Nada de escuchar la radio en el coche o ir a la ópera: este es el país con las normas más extrañas del mundo

En un estado donde las barbas están prohibidas y los coches tienen que ser blancos, las leyes desafían toda lógica. Explora las excentricidades de un destino misterioso y único, con normas que parecen de otro mundo.

Turkmenistán
¿Has oído hablar de este país alguna vez? Foto: Unsplash

Imagina un país en el que el presidente destaca por hazañas asombrosas como erigir estatuas gigantescas en honor a sí mismo, prohibir la palabra "coronavirus" en los medios de comunicación y, sorprendentemente, hasta prohibir el color negro para los coches. Bienvenido a Turkmenistán, el país de Asia Central conocido por tener algunas de las leyes y costumbres más excéntricas del planeta.

Situado en la antigua Ruta de la Seda, entre Kazajstán, Uzbekistán, Afganistán e Irán, Turkmenistán es una tierra de vastos desiertos y rico patrimonio cultural, pero hoy es famoso por algo mucho menos histórico: sus extrañas leyes y el estilo de gobierno absolutamente único de sus dirigentes.

Turkmenistán es un país de contrastes y excentricidades, donde las leyes y costumbres desafían la lógica y el sentido común.

Aquí, la vida puede ser tan surrealista como el guion de una película. ¿No nos crees? Desde su creación en 1991, tras el fin de la Unión Soviética, Turkmenistán ha estado gobernado por dirigentes autoritarios. Es uno de los destinos menos visitados del mundo y los pocos que se aventuran a visitarlo quedan completamente impactados por sus insólitas normas... y mucho más. ¿Tienes curiosidad por descubrir este destino?

El país de las prohibiciones singulares

Turkmenistán no hace las cosas a medias cuando se trata de prohibiciones peculiares. Por ejemplo, se ha prohibido el uso de la palabra «coronavirus » en los medios de comunicación y en cualquier conversación pública durante la pandemia, como si el virus fuera un fantasma al que se pudiera ignorar no nombrándolo. Además, fumar en lugares públicos es ilegal -lo que no es tan extraño-, pero lo más curioso es que esta prohibición se justifica por decreto presidencial, sin mayores argumentos de salud pública.

Turkmenistán
Asjabad es una ciudad excéntrica, que no deja a nadie indiferente.

Otro ejemplo curioso es la prohibición del color negro en los coches. Sí, así es: en Turkmenistán, quien sueñe con un coche negro tiene que replantearse sus opciones. El gobierno prefiere los vehículos blancos porque considera este color símbolo de pureza y suerte. El simple hecho de tener un coche oscuro puede acarrear una multa o incluso la orden de pintarlo de blanco.

¿Por qué? No lo sabemos con certeza, pero se dice que esta «preferencia cromática » es una obsesión del expresidente, que impuso su gusto personal de una forma que desafía la imaginación.

Y hablando de su presidente, ¿sabías que Gurbanguly Berdimuhamedow es un auténtico «hombre de siete oficios»? Además de gobernar, este dirigente es cantante, escritor, aficionado a los deportes e incluso piloto de motos. De hecho, nada parece escapar a su talento: le hemos visto participar en carreras de caballos, cantar en público e incluso hacer acrobacias para la televisión estatal.

Sin embargo, la mayor demostración de su gusto por el protagonismo es la estatua dorada de sí mismo que mandó construir en la capital, Asjabad.

Este colosal monumento, en el que aparece montado a caballo, es un homenaje a su propia persona, y está claro que no se ha escatimado ningún esfuerzo. De hecho, es visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Lo extraño es que no es la única. Hay varias estatuas y monumentos dedicados al presidente y su familia, en una especie de culto a la personalidad que roza lo surrealista.

La Ciudad Blanca y otras excentricidades

¿Te imaginas el escenario? Es casi como Corea del Norte, donde nada escapa al control del gobierno. De hecho, Asjabad, la capital, es conocida como la «Ciudad Blanca», ya que en 2013 entró en el libro Guinness de los Récords por tener la mayor colección de edificios de mármol blanco del mundo.

Esta particular estética se debe a un decreto presidencial que ordena el uso de mármol blanco en la construcción de los principales edificios de la ciudad. ¿El resultado? Una ciudad que brilla al sol y parece casi una «ciudad fantasma», con calles anchas y casi sin tráfico, ya que pocos ciudadanos pueden circular libremente.

«Hay 543 en total, que cubren una superficie de 4,5 millones de metros cuadrados. Sin embargo, esta no fue la última vez que el país batió récords», escribe la revista NiT.

Además de poseer el cuarto mástil de bandera más alto del mundo, con 133 metros, la capital de Turkmenistán alberga el mayor complejo de fuentes de la historia (con 27 fuentes sincronizadas), la mayor noria cerrada y la mayor imagen arquitectónica de una estrella. El elemento decorativo octogonal de la Estrella de Oguzkhan forma parte de la torre de comunicación y observación de 211 metros de altura de Ashgabat.

Más recientemente, el 17 de mayo, se inauguró una de las estatuas más altas del mundo, con 80 metros de altura, en honor del poeta más famoso de este país centroasiático, Magtymguly Pyragy.

Turkmenistán
La inauguración de la estatua.

Y la cosa no acaba ahí. Turkmenistán es realmente el país con las leyes más extrañas de la historia. ¿Sabías que sólo los hombres mayores de 70 años pueden llevar barba? Al resto no se le permite el vello facial ni el pelo largo. Esto se debe a que en las antiguas regiones soviéticas, predominantemente musulmanas, tener una barba espesa se considera un signo de ser seguidor del extremismo religioso.

Además, el código de vestimenta también es inusual. En Turkmenistán se desaconseja el uso de ropa occidental y se fomenta la vestimenta tradicional (por no decir obligatoria en algunas situaciones). Las mujeres se enfrentan a restricciones adicionales: existen recomendaciones estrictas sobre lo que pueden y no pueden vestir, así como prohibiciones sobre el uso de maquillaje y ciertos peinados que el gobierno considera «demasiado modernos».

Jugar a videojuegos, escuchar la radio en el coche y asistir a la ópera o al ballet son otras prohibiciones. A estas alturas, ni siquiera nos sorprende saber que las redes sociales están bloqueadas en el país.

Se puede ver, pues, que aquí hay poca libertad. Y esto no se limita a los lugareños. El país tampoco es un paraíso para los visitantes.

Un auténtico reto para los turistas

Si estás pensando en hacer turismo y explorar las peculiaridades de este país, es importante que sepas que el acceso es extremadamente limitado.

Turkmenistán
Piénsalo bien antes de viajar. Foto: Unsplash

Sí, aún es posible visitar este destino, pero el proceso es más complicado que en la mayoría de los países. Al fin y al cabo, el Gobierno controla estrictamente el turismo. No es casualidad que Turkmenistán sea uno de los países menos visitados del mundo, con tan pocas rutas de transporte internacional.

Además, los visitantes extranjeros que pueden entrar deben ir acompañados de un guía autorizado en prácticamente todos sus desplazamientos, lo que convierte cualquier visita en una auténtica «visita guiada» controlada por el gobierno, y además más cara, ya que este acompañamiento encarece el viaje.

«Aquí no se puede andar solo por la calle y todos los viajes tienen que ser anunciados con antelación y aprobados por el Ministerio», informa la revista “Viajar”, citada por la web “Vou Sair”.

«Entonces, ¿por qué querría alguien visitar Turkmenistán?», te preguntarás. Aun con tantas restricciones, Turkmenistán posee algunas maravillas naturales y culturales que pueden fascinar a quienes consigan superar los obstáculos. Nos atreveríamos a decir que para quienes busquen conocer el lado más excéntrico y surrealista del planeta, éste es sin duda un destino que merece la pena explorar, aunque con mucha paciencia y un buen guía turístico.

Entre las cosas que hay que descubrir está el cráter de Darvaza, también conocido como la «Puerta del Infierno», un gigantesco pozo de fuego que arde sin cesar desde hace décadas en pleno desierto de Karakum. Este espectacular fenómeno es en realidad el resultado de un accidente de perforación soviético en la década de 1970, pero hoy es una atracción fascinante.