pronóstico, sino a contar el por qué de lo que ocurre a nuestro alrededor, el espectador ha adquirido una gran cultura meteorológica.
Conceptos como inversión térmica, temperatura en altura, DANA, masas de aire... ya forman parte del conocimiento del espectador y le ayuda, además, a entender la complejidad de una previsión como la de estas fechas.
Esto cambia la forma de comunicación y convierte en un reto la previsión del tiempo en Semana Santa año tras año. A su vez, el mensaje llega con más claridad al espectador.
Conclusión
Hoy en día la previsión del tiempo en Semana Santa tiene una calidad muy superior a la de hace unos años. Los modelos meteorológicos han mejorado, el meteorólogo comunica con mayor acierto y tiene herramientas a su alcance que hacen que el mensaje se transmita con mayor entendimiento.
Queda mucho por hacer. A pesar de que el espectador es consciente de la poca fiabilidad de un pronóstico a tantos días vista, sigue exigiendo una previsión inasumible aún por la ciencia. Sigue siendo la tarea del comunicador hacer llegar algo tan complicado a un espectador tan exigente.