Un fatídico aviso, ¡los gases que calientan nuestro planeta se desbocan!
Nefastas noticias para nuestro planeta: según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los niveles de los gases que calientan nuestro planeta han alcanzado récords históricos. ¿Cuáles podrían ser las consecuencias?
La semana pasada la OMM publicaba los valores registrados durante el pasado año de los tres principales gases de efecto invernadero (GEI): dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Para sorpresa y preocupación de todos, lograron nuevos máximos históricos.
Recordemos que la atmósfera que rodea nuestro planeta está compuesta, por una serie de gases que tienen un efecto invernadero natural, es decir, absorben y reemiten la radiación infrarroja. De esta forma, impiden que parte de esta radiación escape de la Tierra y contribuyen a que la temperatura del planeta sea apta para la vida.
Esta situación tiene su origen en la acción del hombre, que a través de actividades como la industria, la agricultura y la ganadería o el transporte, causó grandes emisiones de estos gases en la atmósfera, provocando que retengan más calor e incrementando la temperatura planetaria.
El dióxido de carbono a niveles inimaginables
El dióxido de carbono (CO2) es el principal responsable del calentamiento global actual, y su continuo aumento en la atmósfera se debe principalmente a las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento.
El principal dilema con el que se han encontrado los científicos es que el aumento de sus niveles se está acelerando, y por ejemplo entre entre el 2020 y 2021 la tasa media de incremento anual de CO2 fue superior a la del último decenio. Y a pesar que la mayor parte de este gas se acumula en la atmósfera, en torno al 48% también se acumula en los océanos (26%) y en la tierra (29%).
El dióxido de carbono atmosférico alcanzó en 2021 el 149% de los niveles preindustriales.
Todo ello supone un gran problema porque los ecosistemas terrestres y los océanos son las principales vías de fijación del gas, pero si en estos espacios aumenta la cantidad de CO2 dejan de ser sumideros y se convierten en fuentes de dióxido de carbono.
El metano (CH4) alcanza récords absolutos
El metano atmosférico es el segundo gas que más contribuye al actual cambio climático. Los análisis indican que las fuentes biogénicas, como los humedales o los arrozales, son las que más han influido desde 2007 al nuevo aumento sus niveles en la atmósfera.
En estos dos últimos años, durante el 2020 y 2021 se registraron 15 y 18 ppmm respectivamente. ¡Las mayores concentraciones desde que se iniciaron las observaciones sistemáticas de este gas en 1983!
Aunque aún no se puede afirmar a que se deben estos aumentos extremos, los científicos creen, que un mundo con temperaturas más cálidas, la materia orgánica se descompone más rápido, y si esta descomposición se produce en el agua (sin oxígeno), se generan más emisiones de metano. Por tanto, si los humedales tropicales se vuelven más húmedos y cálidos, es posible que se produzcan más emisiones.
También en aumento el oxido nitroso (N2O)
El óxido nitroso es el tercer principal gas de efecto invernadero. Sus emisiones atmosféricas provienen de fuentes naturales (en torno al 57 %) y antropogénicas (aproximadamente el 43 %).
Actualmente, su concentración ronda 334,5 ppmm. Estos valores constituyen aproximadamente el 124 % de los niveles preindustriales.
Una fatídica advertencia del cambio climático
El continuo aumento de las concentraciones de los principales gases que retienen el calor y su aceleración sin precedentes muestran que vamos en la dirección equivocada.
El metano, por ejemplo, tiene un período de vida relativamente corto, menor a diez años, por lo que su efecto en el clima es reversible. Sin embargo, las emisiones de dióxido de carbono, que son la causa principal del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos asociados, repercutirán en el clima durante miles de años, al inducir la pérdida de hielo polar, el calentamiento de los océanos y el aumento de nivel del mar.
Por ello, los científicos aconsejan que tenemos que transformar nuestros sistemas industriales, energéticos y de transporte, y en general todo nuestro estilo de vida: ¡el tiempo se agota!