Los animales más resistentes al frío
En las zonas de climas más fríos y extremos de nuestro planeta, habitan muchas especies de animales, que están perfectamente adaptadas para desarrollar su vida con normalidad en ambientes tan duros y hostiles.
Para estos seres vivos, el frío constante, las heladas, los fuertes vientos y las nevadas, son parte de su día a día. Y por lo tanto, han ido evolucionando y desarrollando unas características especiales, para facilitar que sus organismos estén plenamente adaptados a dichos fenómenos.
Los animales de climas fríos han desarrollado características adaptativas eficaces
Entre las principales características desarrolladas por estos animales, podemos destacar la mayor acumulación de grasa en el organismo, cuerpos redondeados, pelaje abundante y grueso, extremidades cortas y unos sistemas circulatorios especiales.
Oso Polar
Tiene el pelaje totalmente blanco, al igual que su entorno, siendo sus pelos huecos para atrapar el aire caliente y su piel negra, para absorber los rayos ultravioletas procedentes del sol. Sus patas están bastante desarrolladas, lo que les permite caminar grandes distancias, y tanto la cola como las orejas son pequeñas, evitando así la perdida de calor corporal. Así mismo, cuentan con un asombroso dispositivo de contracorriente, que provoca que la sangre caliente del corazón transmita calor a la sangre fría que regresa de la piel. También comentar, que en ocasiones se refugian bajo el manto de nieve, de las fuertes ventiscas y las bajas temperaturas. Su alimentación está compuesta mayormente por carne, procedente en un alto porcentaje de especies como las focas.
Pingüino
Es una especie de ave marina no voladora, que habita principalmente en el Hemisferio Sur (Antártida). De entre las 17 especies de pingüinos existentes, el “Emperador” es el de mayor envergadura y más resistente al frío. Debido a su espeso plumaje, su gruesa capa de grasa y sus vasos sanguíneos especializados, son capaces de resistir temperaturas inferiores a los -60 ºC bajo cero y ventiscas de hasta 200 km/h. A pesar de estas condiciones tan extremas, mantienen una temperatura corporal constante de 38 ºC y crían durante los meses de riguroso y oscuro invierno.
Morsa
Es un mamífero marino de gran tamaño, muy adaptado para poder habitar las gélidas aguas de las altas latitudes. Aunque hay varias especies repartidas por distintas zonas de todo el mundo, todas se caracterizan por tener un cuerpo redondeado y estar cubiertas por una gruesa capa de grasa, que les protege de la pérdida de calor corporal. Los machos mudan su pelo en los meses veraniegos, cambiando de color según temperatura y ambiente. Su alimentación, apoyada por sus grandes colmillos, está compuesta por peces, moluscos y otras especies marinas de pequeño tamaños.
Liebre del ártico
Es una especie que habita en algunos de los países más fríos y extremos del mundo como Suecia, Noruega, Finlandia, Groenlandia e Islandia. Tienen grandes pies cubiertos de pelaje, lo cual les facilita una mejor movilidad sobre espacios nevados. Cuando llega el invierno, mudan su pelaje y se vuelven totalmente blancas, lo cual les sirve como mecanismo de camuflaje en los helados y nevados paisajes que les rodean. Sin embargo, cuando ascienden las temperaturas y llegan los meses veraniegos, cambian el tono de su pelo a un color azulado muy claro. Se alimentan de hojas, brotes, bayas y raíces.
Reno o Caribú (América del Norte)
Es un mamífero ungulado de grandes dimensiones, que suele habitar en las zonas más frías de la tundra y la taiga del Hemisferio Norte, en países como Rusia, Groenlandia, Finlandia, Alaska o Canadá, entre otros. Pueden alcanzar hasta 300 kg y caminan con facilidad sobre los terrenos nevados, gracias a sus anchas pezuñas. Los machos suelen vivir separados de las manadas principales. Según algunos estudios recientes, los renos pueden alterar el color y la estructura de sus ojos según las horas de luz de las estaciones árticas.
Un incremento de temperaturas, pondría en riesgo la supervivencia de estas especies
Al contrario de lo que podríamos pensar, la inmensa mayoría de especies animales que habitan en zonas con unas condiciones meteorológicas extremas y desapacibles, no sufren nada en su vida diaria. Es más, se han adaptado de tal forma a dichos ambientes, que un incremento de temperaturas o suavización de las condiciones climáticas, sólo no les facilitaría la vida, sino que pondría en grave riesgo su supervivencia.