Nevadas en el Mediterráneo, un mar lleno de efectos lago
El efecto lago es un fenómeno muy recurrente en el Mediterráneo, responsable de grandes nevadas como las que hemos visto recientemente en Grecia y Turquía. ¿Puede suceder en España?
El efecto lago es un fenómeno en el que se produce una interacción entre la atmósfera y la hidrosfera, de tal modo que una masa de aire frío cambia algunos de sus rasgos originales. La masa de aire frío se carga de vapor de agua y humedad cuando cruza un mar o un lago y aumenta su inestabilidad potencial debido al contraste térmico entre el aire frío y la superficie de la superficie marina, a una temperatura bastante más elevada.
El agua de la superficie del mar, relativamente más templada, se evapora hacia el aire adyacente, creando movimientos ascendentes que chocan con el aire frío en capas medias. Este proceso refuerza la convección y genera nubes más potentes.
Elpis, efecto lago y nevadas históricas en Grecia y Turquía
Este fenómeno es el principal responsable del temporal Elpis, que ha sacudido el Mediterráneo oriental, dejando nevadas históricas en Grecia y Turquía tras ganar humedad la masa de aire en su avance por las aguas del mar.
En este caso, las precipitaciones se han visto reforzadas por un doble efecto lago: el mar Negro y el Egeo, dado que la masa de aire frío se descolgó desde el noreste de Europa hacia el sur. De hecho, en algunas regiones próximas al mar Negro se ha acumulado más de metro y medio de nieve.
No es habitual la combinación de nevadas con aparato eléctrico, pero el efecto lago puede producir este dúo de fenómenos debido al proceso de formación de nubosidad, básicamente convectiva y de gran desarrollo vertical.
Nevadas por efecto lago en otras regiones mediterráneas
El efecto lago también se produce en otras regiones mediterráneas, por ejemplo, en el mar Adriático. Aquí encontramos los vientos "bora", un flujo de aire del norte-noreste de origen catabático que sopla desde los Balcanes hacia Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Montenegro y Albania. En este caso, cuando se descuelga una masa fría acompañada de bajas presiones, encontramos un efecto lago reforzado por esos vientos catabáticos, que provocan muchas precipitaciones (en invierno, copiosas nevadas) en los países bañados por el Adriático.
Sicilia es otra de las zonas que recibe abundantes precipitaciones debido al efecto lago. Su posición geográfica respeto a los descuelgues de aire frío y el hecho de estar rodeada por el mar son factores clave para entenderlo. En primer lugar, el mar Tirreno favorece este efecto cuando se descuelga una masa fría desde los Alpes, mientras que el Jónico tiene este papel cuando se forma una borrasca al este de Malta. Además, su relieve abrupto y la proximidad de las montañas a la costa implican un efecto palanca muy importante.
Ese engranaje de circunstancias explica la presencia de una estación de esquí muy cerca de la costa en el norte siciliano. Pianno Bataglia, en la región de Madonia, es un complejo invernal a tan solo 44 kilómetros en coche de Cefalú, en la costa. Su altitud no llega a los 1600 metros, pero recibe abundantes precipitaciones de nieve durante los meses fríos.
También cabe destacar el efecto lago del mar de Liguria sobre la isla francesa de Córcega o el mismo mar Tirreno cuando hay una borrasca en el norte de Túnez, que refuerza las precipitaciones en Cerdeña.
¿Puede producirse en España?
En nuestro país tenemos tres "focos" de efecto lago importantes: el mar Balear, el de Alborán y el Cantábrico. En primer lugar, cuando llega un frente atlántico y entra el viento de norte, se producen chubascos en Mallorca y Menorca debido a ese flujo de aire que viene con recorrido marítimo.
Lo mismo sucede en las costas andaluzas cuándo se gesta una perturbación en el norte de África, que impulsa vientos del este en Alborán y se refuerzan las lluvias.
Y sin duda, el efecto lago del Cantábrico es el más potente y evidente con las entradas de norte, que dejan toda la humedad y precipitación en la fachada marítima y la masa de aire se vuelve más reseca al cruzar la cornisa Cantábrica.
De hecho, los temporales de nieve en la vertiente norte de Pirineos también tienen una parte de efecto lago: una masa de aire muy húmeda que recarga vapor de agua en el Golfo de Vizcaya y descarga la precipitación copiosa desde el Pirineo Navarro hasta la Cerdaña francesa. Esta temporada hemos tenido dos episodios importantes con esa configuración: a principios de diciembre y la nevada de Reyes.