Los amigos comparten ondas cerebrales y tienen un ADN similar
Cuándo dices que estás muy conectado con tu mejor amigo, no estás exagerando: la ciencia encontró ondas cerebrales idénticas y patrones similares en el ADN entre personas que comparten una estrecha amistad. Aquí te contamos más.
El 20 de julio se celebra en Argentina, Uruguay, Chile, Brasil y España el 'Día del Amigo', una fecha que fue propuesta por el Dr. Enrique Ernesto Febbraro, cuando el 20 de julio de 1969, muy conmovido por la llegada de Neil Amstrong a la Luna, entendió que ese evento tan especial conectaba a todos los seres humanos.
Una mente tan brillante como la del Dr. Febbraro, que trabajó como odontólogo, psicólogo, escritor, profesor y músico, y que llegó a ser candidato al Premio Nobel de la Paz en dos ocasiones, envió 1000 cartas en 7 idiomas a más de 100 países; cuyo objetivo era reconocer la creación del Día Internacional del Amigo.
Sin embargo, en la mayoría de los países del mundo el Día Internacional de la Amistad, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2011, se celebra el 30 de julio, y tiene como antecedente la cruzada mundial de la amistad que se había instaurado en Paraguay en 1958. Otros países como EE. UU., Canadá, Reino Unido, y en algunas naciones de Asia, celebran la amistad el primer domingo de agosto.
Ya hecho el repaso necesario por la efeméride, ahora vayamos al inicio de todo. Somos una de las pocas especies que forman relaciones no reproductivas a largo plazo con otros miembros de la misma especie. El vínculo de la amistad no se presenta de una manera azarosa sino todo lo contrario, existen nexos genéticos específicos que unen a las personas bajo el lazo de la amistad, descubiertos y estudiados por científicos y en constante investigación.
Esa sensación que tenemos muchas veces de que alguien nos va a caer bien o mal y no sabemos de dónde surge es lo que está en proceso de estudio desde hace décadas.
James H. Fowler, científico social estadounidense y profesor de genética médica en la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego, manifiesta, según los resultados de su investigación, que los genes pueden explicar por qué de forma instintiva nos agrada o desagrada la gente que conocemos. “Creemos que comprendiendo completamente los genotipos que subyacen a la amistad, nos ayudará a entender más sobre ese proceso”, afirma para la BBC.
Los genes de la amistad
Diversos grupos de investigadores a lo largo de la historia han estudiado por qué los seres humanos elegimos a nuestros amigos muy parecidos a nosotros. Por 'parecidos' incluimos características o atributos como la edad, intereses, nivel educativo y socioeconómico, hasta religión y preferencias políticas, también el grado de limpieza, el olor, e incluso hasta la fuerza de agarre al dar la mano.
La homofilia es la tendencia de las personas por la atracción a sus homónimos, o sea, a vincularnos con quienes son 'lo menos diferentes a nosotros'. Esta tendencia ha sido hallada por igual entre grupos de cazadores y recolectores como en sociedades capitalistas actuales.
Los seres humanos presentan el 99% de similitud en el genoma (cada persona tiene aproximadamente 28 mil genes). Al estudiar las relaciones de amistad, los científicos han descubierto que compartimos más genes con amigos que con desconocidos. Científicos de la Universidad de Yale y San Diego de los EE. UU., han demostrado con sus trabajos de investigación que los amigos tienen similitudes en su ADN.
Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), analizó los registros del Estudio Framingham del Corazón y el Estudio Nacional Longitudinal de Salud Adolescente, ambos contienen datos genéticos y de información sobre los amigos de los participantes.
Hace algunos años, los investigadores estudiaron en casi 2000 personas a más de 1,5 millones de variantes genéticas, y como resultado obtuvieron que quienes mantenían una relación de amistad comparten el 1% de sus marcadores genéticos.
Este valor parece muy pequeño, pero a nivel genético (como ya comentamos) ese número es realmente importante. De hecho, ese porcentaje es el mismo que tienen los primos en cuarto grado, según el coautor de la investigación, Nicholas Christakis, profesor de sociología, biología, evolución y medicina en la Universidad de Yale.
Los investigadores se concentraron en estudiar seis genes específicamente, entre ellos el conocido como DRD2, se han encontrado en varios grupos de amigos con el mismo marcador genético (en otro momento también hablaremos de cómo este gen está vinculado al alcoholismo también).
Además, se descubrió que las personas que poseen el CYP2A6, tienden a no acercarse entre sí. Se cree que este gen mantiene un papel importante en el metabolismo de sustancias foráneas como la nicotina, los científicos estudian como este comportamiento podría ser un mecanismo de defensa del organismo.
Fowler, autor principal de este estudio, encontró esos patrones genéticos de defensa también en relaciones de pareja. Los seres humanos analizados evitan tener una relación potencial con personas susceptibles a las mismas enfermedades.
Los amigos comparten ondas cerebrales
Un grupo de la Universidad de Virginia, EE. UU., estudió los escáneres cerebrales de 22 personas bajo la amenaza de recibir un pequeño dolor, o de que lo recibiera un amigo y un extraño. Los científicos descubrieron que la actividad cerebral de una persona cuando está en peligro, es prácticamente idéntica a la que despliega cuando su amigo lo está.
James Coan, consejero y director del estudio, explica que los seres humanos nos asociamos para prosperar, esto se relaciona con una cuestión de supervivencia y similitud cuando pasa tiempo con alguien. “Nuestros objetivos y recursos son comunes. Si algo amenaza a un amigo, amenaza nuestros recursos y objetivos”, afirma.
Nuestro sentido del 'yo' incluye a las personas cercanas, el investigador afirma que:
Las raíces de la amistad son mucho más profundas de lo que se esperaba. Los científicos han descubierto que los cerebros de los mejores amigos responden de maneras sorprendentemente similares frente a algunos estímulos, como al observar videos cortos. Se detectaron los mismos reflujos y oleadas de atención y distracción, el mismo punto máximo de procesamiento de la recompensa y las mismas alertas de aburrimiento, al mirar los videos.
Se comprobó que los patrones de respuesta neuronal evocados por los videos sobre temas diversos como: partidos de fútbol americano colegial, el comportamiento de las gotas de agua en el espacio exterior, hasta un video de comedia de improvisación, en toda esa variedad de temas entre amigos coincidieron sus patrones de respuesta neuronal. Los investigadores pueden predecir qué tan fuerte era el vínculo social entre dos personas únicamente basándose en sus lecturas cerebrales.