Los expertos alertan: un calentamiento global de más de 2 ºC tendría consecuencias irreversibles para los océanos
Un calentamiento global superior a 2 °C tendría graves consecuencias no sólo en tierra, sino también en el mar. Los científicos advierten que los océanos del mundo podrían verse irremediablemente afectados.
Si el calentamiento global supera los 2 °C, la biodiversidad marina se verá afectada de forma permanente e irreversible según los expertos, lo que también podría tener importantes consecuencias para la actividad humana.
Un calentamiento de los océanos cada vez más preocupante
Según científicos y climatólogos, el objetivo fijado en el Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a "sólo" +1,5 °C es inalcanzable. Según los expertos del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), este umbral podría incluso superarse en un futuro muy próximo, ya en 2030.
Uno de los escenarios previstos por los climatólogos es que la temperatura global aumente en torno a +2 °C con respecto a la era preindustrial, lo que tendría graves consecuencias para la vida terrestre y marina. A este nivel, ningún ecosistema, terrestre o marino, saldría indemne.
Un equipo de investigadores ha estudiado las consecuencias de este calentamiento para nuestros océanos, y los resultados no son nada alentadores. Los indicadores recientes pintan ya un panorama sombrío de este calentamiento, que sigue acelerándose en tierra y mar.
El pasado mes de julio, la temperatura media de los océanos del mundo alcanzó un máximo histórico de 20,96 °C, según datos del servicio europeo Copernicus. También se midió un récord mundial durante el verano frente a las costas de Florida, donde se registró una temperatura del agua del mar de 38°C, ¡la más alta desde que hay mediciones!
En definitiva, 2023 es un auténtico misterio en lo que respecta a las temperaturas medias de los océanos de todo el mundo, que se sitúan muy por encima de los niveles récord, superando incluso los 21 °C de media en varias ocasiones, un umbral que nunca se ha alcanzado desde que comenzaron las mediciones.
Una disminución del oxígeno marino
Este calentamiento de los océanos dista mucho de ser beneficioso para los ecosistemas marinos. Un equipo de investigadores ha estudiado la relación entre el calentamiento de los océanos y la disminución de la cantidad de oxígeno bajo la superficie del agua, oxígeno tan necesario para la vida marina como para la terrestre. El aumento de las temperaturas reduce considerablemente la solubilidad del oxígeno.
Este descenso de los niveles de oxígeno podría reducir el hábitat de muchas especies marinas, que poco a poco se van asfixiando en un entorno cada vez más contaminado. Es el caso, por ejemplo, del atún, que se pesca en masa y suele residir a poca profundidad, donde el oxígeno es más abundante que en los abismos. Pero el calentamiento de los océanos está reduciendo gradualmente su hábitat, lo que podría amenazar a esta especie.
Lo mismo ocurre con otras especies de peces, lo que amenaza con desestabilizar la estructura socioeconómica de muchas regiones. Muchas sociedades dependen de la pesca, sobre todo los sectores más insulares. La ONU calcula que el 61% del PIB procede de los océanos en las regiones costeras situadas a menos de 100 km del litoral en todo el mundo, por lo que una reducción de la pesca podría provocar inestabilidad alimentaria, social y económica en estas zonas en un futuro no muy lejano.
Multitud de organismos marinos necesitan cierta cantidad de oxígeno para sobrevivir y, por tanto, es probable que sufran las consecuencias de un descenso de las concentraciones. Si vastas zonas se vieran afectadas, estos organismos se verían expulsados, mientras que los que toleran los entornos pobres en oxígeno (sobre todo los microbios) se multiplicarían, lo que modificaría el equilibrio de los ecosistemas marinos del planeta.
Otras consecuencias nefastas
Sin embargo, el descenso de los niveles de oxígeno no sería la única consecuencia del calentamiento de los océanos, ya que éstos también se volverían más ácidos. La acidificación de los océanos es una consecuencia directa del aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera.
Cuando éste es absorbido por los océanos, se produce una reducción del pH, lo que supone una amenaza para muchos organismos, sobre todo para aquellos cuyos esqueletos o caparazones están formados por carbonato cálcico (crustáceos, corales, plancton, etc.).
El océano contiene grandes cantidades de calor, y en las últimas décadas ha almacenado alrededor del 90% de la energía causada por el calentamiento global, lo que ha provocado un aumento de la temperatura media de los océanos de +0,7 °C en 100 años. Este calentamiento está perturbando la mezcla de las aguas profundas y provocando una estratificación progresiva de los mares, lo que está agotando los nutrientes de las capas superficiales, sobre todo en las regiones tropicales, perjudicando de nuevo a muchas especies marinas y su explotación por el hombre.
Un calentamiento tan importante de los océanos tendrá numerosas consecuencias para la biodiversidad, los ecosistemas marinos y la humanidad en el futuro. Los efectos futuros podrían resultar irreversibles en determinadas regiones, donde muchas especies marinas podrían verse amenazadas de extinción o simplemente expulsadas de su hábitat.
Por eso es importante hacer todo lo posible para limitar al máximo el futuro calentamiento global, porque los efectos serán visibles y potencialmente catastróficos tanto en la tierra como en los mares.