Los expertos alucinan: las temperaturas del Atlántico donde se forman los huracanes son ahora tan cálidas como en julio
En pleno mes de febrero las temperaturas en la región del Atlántico donde se gestan los huracanes mayores han alcanzado niveles propios del verano, provocando la alarma de la comunidad científica.
En pleno febrero, mientras algunos se abrigan contra el frío invernal, un fenómeno inusual sacude las cálidas aguas del Atlántico tropical: las temperaturas superficiales en la región donde se incuban los huracanes han alcanzado valores típicos del pico del verano. Esta situación, desconcertante para los científicos, plantea un escenario inquietante.
¿Dónde y cuándo se forman los huracanes?
La Región Principal de Desarrollo del Atlántico (MDR, por sus siglas en inglés) es el área crítica donde se gestan la mayoría de los huracanes mayores en el Atlántico.
Ubicada entre 5°N y 20°N de latitud y 60°W y 20°W de longitud, esta región reúne las condiciones ideales para la formación de estas bestias meteorológicas: temperatura superficial del mar superior a 26 °C y una cizalladura del viento vertical inferior a 10 m/s.
La MDR es especialmente importante durante la temporada de huracanes del Atlántico, que abarca de junio a noviembre. La mayoría de los huracanes que alcanzan la categoría 3 o superior se forman en esta región.
Un océano tan caliente como en julio... a mediados de febrero
Las mediciones más recientes muestran que actualmente la temperatura superficial del mar en la MDR es tan cálida como lo suele ser en... ¡en el mes de julio!
Comparando con la climatología habitual (1991-2020), es como si hubiéramos retrocedido una década (1981-2010), donde las temperaturas actuales equivaldrían a finales de julio.
Esta situación, alarmante según los científicos los científicos, resalta un cambio brusco y sin precedentes en las condiciones marítimas, con posibles consecuencias catastróficas para la temporada de huracanes.
Efectos de estas temperaturas de récord en los ciclones tropicales
El calor del océano es el combustible vital para la formación de los ciclones tropicales. Con las temperaturas actuales y ante la previsión de una inminente La Niña, la próxima puede ser una temporada bastante delicada.
Temporada más prolongada
Con aguas cálidas por más tiempo, aumenta la probabilidad de que los ciclones tropicales se formen antes y perduren hasta más tarde, incrementando el riesgo para las comunidades costeras.
Huracanes más violentos
Las temperaturas excepcionalmente altas en el Atlántico están proporcionando un impulso adicional a la formación de huracanes, lo que aumenta la probabilidad de que estos sean más poderosos y destructivos de lo habitual.
Mayor actividad
Si esta anomalía persiste hasta la temporada de huracanes coincidiendo con la llegada de La Niña, es muy probable que tengamos una actividad superior a la media.
Una nueva llamada de atención
El calentamiento sin precedentes del Atlántico es una clara advertencia de los devastadores impactos del cambio climático que ya están en marcha. Es esencial que actuemos de manera decisiva y urgente para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, y prepararnos para un futuro donde los huracanes puedan ser más frecuentes y destructivos.
Este fenómeno, fuera de temporada, nos recuerda la urgencia imperativa de abordar el cambio climático y proteger nuestro entorno para las generaciones venideras. No podemos permitirnos el lujo de esperar más. ¡El tiempo para actuar es ahora!