Melanoma y sol, enemigos íntimos. Qué es y cómo lo puedes prevenir
El melanoma es el tipo de cáncer cutáneo menos frecuente, aunque es el responsable del 80% de las muertes por cáncer de piel. Aún así, cada año siguen aumentando los casos pese a que la relación con la exposición al sol es más que conocida. Prevenirlo, conocerlo y tratarlo, será clave en nuestra salud.
Entre el 50% y el 90% de los cánceres de piel se deben a la exposición a radiaciones ultravioleta, ya sea de forma constante o a través de momentos intensos de forma intermitente. Estas radiaciones tienen los mismos efectos si la fuente es el sol o las lámparas de bronceado.
Tipos de cáncer de piel
No todos los tipos de cáncer de piel son iguales, de mayor a menor frecuencia hemos de resumirlos en:
- Carcinoma basocelular: es el más frecuente, se trata de lesiones ulcerosas habitualmente en la cara.
- Carcinoma espinocelular: aparece en áreas expuestas de la piel como la cara o dorso de las manos. Es más frecuente en personas mayores de 70 años.
- Melanoma: es el menos común pero el más agresivo. En hombres se suelen presentar en tronco, cuello o espalda, y en mujeres en brazos o piernas, aunque es necesario conocerlo bien por si se encuentra la lesión en otro lugar.
¿Qué es un melanoma?
Se trata de una lesión cancerosa de una célula de la piel, llamada melanocito, que es donde se encuentra la melanina. La melanina es la sustancia responsable del color de la piel.
Cuando la célula es cancerosa pasa por varias fases. Inicialmente tiene un crecimiento radial a lo largo de la superficie de la piel. En este caso, las posibilidades de curación mediante cirugía son elevadas. Cuando pasa a la fase de crecimiento vertical, es decir, penetrando más profundo, puede dar lugar a metástasis.
Cuanto más extenso y profundo sea, puede hacer que las tasas de supervivencia a 10 años disminuyan a la mitad. Por eso es tan importante el diagnóstico precoz.
La autoexploración
Consiste en la revisión de la superficie corporal cada tres meses siguiendo siempre el mismo recorrido para no olvidar ninguna zona: cuero cabelludo, cuello, tronco, brazos y piernas. Se realizará en una habitación correctamente iluminada y, si es necesario, utilizaremos un espejo.
Revisaremos si hay lesiones con la regla: A, B, C, D, E
A: Asimetría.
B: Bordes irregulares.
C: Color variado.
D: Diámetro mayor de 6 mm.
E: Evolución (si ha cambiado de aspecto desde la última revisión).
En caso de encontrar alguna lesión sospechosa, será necesaria la revisión por un dermatólogo.
¿Cómo prevenir el melanoma?
En este caso hablamos de intentar reducir los factores de riesgo.
Entre los factores de riesgo encontramos:
- Exposición a radiaciones UVB o UVA, ya sea con fuente solar o en bronceado en interiores.
- Personas con muchos lunares, piel y ojos claros, y con dificultad para broncearse que hayan sufrido quemaduras por el sol, incluso en la infancia.
- Antecedentes familiares de melanoma.
Tengamos o no factores de riesgo, debemos evitar la exposición al sol sin protección solar más de 15 minutos, e incluso con protección solar entre las 12:00 y las 16:00 horas.
Del protector solar no nos podemos olvidar, con el factor de protección necesario para nuestro tipo de piel, reponiendo cada dos horas o después de un baño. Usar ropa que proteja del sol y también, si es posible, sombrero y gafas . El típico look playero, pero no por moda, sino por salud.
La piel es el órgano más grande del cuerpo, el que nos protege de las agresiones externas. Se merece que la cuidemos y tratemos como si tuviéramos que compartir toda nuestra vida con ella.