Lunas destrozadas por el pedrisco en Charente

Ayer por la tarde las tormentas severas tomaron el suroeste de Francia. Los cumulonimbos crearon un entramado de líneas de turbonada y supercélulas que dejaron fortísimas rachas de viento, lluvia torrencial y pedrisco con diámetro superior a los 5 centímetros. En la localidad de Corrèze murió un ciclista al ser alcanzado por un árbol tumbado por el vendaval.

Hoy las autoridades y los vecinos de pueblos como Saint-Sornin o Charente tratan de volver a la rutina entre tejas rotas, coches abollados y cristales hechos añicos. En Dordogne el viento asociado al aguacero presentó una racha máxima de 120 kilómetros por hora. Allí los bomberos llevaron a cabo cerca de 250 intervenciones, entre ellas la limpieza de las vías de tren, cuyo servicio fue interrumpido por la caída de varios árboles. También se interrumpió el tráfico aéreo a lo largo de varias horas en Burdeos ante las tormentas severas.