Los castillos medievales más espectaculares que defienden Andalucía
Hacemos un recorrido por varios de los castillos medievales más espectaculares de Andalucía, que han llegado hasta nuestros días como testigos mudos de la historia.
Los castillos, silenciosos testigos del paso de los siglos, se erigen majestuosos en el corazón de Andalucía. Así, regalan a sus visitantes la oportunidad de sumergirse en épicas narrativas que han dejado una huella imborrable en la tierra del Guadalquivir.
Conoce algunos de los castillos medievales más impresionantes de Andalucía
Esta comunidad autónoma, rica en patrimonio cultural, alberga cientos de fortalezas, cada una con su propia historia y esplendor. Sumérgete en sus historias, admira su arquitectura y déjate cautivar por la magia que envuelve cada piedra de estas imponentes fortalezas.
Descubre la riqueza histórica de la comunidad andaluza a través de estos siete castillos medievales que se erigen como guardianes eternos de las épocas pasadas.
Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería
En la cima más elevada de la ciudad, se alza imponente y majestuoso el Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería. No solo es una de las fortalezas más grandes erigida por los árabes en la Península Ibérica, sino que también representa el origen de la actual ciudad andaluza.
Esta impresionante edificación defensiva fue mandada construir por el califa Abderramán III en el siglo X. El conjunto monumental está integrado por la alcazaba, el castillo y las murallas del Cerro de San Cristóbal. Declarado Bien de Interés Cultural, entre las ruinas todavía sigue en pie el Palacio de Al-Mutasin, con sus numerosas estancias y la mezquita reconvertida en iglesia.
El castillo de Almodóvar del Río, en Córdoba
Situado en la vega del Guadalquivir, el castillo de Almodóvar del Río se yergue como el testamento de las culturas que han dejado su marca en esta tierra. Sus orígenes se remontan al siglo VIII, y este bastión palaciego ha experimentado la influencia musulmana y cristiana a lo largo de los siglos.
Nueve torres flanquean su perímetro, mientras que el Patio de Armas, protegido por diversos elementos defensivos, transporta a los visitantes a épocas pasadas. Convertido en un cautivador castillo-museo, ofrece visitas teatralizadas que sumergen a los visitantes en su fascinante historia.
La alcazaba de Málaga
Erigiéndose en lo alto del cerro de Gibralfaro, la alcazaba de Málaga es el monumento árabe más destacado de la ciudad. Construida en el siglo XI, sus murallas se extienden sobre el terreno de manera asimétrica, adaptándose a la topografía del cerro.
Este histórico enclave cuenta con hermosos jardines y con terrazas con vistas panorámicas, conservando dos de las tres murallas originales. El Centro de Interpretación del Polvorín proporciona a los visitantes una inmersión en la historia de esta obra maestra arquitectónica.
El Castillo de Alcaudete, en Jaén
En lo alto de una colina de 700 metros, el castillo de Alcaudete domina el paisaje, siendo testigo de la importancia estratégica que tuvo en el pasado. Construido por los musulmanes sobre unas antiguas ruinas romanas, pasó a manos cristianas en 1085 durante el reinado de Alfonso VI.
El castillo consta de tres estructuras: el castillo en sí, una barbacana y un recinto inferior. Sus murallas, con seis puertas de base cuadrada, están protegidas por la imponente Torre del Homenaje. Hoy en día, el castillo sirve como espacio cultural y turístico, albergando el Centro de Interpretación sobre la vida de la orden militar de Calatrava.
La Alcazaba de Granada
Situada en un extremo de la famosísima Alhambra, disfrutando de vistas al valle del río Darro, la Alcazaba de Granada se erige como una fortaleza puramente militar con un diseño trapezoidal. Conocida como la "fortaleza roja", presume de sus fuertes murallas y sus altas torres defensivas de ladrillo rojo.
En un vértice se alzan las torres del Homenaje, la Quebrada y la Hueca, mientras que en el lado opuesto se encuentran las torres de la Vela y la de la Pólvora. El Jardín de los Adarves, creado en el siglo XVII, conduce al Palacio de Carlos V y a la Plaza de los Aljibes, proporcionando acceso a los Palacios Nazaríes y al resto de la Alhambra.
El castillo de Niebla, en Huelva
Declarada Conjunto Histórico-Artístico, la fortaleza de Niebla ha resistido el paso del tiempo, protegida por imponentes murallas. Asentada en una colina a orillas del río Tinto, presume de ser el conjunto más completo de estilo almorávide conservado en Andalucía. Construido siguiendo el estilo califal, su anillo amurallado alberga tramos romanos y otros de épocas anteriores.
Conocido como el Castillo de los Guzmanes por haber pertenecido durante siglos a esta dinastía noble, la fortaleza ha resistido terremotos y un terrible asedio durante la Guerra de Independencia. Conserva cinco puertas, siendo la del Buey, de estilo almohade-mudéjar, la más impresionante.
También destacan la del Socorro, la de Sevilla, la del Agua y la del Embarcadero, la más cercana al cauce fluvial. La fortaleza que se contempla hoy fue ampliada y remodelada a principios del siglo XV por Enrique Guzman, el IV conde de Niebla, siendo una construcción curiosamente posterior a la Reconquista.
Alcázar de la Puerta de Sevilla, en Carmona
La localidad sevillana de Carmona, con su blancura característica, se alza sobre la vega del río Corbones, ofreciendo un viaje a través de los siglos. Aquí se encuentra el Alcázar de la Puerta de Sevilla, también conocido como Alcázar Bajo, que sirve como acceso a las estrechas calles de la ciudad antigua.
Desde sus imponentes Torres del Oro y del Homenaje, las únicas de las ocho originales que aún permanecen, la muralla se eleva pendiente arriba, revelando plazas encantadoras, casas señoriales e iglesias como la de Santa María.
El ascenso culmina en la cima con el Alcázar de Pedro I "el Cruel", un extenso recinto almohade renovado por este rey castellano en el siglo XIV. En su gran Plaza de Armas se encuentra actualmente el parador de turismo, con sus preciosos salones y con terrazas que ofrecen vistas panorámicas de la ciudad sevillana.