Las ciencias climáticas, protagonistas del Nobel de Física 2021
El premio Nobel de Física, otorgado anualmente desde 1901, premia por primera vez a dos expertos en la modelización del cambio climático, y a un tercero por el descubrimiento las fluctuaciones en los sistemas físicos.
¿Qué tienen que ver los sistemas físicos complejos con el cambio climático? Comencemos por saber qué son los sistemas físicos complejos. Estos sistemas son parte de la rama de la física contemporánea que estudia los sistemas compuestos por un conjunto de elementos individuales que interactúan entre sí y con su entorno. La característica principal de estos sistemas complejos son el desorden y la aleatoriedad, haciendo casi imposible predecir su comportamiento futuro a largo plazo. Además sus cambios están caracterizados por diferentes escalas de tiempo y espacio, es decir, nunca existe un suceso único característico.
Entre los muchos sistemas complejos que existen, el clima de nuestro planeta es uno de ellos. Predecir el clima futuro a largo plazo es un fenómeno que conlleva una gran complejidad, por ello, se ha otorgado el Nobel de Física a dos científicos cuyos estudios en física y clima han conseguido explicar unos de los fenómenos más complejos de entender en la ciencia, el cambio climático.
La modelización climática, por fin premiada
Los climatólogos Syukuro Manabe y Klaus Hasselmann fueron galardonados por su contribución al modelado físico del clima terrestre, con el objetivo de cuantificar la variabilidad climática y predecir de forma robusta el cambio climático.
En la década de 1960, Manabe tras sus estudios pioneros en dinámica atmosférica elaboró el primer modelo climático global. Este trabajo le llevó, en 1967, a realizar el primer informe creíble del cambio climático, que se tradujo en la creación del primer modelo tridimensional del calentamiento global en 1975. Este modelo fue la primera predicción fiable de cómo y cuánto aumentaría la temperatura promedio de nuestro planeta a consecuencia del aumento de dióxido de carbono en nuestra atmósfera. Medio siglo después, se confirma la teoría expuesta por Manabe en los años 60: la temperatura global está aumentando debido a la inyección de gases antropogénicos a la atmósfera.
Aproximadamente una década después, Hasselmann descubrió los vínculos estadísticos entre las caóticas variaciones diarias del clima de la Tierra y las fluctuaciones más lentas del clima del planeta.
Estos modelos numéricos, utilizados para predecir cómo las temperaturas de la superficie de la Tierra se ven influenciadas por las condiciones atmosféricas, fue un gran avance que proporcionó a los investigadores una nueva y poderosa herramienta para investigar los complejos sistemas climáticos de la Tierra. Sus trabajos son fundamentales para toda investigación climática actual y, ambos asentaron las bases para los estudios cuantitativos sobre el cambio climático.
Un Premio Nobel que premia a la comunidad científica del clima
La mayoría de los expertos consideran que los científicos del campo de la climatología no habían recibido, hasta ahora, el mérito que se merecían por su enorme trabajo en las últimas décadas. Tras muchosaños de estudios, este año, por fin, se les reconoce los grandes avances en la comprensión del cambio que ha estado sufriendo el clima de nuestro planeta a consecuencia de la actividad humana.
A pesar de que un gran número de científicos consideran que hacía mucho tiempo que se necesitaba este galardón, este año no solo Manabe y Klaus han conseguido ganar el Premio Nobel, sino toda la comunidad científica que se dedica a la física atmosférica. Este premio es un gran altavoz para remarcar la gran importancia que tiene el clima del planeta en nuestras vidas y concienciar a la población de la grave crisis climática que estamos sufriendo en la actualidad.
También supone un gran empuje para todos aquellos científicos que están dedicando su carrera profesional a la complejidad del sistema climático que, junto con la amenaza de la crisis climática, continúa, hoy en día, desafiando a los científicos.