Mañana el "cometa verde" alcanzará su máximo acercamiento a la Tierra
Mañana miércoles, 1 de febrero de 2023, el cometa c/2022 E3 (ZTF), conocido popularmente como el "cometa verde", alcanzará su máxima aproximación a nosotros. Ya es visible a simple vista. Te comentamos en este artículo cómo puedes conseguir verlo.
Mañana miércoles (1 de febrero de 2023) el “cometa verde” alcanzará su máxima aproximación a la Tierra: unos 42 millones de kilómetros. Desde hace unos días ya es visible a simple vista (como un objeto astronómico de magnitud estelar +5) desde el hemisferio norte, y durante los próximos días empezará también a serlo desde el sur. Bajo unas condiciones óptimas de visibilidad del cielo nocturno, el ojo humano es capaz de observar objetos estelares de hasta magnitud +6.
El cometa ha comenzado a llamarse “verde”, por ser ese el llamativo color que presenta su coma (la nube gaseosa que envuelve su núcleo) en las astrofotografías. El objeto está catalogado con el nombre c/2022 E3 (ZTF). La referencia a 2022 es porque fue descubierto el año pasado (concretamente el 2 de marzo) por un par de astrónomos estadounidenses, a través de una cámara de campo amplio desde el Observatorio Palomar, cerca de San Diego, California, en EEUU, integrada en un programa de observación automatizada del firmamento llamado Zwicky Transient Facility, de ahí el acrónimo ZTF que también incluye el nombre técnico del cometa.
El núcleo del cometa tiene algo menos de 2 kilómetros de diámetro, pero una vez que se ha ido acercando al Sol (alcanzó su perihelio el pasado 12 de enero), empezó a aumentar de visibilidad desde la Tierra, gracias al despliegue de varias colas que alcanzan varios millones de kilómetros de longitud.
El cometa tiene una órbita muy excéntrica y la última vez que se acercó a la Tierra fue nada menos que hace 50.000 años, durante la última glaciación, cuando en Europa cohabitaban los neandertales (ya en declive) y los Homo sapiens. Es emocionante saber que durante algunas noches gélidas y oscuras de entonces, nuestros antepasados vieron en los cielos este mismo cometa verde.
Los cometas a lo largo de la historia
Lo cierto es que se cuentan por centenares los cometas que han ido apareciendo en el firmamento a lo largo de la historia de la humanidad. Durante mucho tiempo fueron interpretados como anunciadores de calamidades. En la Antigua Grecia, Aristóteles, en su tratado “Los meteorológicos” (siglo IV a. C.) les otorgó, erróneamente, una naturaleza atmosférica (contradiciendo las ideas de otros filósofos griegos como Demócrito), arrastrándose ese error durante muchos siglos, hasta que finalmente, gracias al desarrollo de la Astronomía, comprendimos que se trataba de objetos de origen extraterrestre que surcaban el cosmos.
Según Aristóteles, los cometas se formaban en la región sublunar, que era una de las regiones en las que se dividía el cielo en la época clásica, quedando por debajo las regiones asociadas a cada uno de los 4 elementos básicos de la naturaleza (aire, agua, tierra y fuego) y por encima las esferas de los planetas y la bóveda celeste, tachonada de estrellas.
Hubo que esperar hasta el siglo XVI cuando a raíz del paso del Gran Cometa de 1577, el astrónomo danés Thycho Brahe (1546-1601) dedujo acertadamente que tanto ese como los demás cometas eran objetos astronómicos, que periódicamente se acercaban a la Tierra, como ocurre estos días como el cometa c/2022 E3 (ZTF).
Cómo observar el “cometa verde” (ZFT)
Aunque, como hemos indicado, el cometa ya es visible desde hace unos días en el hemisferio norte, la contaminación lumínica de nuestras ciudades y la presencia de la Luna durante parte de la madrugada, dificultan la observación a simple vista de la “nubecita” (una pequeña mancha de luz difusa) que podemos llegar a apreciar, por lo que es recomendable el uso de prismáticos (montados en un trípode) o un pequeño telescopio, en cuyo caso lograremos ver su larga cola.
Para lograr observarlo con éxito, lo primero que debemos hacer es alejarnos lo suficiente de las ciudades o núcleos de población, buscando un cielo lo más oscuro posible. También hay que esquivar las horas de Luna, para lo cual toda madrugar, y llevar a cabo la observación durante las dos horas antes del amanecer. Por supuesto, el cielo ha de estar sin nubes, lo que esta semana está garantizado en la mayor parte de España. Tendremos que dirigir nuestra mirada (prismáticos o telescopio) hacia el norte, concretamente a la Osa Menor. Veremos el cometa no muy lejos de su estrella más brillante, la Polar, si bien en los próximos días se irá alejando hacia la vecina constelación de Auriga (El Cochero), situándose el 5 de febrero muy próximo a la brillante estrella Capella.