Los científicos confirman que el calentamiento global está acelerando la liberación de CO2 de las rocas del Ártico

Unos investigadores han demostrado que la meteorización de las rocas del Ártico se acelerará a medida que aumenten las temperaturas, lo que desencadenará un bucle de retroalimentación positiva que liberará cada vez más dióxido de carbono a la atmósfera.

El Ártico se está calentando a un ritmo casi cuatro veces más rápido que el resto del planeta.

Para regiones sensibles como el Ártico, donde las temperaturas del aire en superficie se están calentando casi cuatro veces más rápido que la media mundial, es especialmente importante comprender la contribución potencial del CO2 atmosférico resultante de la meteorización.

Una forma es cuando ciertos minerales y rocas reaccionan con el oxígeno de la atmósfera, liberando CO2 a través de una serie de reacciones químicas. Por ejemplo, la meteorización de minerales sulfurosos produce ácido que provoca la liberación de CO2 de otros minerales rocosos cercanos.

El gran aumento de las temperaturas en el Ártico se traduce en un incremento de las emisiones suplementarias de CO2

En el permafrost ártico, estos minerales están quedando al descubierto a medida que el suelo se descongela debido al aumento de las temperaturas, lo que podría actuar como un bucle de retroalimentación positiva que acelerara el cambio climático. Hasta ahora, sin embargo, se desconocía cómo respondería esta reacción a los cambios de temperatura y cuánto CO2 extra podría liberarse.

En este nuevo estudio, los investigadores utilizaron registros de concentración de sulfato (SO42-) y temperatura de 23 lugares de la cuenca del río Mackenzie, el mayor sistema fluvial de Canadá, para examinar la sensibilidad del proceso de meteorización al aumento de las temperaturas. El sulfato, al igual que el CO2, es un producto de la meteorización por sulfuros y puede utilizarse para determinar la rapidez con que se produce este proceso.

Río Mackenzie
El río Mackenzie tiene la mayor cuenca hidrográfica de Canadá, sólo superada en Norteamérica por el sistema Mississippi-Missouri.

Los resultados mostraron que, en toda la cuenca fluvial, las concentraciones de sulfato aumentaban rápidamente con la temperatura. En los últimos 60 años (de 1960 a 2020), la meteorización por sulfuros ha aumentado un 45% a medida que las temperaturas se han incrementado en 2,3 ºC. Esto demuestra que el CO2 liberado por la meteorización podría desencadenar un bucle de retroalimentación positiva que acelere el calentamiento en las regiones árticas.

Las previsiones de posibles emisiones no son positivas

Utilizando estos registros fluviales del pasado, los investigadores predijeron que el CO2 liberado por la cuenca del río Mackenzie podría duplicarse hasta alcanzar los 3000 millones de kg/año en 2100 en un escenario de emisiones moderadas. Este cambio equivaldría aproximadamente a la mitad de las emisiones anuales totales del sector de la aviación nacional de Canadá en un año normal.

«Registramos aumentos espectaculares de la oxidación de sulfuros en todo el Mackenzie, incluso con un calentamiento moderado. Hasta ahora, se desconocía la sensibilidad a la temperatura de la liberación de CO2 de las rocas sulfurosas y sus principales impulsores en grandes áreas y escalas temporales.»

Dra. Ella Walsh, autora principal del estudio.

No todas las partes de la cuenca respondieron de la misma manera. La meteorización fue mucho más sensible a la temperatura en las zonas montañosas rocosas y en las superficies cubiertas por el permafrost. Al modelizar el proceso, los investigadores revelaron que la meteorización por sulfuros se aceleraba aún más por los procesos que descomponen las rocas al congelarse y romperse.

Por otra parte, en las áreas cubiertas de turba se produjo un menor aumento de la oxidación de sulfuros con el calentamiento, debido a que la turba protege a la roca de este proceso.

Existen numerosos entornos similares en todo el Ártico, donde la combinación de tipos de roca, altas proporciones de roca expuesta y vastas zonas de suelo permanentemente helado crean condiciones en las que el calentamiento provocará un rápido aumento de la meteorización por sulfuros. Por lo tanto, es muy probable que este efecto no se limite a la cuenca del río Mackenzie.

La meteorización fue mucho más sensible a la temperatura en las zonas montañosas rocosas y en las zonas cubiertas por el permafrost.

Según los investigadores, este estudio pone de relieve el valor de tener en cuenta la meteorización por sulfuros en los modelos de emisiones a gran escala, que son de gran utilidad para hacer predicciones sobre el cambio climático.


Referencia de la noticia:

Walsh E., Hilton R., Tank S., et al. Temperature sensitivity of the mineral permafrost feedback at the continental scale. Science Advances (2024).