Más de 1 millón de rayos sobre nuestras cabezas
Ese escenario, ¿es posible? No hace falta echar mano de la imaginación, en las últimas semanas las numerosas tormentas han "bombardeado" nuestro país. Datos de Ingesco en exclusiva.
En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre el carácter extraordinario, o no, del tiempo tormentoso que estamos viviendo. Algunos han relacionado tal inestabilidad con el calentamiento estratosférico de hace unos meses; otros han visto en la longevidad del tiempo primaveral una señal de cambio climático. Los datos del mes de mayo son concluyentes: en el interior de la Península, a tenor de lo datos de la NOAA, hubo porcentajes de precipitación del 150% respecto a la media histórica. Y ojo con los rayos, según la empresa Ingesco en nuestro país se registraron más de 1 millón de descargas.
Ingesco es una marca dedicada a la detección de rayos y el diseño de soluciones para prevenir sus desperfectos, que incluye la elaboración de informes sobre las descargas que producen las tormentas. Éstas en las últimas semanas han batido récords. Mayo dejó 1.125.021 rayos en nuestro país, un total sin precedentes en la última década.
Desde el año 2009, Ingesco había registrado un promedio cercano a los 200.000 rayos en el mes de mayo, con picos máximos inferiores al medio millón. Este año se ha quintuplicado esa cifra. El traqueteo de relámpagos nube-nube y nube-tierra llegó hasta el punto de dejar más de 100.000 rayos los días 24 y 27 de mayo. La suma de estas dos jornadas superó, por sí sola, a cinco de los últimos diez mayos.
El “bombardeo” del día 24
En esta jornada una importante Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), o gota fría, se posó a unos 5500 metros de altitud sobre el Algarve portugués. Desde allí, alentó a las nubes de tormenta que crecieron con mucha virulencia en el interior peninsular. Los primeros núcleos, en plena madrugada, zarandearon Andalucía. Después, con el paso de las horas, encararon Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Madrid.
Los extremeños se llevaron la peor parte. En Cáceres algunos de estos fenómenos tormentosos fueron severos, con pedrisco que llegó a alcanzar el tamaño de pelotas de tenis. En la localidad de Garciaz las piedras de hielo, con un diámetro superior a los 10 centímetros, rompieron numerosas lunas de coches y deshojaron parte del arbolado. El continuo retumbar del cielo cacereño contribuyó, en parte, a convertir al 24 de mayo en el día más relampagueante del mes: 103.544 rayos, ¡72 por minuto!