Los "engranajes" de la Tierra al descubierto por el volcán de Tonga
Los sistemas naturales terrestres son distintas piezas de un engranaje caótico pero a la misma vez, equilibrado. El volcán de Tonga ha puesto de manifiesto cómo influyen uno en otro.
Nuestro planeta actúa literalmente como un organismo vivo en que todas las partes de "su cuerpo" están relacionadas. Si una de ellas falla o "se rompe", provoca consecuencias en todo el conjunto. Vendría a ser un metabolismo donde intervienen aire, agua, tierra y seres vivos.
La geografía física del planeta azul está compuesta por cuatro sistemas naturales: atmósfera, hidrosfera, geosfera y biosfera. Las interrelaciones entre estas cuatro piezas son muchas y multidireccionales. El ejemplo más reciente lo hemos visto este fin de semana con la erupción del volcán en la isla de Tonga, que provocó distintos tsunamis en el Pacífico que llegaron hasta Japón, Estados Unidos o las costas de Sur América.
Este evento natural vincula principalmente tres sistemas naturales: geosfera, atmósfera e hidrosfera. El material magmático y los piroclastos que expulsa el volcán forman parte de la geosfera, que a su vez, entran en contacto con la atmósfera. Simultáneamente a esta cadena, los volcanes se encuentran habitualmente en zonas de contacto de placas tectónicas y su choque puede afectar la hidrosfera en forma de tsunamis. En el caso de Tonga, se trata de una erupción volcánica submarina, con lo cual, más probabilidad aún de estos tsunamis.
La explosión que provocó el volcán se propagó en forma de ondas de presión por todo el planeta y lo captaron distintos barómetros de nuestro país. Este hecho demuestra que la atmósfera es literalmente un fluido y cualquier perturbación o impacto en esa gran masa gaseosa tiene una propagación importante.
Este episodio natural es un ejemplo significativo de la interrelación entre geosfera, atmósfera e hidrosfera. Aquí os presentamos una amalgama de distintos acontecimientos atmosféricos derivados de esa interacción de los sistemas naturales:
- Rissagas en Baleares. Este fenómeno provoca fuertes oscilaciones en el nivel del mar de forma repentina a causa de fluctuaciones en la presión atmosférica. Normalmente se produce con situaciones de suroeste en altura con una masa de aire cálido en el Mediterráneo occidental.
- Menguas de enero. Igual que sucede en las "rissagas", es un efecto de la presión atmosférica sobre la hidrosfera. En este caso, las situaciones anticiclónicas de invierno con presiones muy altas suelen presionar la superficie del mar y hacen bajar su cota. Estos días se ha podido observar en Baleares.
- Efecto lago. En este caso se trata de cómo el mar influye sobre la atmosfera. Las masas de aire frío se inestabilizan cuando cruzan una superficie marítima o un gran lago porque cogen y absorben humedad, de tal modo que se refuerzan y descargan más precipitación. Este efecto es típico de los Grandes Lagos de EEUU pero también se da en nuestro país, especialmente en el Cantábrico y en Baleares, donde las masas del norte cogen más recorrido marítimo. Este efecto lacustre se produce de forma contundente en el mediterráneo oriental, el llamado "Bora": vientos fríos de los Balcanes que cruzan el Adriático, se refuerzan y descargan importantes nevadas en la península italiana y el norte de Sicilia.
- Efectos de los cursos fluviales. Ya hemos visto que los mares y grandes lagos potencian las masas de aire inestable. Pues bien, los ríos también provocan fenómenos a escala más local o regional, que recogimos en este artículo.
- Efecto albedo. En este caso la biosfera y la geosfera se combinan y a veces influyen sobre los fenómenos atmosféricos. La presencia de vegetación, construcciones, la rugosidad del terreno, etc. condicionan el balance energético incidente y con lo cual, la temperatura.
- Temporales marítimos. Sin duda este es el ejemplo estrella sobre la interacción entre la atmósfera (viento) con el mar. El viento y las bajas presiones son los principales responsables de la alteración marítima.
- Isla de calor urbano. El último ejemplo relaciona la biosfera con la atmósfera. El metabolismo de las grandes ciudades provoca un calentamiento concéntrico en el seno de esas urbes.